La ‘iglesia gay’ ataca a la Alianza Evangélica cubana

La Comunidad Metropolitana instiga al odio a los “fascistas y supremacistas” evangélicos cubanos, etiquetándoles con una esvástica nazi.

Redacción ED

LA HABANA · 22 DE JUNIO DE 2019 · 15:00

Ilustración de Jorge Sánchez Armas en el artículo de Elaine Saralegui,iglesia gay, comunidad metropolitana
Ilustración de Jorge Sánchez Armas en el artículo de Elaine Saralegui

Hace unos días se creó, al margen del Estado cubano, la Alianza de Iglesias Evangélicas de Cuba. Este hito democrático, en un país sin libertad de asociación, fue descalificado y atacado por Elaine Saralegui Caraballo, líder de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, en un artículo titulado “Iglesias evangélicas anti-LGBTIQ+ crean alianza en Cuba

Este grupo religioso internacional, en Cuba es afín al régimen comunista y está apadrinado por la hija del ex dictador Raúl Castro.

Aunque se denomina iglesia, la Comunidad Metropolitana es un sincretismo de creencias, con el vínculo común de defender la “teología queer”, que pretende avalar la práctica homosexual como aceptable en la ética cristiana; así como los denominados "derechos LGTB": la adopción de menores por parejas del mismo sexo y el llamado matrimonio igualitario entre otros.

Por este motivo es conocida de forma coloquial como “la iglesia gay”, con sucursales en todo el mundo.

 

"Fascistas y nazis"

En su artículo Saralegui llama “fascistas” a los cristianos evangélicos cubanos, tanto desde la gráfica (donde les caricaturizan recibiendo dinero de EEUU y con una esvástica nazi) como en el texto.

No sólo eso. Tras un análisis amplio, añade que “Se erigirán como exponentes de la extrema derecha, del fundamentalismo y la supremacía cristiana, que serán piedra de tropiezo para la creación de una sociedad más equitativa” en la conclusión de su artículo.

El periodista y analista político cubano Luis Luque reflexiona sobre los mensajes de este artículo, entendiendo que de forma injustificada se empuja al odio en contra de una comunidad religiosa.

Al no pertenecer a la iglesia evangélica, su análisis tiene el valor añadido de la objetividad de un experto que conoce Cuba, sin que sea parte implicada directamente en este debate.

Por este motivo, y con permiso del autor, lo reproducimos a continuación.

 

Iglesia de la Comunidad Metropolitana, ¿instiga a un odio real y directo contra los evangélicos cubanos?

LUIS LUQUE

Ni me va ni me viene lo que hayan decidido esas iglesias evangélicas, pero si algo tengo claro es que supremacistas no son. Como todo sistema de creencias, entienden estar en la verdad, y creen que esta debe ser proclamada como tal, sin que ello implique posturas supremacistas, término con el que sí se puede clasificar a grupos de ultraderecha de Estados Unidos y Canadá, racistas, contrarios a la inmigración del sur y fuertemente pro-armas. 

De los muchos cristianos evangélicos cubanos que conozco, particularmente de las denominaciones metodista y pentecostal, todavía no sé de ninguno que llame a discriminar, a rechazar, a imponerse por la fuerza.

Desde luego, como todo el mundo, intentan atraer nuevos fieles, en el entendido de que su fe es la auténtica, pero eso no tiene nada de extraordinario. También el babalao (sacerdote de religiones afrocubanas), el gurú indio o el imán islámico entienden que la suya es la fe superior. 

Por cierto, también para esta “pastora”, su secta (cuyo fundador es un norteamericano nacido en el siglo XX, no un judío del siglo I) es la depositaria de la “fe verdadera”. No importa que alguien la haya inventado anteayer: para ella es la real.

De modo que Dios nos ha tenido más de 20 siglos en la oscuridad, mareándonos de aquí para allá en la bobería, hasta que ¡al fin!, nos ha dado la “Iglesia de la Comunidad Metropolitana”, que nos revela que todos los que nos decimos y los que se han dicho cristianos durante siglos estábamos más perdidos que –parafraseando al caricaturista cubano Garrincha– un piojo en King Kong. 

En cuanto a la viñeta que utiliza en su artículo, es vergonzosa, de arte tiene cero, hay que decirlo: es muy básica y, en lo ideológico, un panfleto. 

¿De verdad el caricaturista y la firmante van a darle aire a ese disparate de que los evangélicos de toda la vida son fascistas? Porque es lo que sugiere con esa esvástica. 

Da vergüenza tomarse tan a la ligera el fascismo, que liquidó a decenas de millones de personas en Europa y Asia no hace ni 80 años. ¿De verdad se merecen los cristianos ser comparados con los nazis? ¿No se está instigando, ahí sí, a un odio real y directo contra un colectivo –el de los creyentes– que en Cuba, desde 1959, algunos aún mastican pero no tragan, por la propia esencia atea del sistema socialista?

Y luego, el último simbolito: la bolsa del dinero, un motivo ya gastado. No entiendo cómo la líder de una secta que evidentemente se sostiene con fondos del exterior –porque ninguna iglesia en Cuba se sostiene totalmente por medios propios; ni la Católica, que recibe ayuda de las Iglesias alemana, norteamericana e italiana–, va a reprocharles a los evangélicos que se sostengan con el aporte de cristianos de otros sitios.

Hay que tener poquita vergüenza.

El énfasis en negritas es de la redacción de ED.

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