Ministerios ofrecen lugar seguro para refugiados venezolanos
Bethany Christian Services amplió su trabajo en Cúcuta al asociarse con ACNUR y abrir centro de acogida para refugiados.
MNN · CÚCUTA · 15 DE DICIEMBRE DE 2025 · 02:50
Casi tres millones y medio de ciudadanos venezolanos - alrededor del diez por ciento de la población - han huido del país debido a la crisis económica y a la agitación política. Naciones Unidas estima que el número de personas que huyen seguirá aumentando y que puede haber hasta 5.3 millones de refugiados y migrantes venezolanos para fines de 2019.
Como informamos recientemente, la organización cristiana World Vision, advierte de riesgos de tráfico y explotación que enfrenta la niñez migrante al abandonar su país. World Vision manifiesta su preocupación por la escala de los desplazamientos humanos provenientes de Venezuela y por las condiciones en las que sobreviven aquellos quienes no han podido salir.
La migración más grande en América Latina
“Es la migración más grande en la historia moderna de América Latina”, asegura Kristi Gleason de Bethany Christian Services (Servicios Cristianos Betania).
Bethany Christian Services ministra a familias e individuos en 14 países. Desde 1982, Bethany ha brindado a familias servicios de adopción internacional. Bethany trabaja para encontrar familias para niños que viven en orfanatos en Europa del Este, Asia y América Latina.
Gleason dice que debido a la gran cantidad de venezolanos que huyen a países vecinos, las naciones y gobiernos anfitriones se están saturando con la responsabilidad de proporcionar ayuda.
“Llegan a países que tratan de ayudar, pero no que están configurados para responder al gran número de refugiados o poblaciones migratorias”.
Algunos de los países sudamericanos más afectados han recibido a cientos de miles de solicitantes de asilo. Informes de la ONU indican que 1,1 millones de venezolanos se han ido a Colombia, unos 506.000 a Perú, 288.000 a Chile, 221.000 a Ecuador, 130.000 a Argentina y 96.000 a Brasil.
Estas áreas que han recibido a cientos de miles de personas están experimentando ahora una tensión social y económica.
Por ejemplo, en Cúcuta, una ciudad colombiana que limita con Venezuela y que ha sido clave para los refugiados que han huido o han intentado huir a Colombia, muchas personas están tratando de acceder a servicios médicos.
Muchas personas, incluyendo mujeres que necesitan medicamentos y mujeres embarazadas, han estado cruzando ilegalmente hacia Colombia, arriesgando su seguridad debido a su desesperación.
“Hay largas filas, y los precios están aumentando debido a la demanda del mercado”, dice Gleason. “También hay un aumento en las actividades ilegales. La prostitución está en aumento, la trata de personas está en aumento, realmente está afectando a la economía, pero también, los problemas sociales se han multiplicado por la cantidad de personas que llegan”.
Las organizaciones humanitarias han estado brindado apoyo, pero Gleason dice que es una situación difícil, sin una solución fácil o rápida. Se requiere mucho trabajo y apoyo para ayudar a los millones de personas que han huido y a los miles que continúan huyendo.
Un centro de bienvenida para refugiados
El ministerio Bethany Christian Services recientemente amplió su trabajo en Cúcuta al asociarse con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y lanzando un centro de bienvenida para los refugiados.
Gleason dice que, a principios de 2018, el ministerio tenía un solo miembro de su personal trabajando en Bogotá, y su única responsabilidad era facilitar adopciones internacionales. Al monitorear la situación en Venezuela, se dieron cuenta que era necesario tomar más medidas.
La organización fue a Cúcuta en junio de 2018 para encontrar un espacio para trabajar.
“Honestamente no sabía si iba a haber una manera de poder servir”, dice Gleason. “Pero se evidenció muy rápidamente que las familias realmente necesitaban apoyo, y eso es lo que Bethany hace mejor, trabajar con las familias para ayudarlas a permanecer juntas y ayudar a mitigar algunas de las vulnerabilidades que tienen”.
Funcionarios de Bethany se reunieron con ACNUR y propusieron abrir un centro de acogida o bienvenida que apoyara a las familias. Varios meses después, se abrió el centro.
“Es un espacio seguro para las familias”, explica Gleason. “Lo que se hace es proporcionar un lugar donde tengan un refrigerio, agua potable, que puedan ir al baño, tengan acceso a Internet por si tienen familiares en otras partes que pueden enviarles un correo electrónico y conectarse con ellos. También estamos repartiendo paquetes de higiene con cosas como jabón y desodorante, cepillo y pasta de dientes”.
El centro de bienvenida ha hecho que las familias se sientan seguras y les ha aliviado el estrés de los problemas y la situación de su país.
Bethany tiene miembros de su personal nacional en el sitio trabajando y sirviendo a las familias.
La organización también se ha asociado con iglesias locales para proporcionar apoyo espiritual. Los pastores a menudo están en el centro de bienvenida para ayudar a las familias con asesoramiento y la oración. Gleason dice que la gente incluso se sienta y cantan himnos juntos.
“Ha sido muy agradable ver a la Iglesia local de Colombia unirse a nosotros. Nos aceptaron de inmediato apenas iniciamos nuestra programación. Entonces, ha sido maravilloso sentirse bienvenido por la Iglesia local, pero también ha sido maravilloso ver a la Iglesia local en Colombia venir y servir a las personas que vienen de Venezuela”.
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