Celebrar Navidad en un mundo de dolor

Celebrar el nacimiento de Jesús significa renovar la esperanza. En el centro de un oscuro pesebre estaban “las buenas noticias que serían de alegría para todo el pueblo”

    10 DE DICIEMBRE DE 2020 · 11:00

    Tim Mossholder, Unsplash,luces de árbol de navidad
    Tim Mossholder, Unsplash

    Según el Informe de la ONU publicado en el 2019, América Latina y el Caribe es una de las regiones más violentas del mundo, y aunque solamente vive el 8% de la población mundial en ella, concentra el 40% de todos los homicidios. Recientemente también, América Latina ha sido sacudida por la pandemia del coronavirus y por protestas violentas y crisis política. Venezuela, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Haití... mucgas naciones han vivido enfrentamientos en sus calles con heridos.

    ¿Cómo celebrar a Jesús, Rey de Paz, cuando algunos de nuestros hermanos están envueltos en una ola de crisis y violencia?

    Recuerde, Él nació en un pesebre

    La celebración del nacimiento de Jesús, no es inapropiada en tiempos de turbulencia, en naciones en donde hay violencia y guerra, o aun en familias donde no reina la paz. El significado más profundo de la Navidad, es que Jesús dejó el cielo para nacer en un establo. Dios decidió dejar Su gloria para entrar a este mundo quebrantado, lleno de oscuridad y dolor.

    Él aceptó convertirse en el servidor de todos, y vino a nacer en las condiciones más humildes. Por esta razón, nuestro Señor Jesucristo sabe comprender el dolor de los pueblos o el sufrimiento de las familias; estuvo dispuesto a nacer en el lugar menos esperado, y desea ser celebrado en el lugar, humanamente, menos esperado.

     

    Celebre con esperanza

    Celebrar el nacimiento de Jesús aún en el dolor, significa renovar la esperanza. Jesús fue enviado con un mensaje: “Dios quiere reconciliarse con el mundo”. Justo en el centro de un oscuro pesebre estaban “las buenas noticias que serían de alegría para todo el pueblo” (Lucas 2:10, NVI).

    Abracemos con esperanza al niño envuelto en pañales. Su tierna humanidad, nos recuerda el amor que tuvo al venir y habitar en la tierra convirtiéndose en uno de nosotros. Vino a traer consigo una paz que sobrepasa todo entendimiento, y supera cualquier circunstancia.

     

    Dedique tiempo para servir a otros

    Desde su nacimiento, Jesús nos da una lección que debemos vivir: El amor por los perdidos, nos invita a dejar nuestra zona de seguridad, para servir a quienes tienen el corazón quebrantado, a los que padecen necesidad y a los que lloran la partida de un ser querido.

    Es tiempo servir a quien lo necesita, de llevar una palabra de ánimo y esperanza al que llora su dolor, y de abrazar al que busca consuelo y ánimo.

    Debemos detenernos, para regresar a casa, y vivir en paz con los que amamos, reconciliarnos con nuestro hermano y sanar el dolor que la violencia ha dejado en nuestros pueblos.

    La estrella brilla en el firmamento y nos recuerda que el Salvador del mundo ha nacido, para darnos vida y esperanza. Cuando nos hemos encontrado con Jesús, no podemos ser los mismos.

    Es tiempo de apaciguar el dolor, permitiéndole a Jesús ser el centro de nuestras vidas.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Enfoque a la familia - Celebrar Navidad en un mundo de dolor

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