Recuerdan la obra de un grande de las misiones fallecido recientemente
Moisés López fue pastor, evangelista, misionero, movilizador, plantador de iglesias, iniciador y promotor del programa "Alcance una Etnia".
CIUDAD DE MÉXICO · 30 DE AGOSTO DE 2018 · 09:20

Moisés López, fundador de la Cooperación Misionera de México (COMIMEX) y uno de los principales impulsores de COMIBAM (Cooperación Misionera Iberoamericana), falleció a mediados de mes en un accidente automovilístico ocurrido en la Ciudad de México. En el vehículo que conducía Moisés viajaban también su esposa Vicky, quien también falleció y un nieto, quien sobrevivió con lesiones graves. López deja un gran legado de compromiso misionero.
Así lo recuerda Gilberto Rocha, pastor principal del Centro Cristiano Calacoaya: “Conocía Moisés y a Vicky desde que yo tenía unos 20 años. Tuve mucho trato con ellos cuando estuve en el instituto bíblico. Recuerdo que siempre nos hablaban del objetivo de ir a evangelizar a las etnias”.
López nació en ciudad de México en 1946 y decidió que los últimos años los dedicaría a sus hijas y nietos. Sirvió en la obra de Dios por más de 30 años. Fue pastor, evangelista, misionero, movilizador, plantador de iglesias, iniciador y promotor del programa Alcance una Etnia. En 2017, el Congreso Misionero Iberoamericano, COMIBAM Internacional le otorgó el reconocimiento de “Embajador” por su testimonio y liderazgo dedicado al ministerio a favor de la comunidad misionera iberoamericana.
“Con ellos [Moisés y Vicky] realicé un viaje a visitar las etnias al estado de Puebla y durante un tiempo se estuvieron congregando en Calacoaya. Ellos dejaron un legado muy importante en la vida de la Iglesia en México, al no olvidarnos de alcanzar a los diferentes grupos étnicos que tenemos en nuestro país”, agregó el pastor Rocha.
Por su parte, el pastor Rubén Proietti, presidente de la Alianza Latina Evangélica, afirmó que “su partida terrena es una gran pérdida, pero él ganó la corona que Cristo le tenía preparada. Su ejemplo de vida, su compromiso y la visión de reino que compartió trasciende a la muerte”.
Moisés López comprendió la urgente necesidad de llevar el evangelio a las personas que viven en poblaciones donde no hay nadie que sea cristiano. Lugares donde no hay quien pueda compartir en el mismo idioma que hablan los lugareños, el mensaje del Evangelio. La presencia de la Palabra de Dios en México fue percibida por este misionero como suficiente para que el país no sea sólo receptáculo, sino que “ahora debemos vernos a nosotros mismos como elemento de bendición para todas las familias de la tierra”, como escribió él mismo en cierta ocasión.
“Gran parte de la obra misionera que hoy en día alcanza a grupos indígenas en diferentes estados de la República, la debemos al ministerio de Moisés y Vicky desarrollaron, a la visión que ellos tuvieron”, asegura el pastor Rocha. “Siempre con el ánimo de ir a esa gente que está olvidada. Tenían una visión integral, no sólo ir y predicar el evangelio, sino también el desarrollo de sus comunidades, enseñarles a trabajar, a ser productivos, integrarlos a la sociedad mexicana sin perder su cultura”, agrega el líder de la iglesia Calacoaya.
La muerte de Moisés y Vicky López es una baja importante para el movimiento misionero mexicano y para toda la comunidad misionera iberoamericana y mundial. Su legado seguirá a sus acciones pasadas y, sin duda, repercutirán en mayor compromiso.
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