Dalila es española y Gustavo es de Guatemala. Ellos se casaron el último fin de semana de mayo en condiciones muy inusuales.

La crisis del Covid-19 ha tenido enormes consecuencias en España, y las fuertes restricciones impuestas por el gobierno les obligaron a pensar seriamente en posponer sus planes. Pero sólo cinco días antes de la fecha prevista, las autoridades de la región de Galicia (al noroeste de España) permitieron bodas con un máximo de 50 invitados.

Todo estaba listo, los vestidos, las invitaciones habían sido enviadas... Así que decidieron seguir adelante y se convirtieron en una de las primeras parejas en casarse en la región desde que las reglas de confinamiento pusieron en pausa toda la vida social.

La boda necesitaría un alto grado de organización. Las restricciones de viaje hicieron que los parientes más cercanos de Gustavo no pudieran asistir a la ceremonia. Ni la hermana de Dalila ni muchos otros que viven en otras regiones de España pudieron viajar. 

El día de la boda, sólo 50 personas estaban sentadas en los bancos de la gran iglesia evangélica de la ciudad de Marín. Pero los rostros de otros diez parientes cercanos que asistían en línea fueron proyectados en las paredes de la iglesia. “Fue muy emotivo, estaban siguiendo todo en vivo, y también pudimos verlos en vivo. Todos estaban vestidos para la boda, los niños con la ropa especial que les habíamos comprado. No podíamos abrazarlos, pero podíamos vernos y fue muy especial”, dijo Dalila al periódico La Voz de Galicia.

Además, más de 2.000 personas siguieron la ceremonia de la boda a través de los servicios de streaming de Facebook y Twitter. “La mayoría desde Guatemala, pero otros se unieron a nosotros desde otras partes del mundo”.

Con mascarillas y sin arroz

Durante el servicio, se siguieron todas las medidas de distanciamiento social. Los invitados en persona llevaban mascarillas hechas con tela de Guatemala. Gustavo le dijo a La Voz de Galicia: “Cuando Dalila llegó no pudimos evitar abrazarnos, nos distrajimos de la emoción. Pero luego mantuvimos el distanciamiento social y los invitados tenían sus sitios marcados en las bancas. Los músicos estaban a una distancia de seis metros. A nadie, excepto a nosotros, se le permitía tocar los anillos”.

Al final de la ceremonia, no se arrojó arroz ni pétalos de flores a los novios. Y la gran celebración con comida típica gallega y guatemalteca tendrá que esperar hasta el 2021.

Pero todas las dificultades sólo ayudaron a Gustavo y Dalila a ser más conscientes de la gracia y la protección de Dios. Ellos le contaron a nuestro sitio web en inglés, Evangelical Focus sobre su experiencia.

Pregunta. ¿Cómo vieron la mano de Dios en sus planes de boda?

Respuesta. En enero decidimos casarnos y empezamos a orar sobre cuándo debería ser. Como ambos estábamos en Guatemala en ese momento, seguimos el consejo de un abogado y la bendición de nuestras iglesias, y tuvimos nuestro matrimonio civil allá, esperando tener nuestra ceremonia religiosa el 30 de mayo, en España, con todos nuestros parientes y amigos.

Gracias a Dios, Gustavo llegó a España sólo dos semanas antes de que se decretara el estado de alarma y se cerraran las fronteras. Queríamos seguir adelante a pesar de la nueva situación con el coronavirus. Desde el principio, nuestro deseo era que el Espíritu Santo hablara a todos los que pudieran venir a nuestra boda sobre la realidad de un Dios que había sido muy bueno con nosotros. Pero cuando el Covid-19 redujo el número de invitados permitidos a 10, y más tarde a 50, no entendimos nada. A veces, nuestra fe parecía fallarnos, pero ahora nos damos cuenta de que el mensaje fue mucho más allá de lo que habíamos planeado originalmente.

Estábamos seguros de que nada es por casualidad, así que decidimos poner los deseos de Dios por encima de los nuestros. Queríamos estar listos para ver Su mano trabajando, nuestra oración era, “que se haga Tu voluntad y no la nuestra”. Por supuesto que nos hubiera gustado tener una boda sin mascarillas y con abrazos, pero estas cosas se vuelven secundarias cuando estás listo para aceptar la voluntad de Dios. Todo salió mucho mejor de lo que se esperaba, y ¡más de 2.000 personas escucharon que Jesús los ama!

P. Un periódico, un blog de historias inspiradoras, un programa de televisión... Varios medios de comunicación han contado su historia como una de las parejas "pioneras" que se casan en tiempos del coronavirus. ¿Han tenido la oportunidad de compartir su fe en estas entrevistas?

R. Sí, en todos los medios de comunicación, prensa, radio, televisión, tanto en España como en Guatemala, hemos compartido el siguiente mensaje: lo que hace fuerte nuestro amor es el amor de Dios, el amor nunca deja de ser. Y hemos hablado de cómo a través de nuestra relación hemos aprendido más sobre el amor, la bondad y la fidelidad de Dios.

Eso es lo que dijimos en las entrevistas, pero por supuesto los medios publican lo que quieren...

P. ¿Qué es lo que más recuerdan de la ceremonia?

R. Gustavo: Ver a la novia entrando en la iglesia con su hermoso vestido blanco junto a su padre fue muy emotivo, traté de contener las lágrimas, pero no pude. Y luego la oración que mi padre había grabado desde Guatemala, la cual escuchamos por primera vez durante la ceremonia, también fue muy especial. Y por supuesto los votos y el salir de la iglesia juntos.

Dalila: Fue divertido porque pude ver al novio cuando entró en la iglesia, ya que fue transmitido en línea. Y luego la paz de estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Sentir a todo el mundo allí con nosotros, algunos en persona, otros en línea, pero todos se veían muy bien y eran testigos de nuestro amor y compromiso con los demás y con Dios.

P. En el futuro, probablemente mirarán hacia el año 2020 recordando que, además de su boda, también fue un año muy duro, un momento de crisis y dolor para muchas familias, tanto en España como en Guatemala. ¿Cómo hace la fe en Jesús una diferencia en estos tiempos de incertidumbre?

R. Desde una perspectiva humana, los tiempos son difíciles, pero en términos espirituales estamos siendo testigos de un interés por Dios, un intento de pensar en la trascendencia de la vida y de reordenar nuestras prioridades.

Lo vemos como un tiempo de oportunidad. La esperanza está en Cristo, por lo que enfrentamos esta crisis sabiendo que nada ha ido más allá del control de Dios y que el llamado para todos es volver los ojos al Señor. Es un momento adecuado para pensar en nuestros actos, pedir perdón y pedir a Dios que sane nuestra tierra. Queremos recordar lo que Dios nos pide: “hacer justicia, amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”. (Miqueas 6:8).

P. Ya que estamos hablando de amor, ¿qué es lo que más sobresale del amor de Dios por ustedes?

R. Gustavo: Que Él diera a su Hijo unigénito para que todo aquel que crea en Él no se pierda, sino que tenga la vida eterna. A veces me cuesta aceptar este amor incondicional por mí, más aún cuando fracaso, pero Él todavía extiende sus brazos para abrazarme de nuevo. Dios nos ama por lo que somos y no por lo que hacemos, somos sus hijos y Él es nuestro Padre amoroso y bueno.

Dalila: Dios da el primer paso, viene en nuestra dirección, incluso antes de que nosotros nos volvamos a Él. El abrumador perdón de Dios y Su misericordia son los dos aspectos del amor de Dios que más me conmueven. Muchas veces pensamos en el amor desde una perspectiva romántica, pero perdonar de la manera en que Dios lo hace requiere más que sólo emoción. Requiere compromiso y fidelidad.

P. Por último, ¿cómo se imaginan la fiesta de celebración de su boda, en el futuro?

R. Queremos que tenga mucho significado, glorificar a Dios junto con la familia y los amigos. Veremos el video de la ceremonia. Habrá comida gallega (pescado, pulpo y otros mariscos...) y comida guatemalteca. Esperamos abrazarnos, bailar y celebrar juntos, y sobre todo habrá agradecimiento por todos los milagros que hemos visto en nuestra relación, desde que nos conocimos hasta hoy.