Ir a la iglesia sin conocer a Cristo

¿Se puede vivir 30 años asistiendo todos los domingos a la Iglesia y no tener un conocimiento íntimo de Cristo?

    08 DE JULIO DE 2020 · 11:00

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    Stefan Kunze, Unsplash

    A fin de conocerle, y el poder de su resurrección,

    y la participación de sus padecimientos,

    llegando a ser semejante a él en su muerte

    Filipenses 3: 10

    Un solo objetivo persigue este versículo, estimular a todos los cristianos a adquirir un conocimiento profundo de Cristo. Pablo no quiere que este conocimiento sea teórico, sino vital.

    En la novela El valle profundo, de Steimbeck, un personaje femenino dice a su marido: “Llevo 30 años viviendo contigo y no te conozco.”

    ¿Se puede vivir 30 años con una persona y no conocerla? ¡Indudable!

    ¿Se puede vivir 30 años asistiendo todos los domingos a la Iglesia y no tener un conocimiento íntimo de Cristo? ¡También!

    Judas vivió tres años en íntima comunión con Cristo y nunca llegó a conocer al Hijo de Dios. De haber conocido el alma de Cristo no le habría entregado.

    Tomás estuvo tres años con Cristo y cuando Jesús dice a los discípulos que Él se marcha, pero que ellos ya conocen el camino y el lugar al que se dirige, Tomás responde con ignorancia: “Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?” (Juan 14:1-5).

    Pedro consumió tres años de su vida, día y noche, en el círculo más íntimo de Jesús, guiando sus pasos por los pasos del Maestro, y cuando es denunciado por una mujer como amigo de Jesús, le responde: “Mujer, no lo conozco” (Lucas 22:57).

    Felipe anduvo tres años tras las pisadas del Maestro, y al final de ese largo camino Jesús tiene que recriminarle con tristeza: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido, Felipe?” (Juan 14:9).

    Vivimos en las Iglesias Cristianas sin conocer a Cristo. Hemos convertido el xristianismo en un sistema religioso. Hemos olvidado que el cristianismo es Cristo.

    La persona de Cristo.

    El carácter de Cristo.

    La vida de Cristo.

    Los milagros de Cristo.

    Las enseñanzas de Cristo.

    Los sufrimientos de Cristo.

    La muerte de Cristo.

    La resurrección de Cristo.

    La realidad celestial de Cristo.

    El encuentro definitivo con Cristo.

    La presencia eterna con Cristo.

    Pablo tenía una sola pasión en su vida: conocer profundamente a Jesús. Dejarlo todo y seguir los pasos de Cristo “a fin de conocerle” (Filipenses 3:10).

    De esta misma pasión hemos de participar todos los que cada domingo acudimos alegremente a la casa del Señor.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Enfoque - Ir a la iglesia sin conocer a Cristo

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