“Como el infierno”: migrantes narran duras penas al migrar a EEUU

Muchos migrantes deben incluso pasar por encima de cadáveres a través de la selva para seguir su camino al norte.

CBN News · PANAMÁ · 14 DE JUNIO DE 2019 · 09:00

Migrantes en medio de la selva / CBN News,Migración
Migrantes en medio de la selva / CBN News

Lo que empezó como caravanas de migrantes serpenteando hacia el norte de América Latina se ha convertido en un flujo ininterrumpido de personas que buscan mudarse a los Estados Unidos.

La gran mayoría de estos migrantes provienen de los países del llamado Triángulo Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador. Pero la atención que han obtenido de los medios de comunicación también está llevando a un aumento en la cantidad de migrantes provenientes de otros países, y de todas partes del mundo.

La Patrulla Fronteriza detuvo a más de 404.000 personas cruzando las fronteras de Estados Unidos durante el año 2018. A mediados de mayo de este año el número ya superó esa cifra en más de 60.000 personas. Pero a pesar de la percepción de que todos ellos vienen de América Central, en realidad provienen de mucho más al sur y está compuesto por refugiados de más de 40 países.

 

El peligroso viaje a través del tapón del Darién

El tapón del Darién es una región sin ley de más de 96 kilómetros de ancho que forma la frontera entre Panamá y Colombia. El gobierno panameño está experimentando su propio aumento de la migración ilegal, ya que personas de todo el mundo emprenden un peligroso viaje a través la jungla en su camino para unirse a las caravanas de migrantes que se dirigen a los Estados Unidos.

Alan Foster, un misionero que trabaja con grupos indígenas en el Darién, dice que la situación es ahora peor que nunca.

“Es un área muy oscura, en gran parte controlada por guerrilleros y paramilitares”, dijo Foster a CBN News. “Hay muchas dificultades, hay tanto opresión física como espiritual que están viviendo ahora mismo los pueblos allí. El viaje para llegar al tapón del Darien toma de cinco a ocho días de caminata. Dependiendo del clima, puede haber o no haber agua. Hay partes que son casi intransitables donde la gente tiene que gatear a cuatro patas, y mucha gente literalmente está pasando por encima de esqueletos con ropa para poder cruzar. No todos lo logran”.

 

Muchos migrantes no salen con vida

Los migrantes que atraviesan por esta parte del Darién, en lo profundo de la selva, no solo tienen que lidiar con el cruce de ríos o peligros naturales como insectos y animales salvajes, serpientes, escorpiones, y cosas así. También tienen que lidiar con bandas armadas de matones que les roban mientras atraviesan la jungla. Muchos de ellos no salen con vida.

Un camerunés dijo a CBN News: “Cuando llegaron, me apuntaron con un arma. Me robaron. Tomaron mi bolsa, el teléfono que tenía. Cuando tomaron las bolsas, se internaron por un arbusto con una mujer hacia el interior del bosque”.

Un grupo de migrantes huyó de la violencia en Camerún, al oeste de África, pero no tenían idea de a qué se enfrentarían cuando entraran en las selvas de Colombia.

 

“Fue como el infierno”

Una mujer dijo: “Cadáveres. Yo pasé por tres... tres cadáveres. Un hombre, una dama y un niño”.

“Fue como el infierno”, dijo un hombre. “Si no tienes valor, el camino es aterrador y los ladrones ... los ladrones están en todas partes”.

Los migrantes que ingresan al Darien llegan a través de aldeas donde no hay muchos recursos. No hay mucha comida ni agua potable, por lo que la presencia de los migrantes está causando tensión en las comunidades indígenas de la zona.

El camerunés dijo que había estado durmiendo en el suelo en la selva por aproximadamente un mes. “El campamento está abarrotado”, dijo. “No hay camas, no hay camas. Tú duermes sobre tablas”.

 

El bebé “Darién” nacido en el campo de migrantes

Una joven cubana dio a luz a un bebé en el campamento de migrantes apenas tres días después de salir de la selva. Ella lo nombró por el lugar donde nació, un recordatorio permanente de su viaje.

Pero el bebé Darién ahora es un ciudadano panameño, por lo que las autoridades de Panamá dicen que no se le permitirá viajar hasta que el bebé crezca, y su madre no está contenta con la demora.

Mientras tanto, más de tres mil personas languidecen en estos campamentos, esperando continuar su viaje hacia el norte tan pronto como sea posible.

 

El lado bueno de la crisis del Darien

Pero, en medio de tanta tragedia, el misionero Alan Foster dice que hay un lado bueno.

“Es una situación muy triste, pero las personas que llegan acaban de pasar por una de las experiencias emocionalmente más impactantes de su vida y sentimos que es una buena oportunidad para que sean receptivos al evangelio”, dijo Foster.

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