México: drogas, pobreza y violencia borran la esperanza

El año pasado México vivió un año con una de las tasas de homicidio más altas en varios años con casi 30.000 asesinatos. El Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió una advertencia de viaje para cinco estados mexicanos. Uno de los principales factores en este aumento de la violencia es el tráfico de drogas.

La ubicación geográfica de México tiene mucho que ver con el nivel de narcotráfico que tiene lugar dentro de sus fronteras. Las drogas generalmente viajan hacia arriba, ya sea desde América del Sur o México, a los Estados Unidos donde hay un gran consumo de drogas. Estas incluyen marihuana, heroína y cocaína.

A medida que más estados en los Estados Unidos legalizan la marihuana y más gente la cultiva dentro de las fronteras del país, los cárteles de la droga están cambiando su modus operandi, recurriendo a drogas más duras como la cocaína y la heroína.

Pero el problema no es solo el paso de las drogas a través de México o la violencia que crea esta actividad, sino que también hay mucho uso de drogas en México, especialmente entre los más jóvenes.

Omar Villagrán es el Director Nacional de Compassion International en México. La organización trabaja con casi 200 iglesias locales de diferentes denominaciones en ocho estados diferentes. Se enfocan en las comunidades donde prevalece la pobreza para llegar a miles de niños y jóvenes necesitados. Pero las drogas son solo uno de los muchos problemas que enfrentan.

Él asegura que “uno de los mayores desafíos es la desintegración familiar. En las comunidades muy pobres, las familias se desintegran porque el padre y la madre tienen que trabajar. A veces el padre debe emigrar a otros lugares y las familias quedan solas porque la madre tiene que trabajar para mantener a los niños".

Él explica que la falta de liderazgo masculino hace mella en estas comunidades. Y debido a que hay pocos recursos en estas áreas, algunos jóvenes se van del hogar para tratar de encontrar mejores oportunidades en educación y empleo en las ciudades más grandes. Pero, Villagrán agrega que, no tienen los recursos para pagar la educación en las ciudades.

Las drogas, la pobreza y la pérdida de la estructura familiar casi han borrado la esperanza en estas comunidades. Compassion International trabaja para inyectar esperanza en las vidas de las personas atrapadas en el ciclo de la pobreza. Villagrán explica que "siempre tratamos de incorporar o involucrar a los padres en la educación de los niños. Y entonces, lo que hacemos es crear diferentes actividades para incorporar a los padres".

"Estamos trabajando para aumentar la autoestima porque la desintegración familiar es una gran causa para que los niños entren en las drogas. La sensación de estar solo o la falta de una buena autoestima ", explica Villagrán.

Pero para una transformación verdadera y total, Villagrán dice que estos niños deben conocer a Jesús. El Evangelio, dice, ayuda a las personas a ver una perspectiva diferente de la vida. Y entonces estos programas también están dan a los niños la oportunidad de aprender más acerca de Jesús.