Epidemia de soledad

La soledad es un problema creciente, nos convertimos en una sociedad de solitarios. Tenemos a personas por encima de nosotros, por debajo, pero muy pocas junto a nosotros.

05 DE DICIEMBRE DE 2019 · 10:00

Warreng Wong, Unsplash,hombre caminando solo en la noche
Warreng Wong, Unsplash

He leído algo que me ha impactado, aún cuando estoy familiarizado con el tema y he escrito de el en varias ocasiones.

Nunca creí que el tema de la soledad llegara a las alturas gubernamentales. El artículo de prensa que tengo sobre la mesa en la que escribo dice que el Gobierno de Inglaterra ha creado un “Ministerio de la soledad”. ¿Tan grave ven el problema en esas tierras?

La soledad se da especialmente entre personas mayores. Ancianos apartados del centro de la vida, desprovistos de atención familiar, abandonados en casas en las que mueren solos, como esos ancianos que son encontrados en su casa meses después de morir, a veces porque sus facturas quedan impagadas al acabarse el dinero que tienen en el banco.

Lo que pretende ese Ministerio de la soledad en Inglaterra es solucionar un problema que cada vez se hace mayor y que comporta gastos públicos considerables, porque la gran parte de esas personas solitarias dependen de la ayuda del Estado.

En el período previo a la Navidad, a menudo se ven campañas de organizaciones benéficas en las que se ven adultos mayores solos y aislados (aunque las personas que se sienten solas sufren la soledad en todas las estaciones del año, no sólo en el invierno).

Es una época del año en el que las personas tratan de reunirse con sus seres queridos para celebrar, por lo que la idea de enfrentar esos día solos es algo que mucha gente teme.

Según los especialistas la soledad es un problema creciente en la sociedad. Nos estamos convirtiendo en una sociedad de solitarios. Tenemos a personas por encima de nosotros, otras por debajo, pero muy pocas, poquísimas junto a nosotros. No somos personas unidas a otras personas. Somos individuos a los que les ocurren cosas. Y a veces esas cosas se derrumban sobre nuestras cabezas sin que nadie acuda en nuestra ayuda.

Pero no se crea que la soledad se da sólo entre personas mayores. Puede ocurrir en cualquier etapa de la vida. En nuestros tiempos es común encontrar personas jóvenes de mediana edad formando parte de una categoría de solos, solteros, viudos, divorciados, separados, de cualquier edad, de todas las edades, que padecen una soledad aguda o transitoria.

Dios no quiere que sus criaturas sufran el tormento de la soledad. “No es bueno que el hombre esté solo”, viene clamando desde el principio de los tiempos (Génesis 2:18). Y en el libro más profundamente humano que tenemos en la Biblia, Dios añade: “Yo puse casa a la soledad” (Job 39:6).

Sí, en Dios hay casa y refugio para todas las soledades.

Ocurre que pocos seres humanos acuden a Dios cuando la soledad martillea el corazón y disminuyen las ganas de vivir.

Hubo tiempos en los que la compañía de Dios era sentida con tal autenticidad que compensaba con creces las humanas soledades. Ahora vivimos en una sociedad que ha perdido a Dios, padece la huida de Dios y, como lo dijo el formidable escritor italiano Giovanni Papini, convertido del ateísmo a Cristo: “El hombre, al rehusar al Eterno Compañero, queda irremisiblemente solo”.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Enfoque - Epidemia de soledad