Brasil, ¿a las puertas de una “guerra religiosa”?

En una carta abierta, líderes cristianos lamentaron el intento de iniciar una “guerra religiosa” entre católicos y evangélicos por parte del Partido de los Trabajadores.

Jarbas Aragao

Gospel Prime · Brasil · 15 DE OCTUBRE DE 2018 · 22:30

Jair Bolsonaro, que es católico, tiene lo apoyo de la mayoría de los evangélicos / Carl de Souza,Jair Bolsonaro
Jair Bolsonaro, que es católico, tiene lo apoyo de la mayoría de los evangélicos / Carl de Souza

Cuando iniciaron los movimientos en favor del impeachment de la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, la fuerza política de la bancada evangélica pasó a ser confrontada por partidos y movimientos sociales de izquierda de una manera por encima de lo normal.

Al final, el líder de la Cámara de Diputados, que inició el proceso de destitución de Dilma, era un evangélico, que decía estar actuando “en nombre de Dios”. En los meses siguientes, la versión de un ‘golpe de Estado’ se fue gestando incluso fuera del país gracias a un esfuerzo articulado del Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados, como el Partido Comunista de Brasil y el Partido Socialismo y Libertad.

Entonces, todos aquellos que se oponían a los posicionamientos políticos de izquierda pasaron a ser tratados como “golpistas” y “fascistas”, incluyendo los cristianos evangélicos.

Este enfrentamiento pasó a ser visto en las manifestaciones callejeras. En noviembre de 2017, en la Universidad Federal de Bahía, al noreste del país, un grupo de estudiantes comunistas hicieron una marcha donde, entre otras cosas, pedían “muerte a los cristianos”. Con excepción de algunos websites evangélicos, el tema fue ignorado por los medios de comunicación.

En medio de la campaña electoral que se desarrolla ahora en Brasil, un grupo de manifestantes vinculados a los partidos que apoyan a Fernando Haddad (PT) gritaron frente a la Catedral de la Fe, mayor templo de la Iglesia Universal en Porto Alegre; “Iglesia fascista, estás en nuestra lista”. El video de hizo viral en las redes sociales, pero una vez más la amenaza ha sido ignorada por los medios de comunicación.

Ahora, este enfrentamiento parece llegar a su extremo. El día 12 de octubre se celebra en Brasil el día de Nuestra Señora Aparecida, considerada por los católicos la “santa patrona de Brasil”. Aunque nunca fue religioso, el candidato Haddad participó de una misa, acompañado de su candidata a la vicepresidencia, Manuela D'Avila, del partido comunista.

Después de la misa, en la escalera del templo, Haddad y D'Avila se manifestaron contra el “fundamentalismo charlatán” del obispo Edir Macedo, diciendo que él se acercó al otro candidato, Jair Bolsonaro porque tiene “hambre de dinero”.

Macedo es el fundador de la Iglesia Universal, una de las mayores denominaciones pentecostales del país, con cerca de 8 millones de miembros. Pocos días antes de la primera vuelta de las elecciones, el obispo declaró haber votado por Bolsonaro quien ya venía reuniendo apoyo de los mayores líderes evangélicos del país desde que era diputado.

La acusación del PT, que en el pasado contaba con Macedo como su aliado político, generó protestas de cientos de pastores brasileños. En una carta abierta, líderes cristianos lamentaron el intento de iniciar una “guerra religiosa” entre católicos y evangélicos que son el 30% de la población. Este lunes, Haddad aseguró que Bolsonaro haría de los evangélicos “la religión nacional”, algo que en realidad éste nunca dijo.

 

Prejudicio contra los pastores

Estevam Hernandes, apóstol fundador de Iglesia Renascer en Cristo, organiza anualmente la Marcha para Jesús en San Pablo, movimiento que reúne anualmente a unos dos millones de evangélicos.

El apóstol dijo que la declaración de Haddad fue un ataque contra todos los evangélicos. “Este discurso inconsecuente demuestra la intolerancia. Es inaceptable en el momento en que estamos pasando, luchando para preservar la democracia en el país, de donde todas las creencias e ideologías deben ser respetadas”, aseguró.

La diferencia de Haddad con grupos evangélicos no es nueva. Cuando fue Ministro de Educación, intentó enseñar a niños de 10 años materiales contra la “homofobia” mostrando a dos jóvenes hombres teniendo sexo. La bancada evangélica impidió que esto fuera a las escuelas del país.

El también fue alcalde de San Pablo por cuatro años y no participaba de la Marcha para Jesús, aunque estuvo sucesivamente en la Marcha LGBT, que también atrae multitudes. Por su parte, Bolsonaro cuando fue diputado estuvo en la “Marcha para Jesús” en Río de Janeiro en dos ocasiones y este año estuvo en la paulista.

Otro que critica la tentativa del PT de provocar un conflicto entre los movimientos de izquierda y los evangélicos es el pastor Galdino Júnior, de las Asambleas de Dios, de San Pablo, que reúne a más de 800 iglesias. “Creo inadmisible el discurso del candidato del PT [...] muestra claramente su ligereza para atacar a todas las instituciones evangélicas que desde hace muchos años vienen realizando un trabajo social que es deber del gobierno. Es un desequilibrio notable para un hombre que aspira al cargo más importante del país”, opinó.

Luego de las pesadas críticas, Fernando Haddad anunció un encuentro con liderazgos evangélicos en Sao Paulo este miércoles (17), pero ninguno de los nombres anunciados tiene representación real. El candidato niega que intente hacer una “guerra santa”, pero no se retractó de sus críticas a los pastores.

Desde el inicio del proceso electoral de este año, Bolsonaro, que es católico, tiene lo apoyo de la mayoría de los evangélicos. El nunca escondió su amistad con los pastores, y ha tenido el hábito de ir a la iglesia bautista con su esposa que es evangélica.

Su discurso fuerte por la seguridad, más libertad económica y defesa de los valores de la familia lo pone con larga preferencia. Las encuestas más recientes indican que será electo con 60% dos votos.

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