Un pastor polaco-canadiense que fue encarcelado durante 51 días tras dar un discurso ante los camioneros que se manifestaron en la frontera entre Estados Unidos y Canadá en la provincia de Alberta, relató a Fox News Digital lo que, según él, fue el maltrato que recibió en prisión.

El pastor Artur Pawlowski, de la congregación Cueva de Adulam, en Calgary, también habló de las oportunidades que tuvo de atender a sus compañeros de prisión y pidió a la provincia de Alberta que hiciera más por rehabilitar a los presos.

El 7 de febrero, Pawlowski fue detenido por quinta vez desde el comienzo de la pandemia, después de pronunciar un discurso ante la caravana de camioneros, cuyos miembros le pidieron que hablara a su grupo y oficiara un culto en la frontera de Alberta con Montana. Los camioneros protestaban contra una orden canadiense que obliga a los camioneros que cruzan la frontera con Estados Unidos a vacunarse.

Pawlowski se ha convertido en una figura prominente desde que apareció por primera vez en los titulares internacionales durante un servicio de Pascua en abril de 2021, cuando sacó a la policía armada de su templo cuando intentaban inspeccionarlo para comprobar el cumplimiento de la normativa por COVID-19.

Después de seguir celebrando los servicios de la iglesia desafiando una orden judicial, el pastor sufrió repetidas y dramáticas detenciones, incluso en medio de una concurrida autopista de Calgary y en la pista del Aeropuerto Internacional de Calgary.

Mantener la resistencia

Durante un discurso de 20 minutos dirigido a los camioneros el 3 de febrero, Pawlowski les instó a “mantener la resistencia” contra la extralimitación del gobierno, pero sin recurrir a la violencia. También les recomendó que no viajaran a Edmonton, la capital de la provincia, por temor a que se enfrentaran a una represión gubernamental como la que se produjo en Ottawa.

Pawlowski fue llevado al Centro de Prisión Preventiva de Calgary, donde, según alega, le maltrataron. Dijo que lo metieron durante un tiempo en una pequeña jaula de metal, que no le dieron agua durante todo un día y que lo privaron de sus gafas y de una Biblia durante varios días. Afirmó que le registraron al desnudo en repetidas ocasiones, que pasó muchas horas en régimen de aislamiento y que le hicieron dormir sobre hormigón frío.

Algunos guardias de la prisión fueron respetuosos e incluso le insinuaron que creían que era un preso político, pero dijo que otros mostraron crueldad. Durante más de 40 días se produjeron protestas a diario en el exterior de la cárcel, lo que, según él, llevó a la administración penitenciaria a castigar a los demás reclusos en su nombre, encerrándolos a todos.

“Estaban castigando a toda la prisión por mi culpa”, dijo. “Y luego me hicieron desfilar delante de los reclusos, diciendo: ‘Ese es el tipo. Por su culpa los castigan a ustedes. Así que, si tienen la oportunidad de hacer algo, ése es el villano, ése es el tipo´”.

“Y creo que ese fue el momento más aterrador”, añadió.

“Los internos me contaron, y están dispuestos a testificar, que se les acercaban diferentes personas de la administración, y los guardias los sobornaban con diferentes incentivos para que me pegaran”, dijo, relatando que la puerta de su celda a veces se quedaba abierta, lo que le aterrorizaba.

Sin embargo, Pawlowski dijo que encontró el favor de sus compañeros de prisión, muchos de los cuales lo buscaron para obtener apoyo espiritual después de reconocerlo como el pastor que continuamente es arrestado. Su unidad, formada por otros 20 hombres aproximadamente, comenzó a reunirse para estudiar la Biblia con él. Varios, asegura, se convirtieron al cristianismo.