¿Tecnoadictos o tecnodependientes?

En una persona presa de Internet, ciertas regiones del cerebro experimentan reducción o pérdida de receptores de dopamina.

    14 DE ABRIL DE 2019 · 09:00

    David Clode, Unsplash,adicción internet, tecnoadicto
    David Clode, Unsplash

    Cristo nos libertó para que vivamos en libertad.

    Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan

    nuevamente al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1

    Nuestra dependencia de la tecnología puede comprenderse plenamente cuando el objeto de la obsesión no está presente. Si usted trata de implementar la abstinencia del uso de los aparatos digitales, muy probablemente comprobará que está más esclavizado a la tecnología de lo que se imagina.

    Este simple ejercicio revela la naturaleza típica de un usuario compulsivo.

    No sabemos con certeza si tenemos una adicción hasta que no alejamos esa “sustancia” de nuestro medio. Para poder descubrir la influencia controladora de la tecnología en uno mismo, se puede comenzar con apagar todos los artefactos, apartarse de ellos, y percibir con qué intensidad deseamos volver a encenderlos.

    En este ejemplo, la “sustancia” es Internet. Es posible reconocer cuando una persona está en camino a ser diagnosticada con Trastorno por el uso de Internet. Es en el momento en que siente una continua “preocupación”, ya que es uno de los indicadores básicos de un comportamiento adictivo.

    Una clara señal de advertencia son los síntomas del síndrome de abstinencia que surgen cuando el usuario intenta continuar con el “estímulo” ya percibido, pero Internet se interrumpe; entonces, el nivel de tolerancia adquirido es evidente por la creciente necesidad de invertir más y más tiempo en la red.

    Los indicadores de una dependencia no saludable son: perder otros intereses, intentar reducir el tiempo destinado al uso de Internet sin éxito y utilizarlo para escapar de un estado de ánimo depresivo.

    Es esencial subrayar que hay un riesgo directamente asociado con el excesivo uso de Internet ya que es muy fácil caer en una obsesión, neurológicamente hablando, y que el usuario padezca el Trastorno por uso de Internet, convirtiéndose en rehén.

    Cuando la persona se vuelve prisionera de Internet, ciertas regiones de la mente experimentan una reducción o pérdida de los receptores de dopamina. Este es el sector del cerebro cuya función normalmente nos permite experimentar placer y estímulos; por consiguiente, el resultado es una relación de dependencia.

    También, podemos afirmar que casi todos los rehenes de Internet parecen sufrir del Síndrome de Estocolmo —un fenómeno sicológico por el cual los capturados poseen y expresan sentimientos positivos hacia sus apresadores, ya que los defienden o los justifican.

    Ciertamente, los adictos a Internet pueden sostener que su dependencia es actualmente beneficiosa, ya que les posibilita ser más productivos profesionalmente. A cualquier hora del día, ese “beneficio” les permite, por ejemplo, responder a la velocidad de un rayo los correos electrónicos del trabajo, y convertirlo en un empleado más valorado. Este argumento es válido hasta cierto nivel. Es riesgoso cuando comienza a entrometerse en el bienestar general del usuario o cuando le resta horas al tiempo destinado a su familia o a sí mismo. Puede ser, entonces, el momento oportuno para tomar el control y comenzar a preguntarse la magnitud real de la dependencia mientras resonamos las sabias palabras del rey Salomón documentadas en Proverbios 25:28 “Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.

    Si usted o alguien que conoce se identifica con lo que se ha analizado hasta el momento, puede ser de ayuda conocer la Terapia Cognitiva Conductual (TCC)  —sus siglas en inglés son CBT— ya que es un método efectivo para tratar el Trastorno por uso de Internet.

    Esta forma de psicoterapia educa a la persona para que aprenda a identificar el pensamiento dañino y los patrones de comportamiento que lo atrapan, y los reemplace por unos más saludables y productivos.

    Muchas personas tratadas con estas técnicas reconocieron haber mejorado el estilo de vida al controlar la dependencia.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Llamados a ser libres - ¿Tecnoadictos o tecnodependientes?

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