Los investigadores médicos están observando de cerca a Israel después de que se convirtiera en el primer país en utilizar el refuerzo de la vacuna de Pfizer para el COVID-19.

“Estamos viendo la profunda efectividad, la eficacia de las vacunas. Está funcionando, es segura y es la forma de derrotar a este virus”, dijo el primer ministro israelí, Naftali Bennett.

Aunque más del 60% de los israelíes están totalmente vacunados, el más reciente brote podría llevar a un cuarto confinamiento durante las próximas fiestas judías.

Siete hospitales israelíes están en huelga y las camas de los hospitales se están llenando de pacientes con COVID, pero los expertos médicos dicen que todavía hay esperanza.

“El nivel de hospitalizaciones y muertes por COVID grave es mucho menor en las personas que están vacunadas”, dijo a CBN News el Dr. Yair Lewis, antiguo miembro del equipo nacional de respuesta al coronavirus de Israel.

Lewis cree que Israel experimentará futuros brotes de COVID, pero el número de casos graves disminuirá gradualmente.

“Creo que vamos a llegar a un punto en el que esta sea una enfermedad que se presente, pero los desenlaces graves no serán algo que veamos con regularidad como cuando el coronavirus apareció por primera vez”, dijo.

Vacunas sí, pero también tratamientos

Lewis cree que, aunque la vacuna es importante, los tratamientos para los pacientes que han contraído la enfermedad son cruciales.

“Obviamente, el desarrollo de terapias para tratar a las personas infectadas es algo en lo que deberíamos trabajar para proteger activamente a las personas infectadas y tratarlas”, explicó.

El profesor de la Universidad Hebrea Yaakov Nahmias y su equipo están a la vanguardia en las pruebas de un prometedor tratamiento para el COVID.

CBN News se reunió con él el año pasado después de que su equipo identificara que el fenofibrato, un medicamento comercializado desde 1975, podría combatir la enfermedad. Los ensayos clínicos demuestran ahora que funciona.

“Observamos a 15 pacientes con COVID-19 grave. Eran pacientes que debían tener soporte respiratorio, por lo que debían tener oxígeno. Y en todos estos pacientes, lo que vimos es que la inflamación, esencialmente la neumonía, desapareció en tan sólo las primeras 48 horas y el sistema inmunitario quedó significativamente suprimido”, dijo.

El COVID-19 crea una reacción exagerada del sistema inmunitario conocida como “tormenta de citoquinas”. En lugar de combatir la infección pulmonar, destruye el propio tejido pulmonar.

Nahmias cree que con el uso de Fenofibrato, “el 93%, comparado con el 25% de la población general, podría volver a casa sin apoyo de oxígeno en menos de una semana”.

El experto afirma que en dos estudios clínicos realizados en cuatro continentes también se está utilizando el fármaco para el tratamiento.