El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro -candidato a la reelección- marchó con muchos miles de evangélicos en Río de Janeiro este pasado sábado, a 50 días de los comicios. El teórico favorito sigue siendo el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

El líder conservador participó en Río en una multitudinaria "Marcha para Jesús", como ya hizo semanas atrás en otras ciudades brasileñas que celebraron el mismo evento. Una participación que le acerca al influyente electorado evangélico con las presidenciales del 2 de octubre a las puertas.

Entre los brasileños que se declaran evangélicos, las encuestas le atribuyen a Bolsonaro un 40 % de respaldo, mientras que a Lula le dan un 30 %.

En conjunto, según los sondeos publicados hasta la fecha, Lula obtendría el 40-45 % de los apoyos, frente al 30% que obtendría Bolsonaro, que aparece en segundo lugar en las intenciones de voto.

Destacada presencia de la Primera Dama

Acompañado de la primera dama, Michelle Bolsonaro, el jefe de Estado pidió que el país no experimente "los dolores del comunismo" y volvió a posicionarse contra "el aborto, la ideología de género y la liberación de las drogas".

Michelle Bolsonaro, fue sin embargo la gran protagonista. De fe evangélica, iba vestida con una camiseta con los colores de la bandera brasileña, acompañó al presidente los tres kilómetros del recorrido hasta la Praça da Apoteose.

En el camino, Michelle saltó, coreografió canciones gospel, lanzó besos a la audiencia y dirigió una oración. Del acto también participaron líderes evangélicos como el pastor Silas Malafaia, así como el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro (PL).

Bolsonaro dejó varias declaraciones reiterando su postura y agenda.

"Hoy todos pueden decir que tenemos un presidente de la República que cree en Dios, respeta a sus policías y militares, a la familia brasileña y que debe lealtad al pueblo", expresó.

Asimismo, volvió a convocar a sus simpatizantes a "dar un grito muy fuerte" en las manifestaciones del próximo 7 de septiembre, cuando el país celebrará los 200 años de su Independencia, que sirva para decir "a quién pertenece esta nación".

"Nosotros queremos transparencia y libertad" y "vamos a continuar siendo un país libre", garantizó, en alusión a su ofensiva contra el sistema electrónico de votación, que considera  una fuente de "fraudes" y que está intentando cambiar con el apoyo de algunos sectores de las Fuerzas Armadas.