Jesús y la cortina de humo de la marihuana
Canadá aprobó el consumo recreativo de THC. Es imposible andar por la calle sin la nube de cannabis. La gente fuma para dormir, aguantar al jefe, y hasta para empujar el cochecito del bebé.
22 DE OCTUBRE DE 2018 · 09:00

El pasado 13 de abril, en medio de la crisis de producción del Modelo 3 de Tesla, Elon Musk concedió una larga entrevista a la periodista de CBS Gayle King donde enviaba un mensaje velado a sus inversionistas: mientras ustedes se dedican a criticarme, yo estoy aquí durmiendo en la fábrica y tratando de sacar este infierno adelante.
En el video (puedes ver el video de la entrevista aquí): se aprecia un Elon extenuado, con la nariz y los ojos enrojecidos.
Casi se me escurren las lágrimas cuando vi el sufrimiento en un hombre del cual se ha dicho que su principal virtud es la capacidad de resistir el dolor más allá de cualquier otro CEO. Mi esposa en cambio meneaba la cabeza indulgente y sonreía al sugerir que la causa de aquellos esos ojos enrojecidos debía ser otra muy distinta del sufrimiento estoico que yo asumí.
Poco después (el 7 de septiembre para ser más exactos), Elon se encargó de confirmar las sospechas de mi esposa con la entrevista que le dio al cómico Joe Rogan (puedes ver la entrevista con Rogan aquí), en la que aparece bebiendo whisky y fumando un tremendo porro marrón, mezcla de tabaco y marihuana.
Tratándose del día en que las acciones de Tesla se desplomaban un 10% y en que renunciaban dos de sus altos ejecutivos, no puede uno sino entender la molestia de los otros miembros del board entre los cuales hay gente tan seria como Antonio Gracias, director del Economic Club of Chicago.
Al margen de la infantil soberbia que proyecta un CEO celebrando el día de su peor cotización en bolsa, debemos preguntarnos por qué una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo decide nublar sus sentidos con una cortina de humo.
Para ser benévolos, podríamos responder que Musk no es el único líder que alivia la tensión de esta manera. Son bien conocidos el alcoholismo de Churchill, Bush y Boris Yeltsin. También la inclinación por la marihuana de Obama y Clinton. Para no ir más lejos, en nuestros países latinoamericanos no ha sido raro tener presidentes alcohólicos o adictos a la mezcla de substancias psicoactivas.
En el mundo de los negocios, emprendedores mundialmente admirados como Richard Branson, Ted Turner o Michael Bloomberg son fieles defensores y consumidores de cannabis.
La tecnología y la ciencia no son la excepción. El más famoso divulgador científico de nuestro tiempo, Carl Sagan fue un ferviente marihuanero, llegando incluso a escribir un capítulo, bajo el pseudónimo de Mr. X, del libro Marijuana Reconsidered, el cual está dedicado a promover las virtudes de la planta.
Y es precisamente porque la cosmovisión global ha ido dándole un lugar tan cool al uso de estupefacientes, por lo que alguien como Musk se atreve a hacerlo en vivo y en directo. Y lo hace -no puedo dejar de insistirlo- justo el día en que su empresa más emblemática atraviesa su peor momento en bolsa.
Lo más irónico de todo esto es que a partir de aquel 7 de septiembre, la cotización de Tesla empezó a subir y a la fecha en que escribo, ha ganado un 16%. Con lo cual podemos concluir que la jugada de relaciones públicas en el show de Joe Rogan le salió bien. El mercado premia a Musk nuevamente, y los inversores en corto siguen sufriendo.
Al igual que Musk, la marihuana vive un gran momento. En la tierra santa de Israel es legal desde 1995 para usos medicinales, pero el consumo recreativo está ampliamente difundido. Colombia atraviesa hoy una fiebre inversionista tras la aprobación del cultivo y comercio legal de THC. Canadá aprobó este año su consumo recreativo y ya es prácticamente imposible andar por la calle sin sentirse imbuido en una omnipresente nube de cannabis. La gente fuma para ir a dormir, al despertar, para aguantar al jefe, para ir a estudiar, al volver de estudiar, antes de entrar a la casa, al pasear al perro y hasta para empujar el cochecito del bebé.
Se ha vuelto un lugar común acusar a los millenials por vivir en su mundo virtual. Pero los adultos de todas las edades también hemos sucumbido a la tentación de moldear nuestras percepciones para poder enfrentar la realidad.
¿Por qué una sociedad rica y en paz decide sumergirse en una realidad alterada por los medicamentos o las drogas recreativas?
La Escritura nos muestra que esta tendencia no es nueva y que antes bien, ha seguido al hombre desde aquel día en que el patriarca Noé decide ahogar su angustia en un mar de alcohol.
Musk no solo estaba ejecutando una estrategia de relaciones públicas. También estaba mitigando el dolor al mezclar su sangre con alcohol y marihuana. Un poco de aquí, un poco de allá y las penas se alejan temporalmente. El sufrimiento parece más tolerable y nadie está tan limpio como para arrojarnos la primera piedra.
Sangre y THC me hacen recordar al vino mezclado con mirra que, según la costumbre de la época, se le ofreció a Jesús, el Cristo, mientras enfrentaba su tortura mortal en la cruz.
La mirra, una costosa resina importada desde Africa, tenía muchos usos medicinales, entre ellos la sedación. Se le ofrecía a los condenados a muerte en un acto de caridad que era aceptado por las autoridades romanas en una muestra de compasión.
Así quedó escrito: Le dieron a beber vinagre mezclado con hiel: y gustando, no quiso beberlo (Mateo 27:34).
En su humanidad, nuestro Señor tiene un primer impulso natural a saciar su sed. Sin embargo, al sentir el inconfundible amargo de la Mirra, se negó a beberlo.
Tal vez eso sea lo que más requiera la educación cristiana en el mundo de hoy: enseñarnos a encarar el sufrimiento en perfecta sobriedad. Poniendo todos nuestros sentidos en el dolor, entendiéndolo como el canal más poderoso de discipulado que existe y frente al cual no hay lugar a cortinas de humo.
En cuanto a nosotros, gracias a que Jesús no quiso poner una cortina de realidad virtual en la cruz, aquel mismo día se rompió la verdadera cortina que nos envuelve y separa de la realidad de Dios, de arriba abajo y para siempre.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Futurología bíblica - Jesús y la cortina de humo de la marihuana