El conservador Santiago Peña gana elección presidencial en Paraguay

El oficialista Santiago Peña ganó este domingo con claridad las elecciones de Paraguay y será el nuevo presidente del país a partir de agosto. Peña, del conservador Partido Colorado, sumó casi el 43% de los apoyos por el 27,4% de Efraín Alegre, que lideraba una coalición de centro-izquierda.

“Gracias a quienes nos entregaron sus sueños, confiaron en este proyecto, depositaron sus esperanzas para que podamos estar mejor, y vamos a estar mejor”, dijo Peña al celebrar el triunfo.

Peña es un economista de 44 años que fue ministro de Hacienda en el gobierno del presidente Cartes, director del Banco Central y trabajó para el FMI (Fondo Monetario Internacional).

El triunfo de Peña fue aplaudido por líderes evangélicos paraguayos y promotores provida de Latinoamérica que destacan la posición provida del presidente electo y su vocación conservadora en favor de la familia tradicional.

Desde el seno del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia se congratularon de la elección de un presidente provida. En la vecina Uruguay el pastor Jorge Márquez, miembro del organismo Iberoamericano, expresó, “Dios bendiga grandemente a Paraguay, una preciosa trinchera contra el avance de la ideología de género”.

Por su parte el pastor paraguayo Juan Cruz, presidente de la Alianza Evangélica Latina (AEL) dijo a Evangélico Digital “tenemos un presidente provida, profamilia, un presidente que se ha comprometido en seguir defendiendo los valores como lo viene haciendo este partido. El Paraguay seguirá siendo provida. Desde la Iglesia creo que están muy conformes con la continuidad del partido Colorado y de la elección de este candidato”. Cruz aclaró que, aunque la Iglesia es apolítica, “la mayoría votó y prefirió defender la vida y la familia”.

Otra posición del nuevo presidente de Paraguay que agrada a los evangélicos latinoamericanos es con respecto a Israel. Peña dijo durante campaña se propone mudar nuevamente a Jerusalén su embajada en ese país.

“Sí, volvería a Jerusalén. Estoy convencido de que hay razones cristianas y también razones políticas. El Estado de Israel reconoce a Jerusalén como su capital. La sede del Congreso está en Jerusalén, el presidente está en Jerusalén. Entonces ¿quiénes somos nosotros para cuestionar dónde ellos establecen su propia capital?”, afirmó.