Los pocos momentos de esperanza en Turquía vienen de la mano del rescate de supervivientes. En la provincia de Hatay un niño fue recuperado con vida tras 88 horas bajo los escombros de un edificio derrumbado. Y su padre, poco después, también fue encontrado con vida.

En la ciudad de Antioquía, otras tres personas también fueron rescatadas tras haber permanecido 90 horas sepultadas.

El devastador terremoto de magnitud 7,8 se produjo el pasado lunes 6 de febrero a primera hora, cuando la gente dormía.

Asistencia y refugio

Muchas víctimas del terremoto encontraron refugio en iglesias locales de las ciudades de Alepo y Latakia que abrieron sus puertas para recibirlos. Muchas familias durmieron en los templos para protegerse de los temblores. Las iglesias también ofrecieron comida.

Una de las iglesias implicadas acogió a 1.000 víctimas del terremoto en Latakia. En otra iglesia local, 200 personas y en otro templo cercano se refugiaron 15 víctimas. Los Centros de Esperanza de Alepo también llevan a cabo esta labor de socorro, ofreciendo alimentos, agua y otros artículos de primera necesidad.

Los cristianos iraníes refugiados en Turquía también recibieron asistencia. Las iglesias locales de Turquía han entregado sábanas, alimentos y han dedicado momentos de conversación y oración con los cristianos afectados.