Guatemala | Arévalo jura como presidente en una jornada tensa y complicada

La toma de posesión de Bernardo Arévalo como nuevo presidente de Guatemala estuvo marcada el domingo por una serie de polémicas y retrasos. El acto se pospuso durante más de 9 horas mientras el Congreso, controlado por la oposición, debatía la admisión de los legisladores entrantes, que debían jurar su cargo antes que el presidente.

La situación fue tan tensa que varios líderes mundiales que habían viajado a Guatemala para la toma de posesión no pudieron esperar más y regresaron a sus países para atender otros compromisos.

Finalmente, los nuevos legisladores juraron sus cargos y se eligió una mesa directiva del Congreso para investir formalmente al presidente. A pesar de las dificultades, finalmente Arévalo tomó posesión de su cargo pasada la medianoche, respaldado por ciudadanos y delegaciones internacionales.

Pero la situación en Guatemala no es nueva, en los últimos meses el país centroamericano vivió una de las peores crisis políticas y sociales de su historia tras la elección de Arévalo. La situación se vio agravada por la actuación del Fiscal General, acusado de obstaculizar la transición al presidente electo.

Desde principios de octubre, cientos de organizaciones indígenas, campesinas y estudiantiles bloquearon más de cien puntos del país.

El conflicto se intensificó debido a la falta de diálogo entre el gobierno saliente y el entrante. El ex presidente, Alejandro Giammattei, acusó a Arévalo de promover la desestabilización del país y de eludir su responsabilidad en los bloqueos y protestas. Por su parte, Arévalo replicó que poner fin a los bloqueos era responsabilidad de Giammattei.

La población guatemalteca, mayoritariamente cristiana, con casi el 50% de sus habitantes identificándose como evangélicos, ha sorteado esta crisis política sin dejar de lado sus creencias. A pesar de los desafíos, la fe ha desempeñado un papel esencial en la forma en que los guatemaltecos afrontan la situación.

La Alianza Evangélica de Guatemala (AEG) convocó 21 días de ayuno y oración por el país. Según un comunicado publicado por AEG, "orarán para que el reino de Dios se establezca en la sociedad guatemalteca, para vivir en los principios del Reino y para construir familias que vivan en justicia". Además, se intercederá para que Dios dé sabiduría al nuevo presidente Arévalo, "ante las decisiones a tomar durante su mandato."

El abogado Marco Castellanos, que forma parte de la Mesa Redonda Multirreligiosa de Guatemala, dijo que "la fe es esencial porque cuando hay graves violaciones de los derechos fundamentales de los ciudadanos, la Iglesia mantiene una postura pacífica y una misión de esperanza".

Las iglesias y los líderes religiosos han respondido a las manifestaciones y al conflicto político proporcionando apoyo y orientación a sus comunidades. Aunque la crisis ha afectado a todos los sectores de la sociedad, la comunidad cristiana ha demostrado resistencia y fortaleza en estos tiempos difíciles.

Castellanos señaló que "como una situación inusual, se ha observado un ataque a la libertad religiosa. Quienes organizaron los bloqueos amenazaron a los pastores, para que proporcionaran alimentos a los manifestantes. Exigieron apoyo con camiones y vehículos de la iglesia para hacer creer que el pueblo evangélico apoyaba estas acciones. De lo contrario, amenazaron con cerrar y dañar las iglesias que se negaran a hacerlo".

La fe se ha convertido en un pilar para la gente durante este periodo de incertidumbre, ofreciendo esperanza y consuelo durante el caos. A pesar de la adversidad, la comunidad cristiana de Guatemala sigue comprometida con la paz y la justicia, reflejando los valores fundamentales de su creencia.

"Creemos que estamos llamados a ser instrumentos de paz y justicia del Señor en este mundo, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, que nos enseñó a amar a Dios y al prójimo como a nosotros mismos", concluyó Castellanos.