Su iglesia fue reducida a cenizas, pero él no niega a Cristo
Rohan continúa creyendo y confiando en el Señor, a pesar de las circunstancias. En India, ataques como este son comunes.
Puertas Abiertas · 15 DE DICIEMBRE DE 2025 · 02:47
Rohan (nombre cambiado por seguridad) nació en una familia cristiana en la India. Debido a que su padre era un líder cristiano, creció consciente del rechazo y la discriminación que enfrentaría por causa de su fe en su propio país.
Cuando cumplió 18 años, Dios le habló por medio de su Palabra en Isaías 43:1, que dice: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. “A partir de este día, Dios despertó en mí una sed muy grande por las Escrituras. Ese día decidí dedicar mi vida al ministerio. Decidí ir a donde el Señor me llamara para hacer su obra”, comparte.
Unos años más tarde, Rohan abrió una iglesia. Comenzó con un ministerio infantil y de evangelismo hasta que, en 2008, hubo suficientes cristianos en el área para formar una congregación.
“Esta fue la primera iglesia establecida entre los no cristianos y, poco a poco comenzó a crecer. Inicialmente no hubo problemas, pero comenzamos a enfrentar oposición en 2012. La gente quería que nos detuviéramos y que no realizáramos más cultos. Sabíamos que habría oposición, pues un grupo anticristiano se encontraba ubicado apenas a dos millas de distancia. Además, los extremistas hindúes solían interrumpir las reuniones y decir que Cristo era un Dios extranjero que no pertenecía a India ni a sus ciudadanos, dijo Rohan.
Pero, él no estaba preparado para lo que sucedió el año pasado. “Tuvimos una reunión de oración en la noche del incidente. A medianoche, mis vecinos me advirtieron que la iglesia estaba en llamas. Cuando escuché la noticia, un escalofrío recorrió mi cuerpo. La iglesia estaba a solo diez minutos, pero cuando llegué todo se había convertido en cenizas”, dice.
La iglesia había sido incendiada deliberadamente. Todo fue destruido. “Me dolió el corazón. Me sorprendió ver las cenizas de la iglesia. Aún se podía sentir el olor de la gasolina y diversos productos químicos”, dice Rohan.
Lo que más le dolió fue ver su Biblia, con la que solía meditar y predicar, quemada por el fuego. “Me quedé muy triste. Pues todas las cosas materiales podían ser compradas nuevamente, pero mi Biblia era preciosa para mí”.
Aun así, Rohan mantuvo su fe en Dios. “En ese momento pensé: ‘Dios dio y Dios tomó. Y ahora, ¿qué hará Dios?’ Incluso después del brutal ataque, Rohan decidió no parar de adorar al Señor. Como ya no tenía un edificio, la congregación montó una carpa y la usó para las reuniones.
“Nunca pensé en rendirme. Coloqué mi confianza en la actuación de Dios. Lo único que quería era verlo llevándome un paso más allá en el ministerio. Los demás pastores también me animaron durante este tiempo difícil recordándome que Dios es fiel con su Iglesia siempre”, explica.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - MUNDO - Su iglesia fue reducida a cenizas, pero él no niega a Cristo