EEUU | Solo el 10% de los autodenominados evangélicos tienen una teología correcta
Un estudio de G. Barna sugiere que el 90% restante tiene mayor posibilidad de ser influenciado por la cultura y no a la inversa.
Washington Watch, The Washington Stand · EE.UU. · 02 DE SEPTIEMBRE DE 2024 · 08:00
El director del Centro de Investigación Cultural de la Universidad de Arizona, George Barna, afirmó que de la población que se autodenomina evangélica en Estados Unidos, solo "el 10% de los adultos realmente cumplen los criterios teológicos que hacen que alguien sea evangélico".
Barna, que también es miembro senior del Family Research Council, explica que si en Estados Unidos, según algunos datos, existen unos 100 millones de personas que podrían ser evangélicos (el 40% de la población adulta), su investigación afirma que solo unos 25 millones de estos son más congruentes con esa identidad.
El renombrado investigador destaca que algunas de estas personas “son mucho menos bíblicos en su pensamiento… y tienden a votar en cantidades mucho menores de las esperadas”.
El estadístico analizó dichos resultados junto al ex congresista Jody Hice durante el programa Washington Watch. Este último dijo que los datos “también sugieren firmemente que los evangélicos tienen más probabilidades de ser moldeados por la cultura que los rodea que de influir en ella o evangelizarla”.
Aseveró suspirando que estos resultados son “devastadores” y plantean varias preguntas: ¿Qué llevó a esto? ¿Qué dice sobre la iglesia actual? ¿Y cuál es el camino a seguir?
El problema
Durante el análisis de los resultados, Barna se refirió a que algunos evangélicos “realmente no aceptan la Biblia en su sentido literal y muchas de sus creencias no son consistentes”, dijo.
“No estoy diciendo que [sean] una causa perdida o que sean malas personas, pero hay mucha desinformación en las mentes y corazones de personas que, incluso cuando se las define teológicamente como evangélicos, no aceptan lo que enseña la Biblia y no lo viven”. El investigador sostuvo que esta realidad entra en conflicto con la esencia de lo que se supone que debe hacer el evangelicalismo,
Para ellos, la consecuencia de esto es reflejada en el informe, donde se concluye que los acontecimientos de los últimos años han hecho que “millones de estadounidenses se den cuenta de lo depravada que se ha vuelto la sociedad” en ese país.
Siguió diciendo: “Políticos corruptos, periodistas y medios de comunicación deshonestos, instituciones sociales desestructuradas, líderes religiosos inmorales, programas y políticas gubernamentales inconstitucionales y más, han generado titulares incesantes que resaltan la decadencia de la sociedad estadounidense y la desaparición de los Estados Unidos”.
El informe afirma que “la profundidad de la depravación es impactante” y que es “indiscutible” que “la decadencia es un resultado directo del colapso espiritual del cristianismo en la nación”, en particular la forma en que la comunidad evangélica ha cambiado con el tiempo.
Según el estudio, “muchos evangélicos tal vez entiendan el panorama general del cristianismo, pero les cuesta aplicar esos principios básicos de la Biblia a las situaciones cotidianas”. Como resultado, caen víctimas del uso de estrategias seculares, como el uso de “eslóganes pegadizos de conductas que hacen sentir bien, tal como los promueve la cultura en la que vivimos”.
Barna estuvo de acuerdo y señaló que estas mismas personas “creen en la noción bíblica de Dios”, así como en el hecho de que “Dios es la base de toda verdad” y “que el propósito de la vida es conocer, amar y servir a Dios con todo el corazón, la mente y el alma”.
“Creen”, continuó, “que el universo fue creado por Dios… [y] la realidad de Jesucristo, que vivió en la tierra… [y] que Satanás existe”. La cuestión no está necesariamente en lo que creen, explicó, sino que el hecho es que “una vez que te alejas de ese tipo de enseñanzas de la Escuela Dominical… las cosas se vuelven bastante turbias”.
Destacó que la naturaleza y la aplicación de la verdad moral, la definición de lo que es el evangelio y las cuestiones teológicas más profundas que dan forma a nuestras pasiones y comportamientos son “cosas de las que no se habla tanto en nuestras iglesias. Y esos son los tipos de cuestiones que se relacionan no solo con nuestras vidas, sino también con los problemas políticos del día”.
Temas álgidos
George Barna mencionó específicamente cómo “cuestiones como el aborto, el transgenerismo, etc.” son “cuestiones en las que los evangélicos realmente tienen dificultades para establecer la conexión entre la verdad bíblica” y las cuestiones de identidad, propósito y avance del Reino. “Hay un grado en el que su teología proviene de la Biblia”, analizó Hice, “pero [luego] llevar esa teología al mundo es un asunto completamente diferente”.
Barna también comentó que los evangélicos suelen ser estereotipados como personas que te critican abiertamente por sus creencias cristianas. Pero, como señaló después, “nuestros datos muestran que las cosas han cambiado en los últimos 40 años” y “los evangélicos teológicos ya no son así, si es que antes eran así”. Por ejemplo, la investigación muestra que es muy poco probable que los evangélicos hablen con personas que tienen opiniones diferentes a las suyas. Y en lo que respecta a votar, “[Hallaremos] de que… es poco probable que más de un tercio de ellos voten actualmente en las próximas elecciones”.
Los cristianos SAGE Cons
Estas realidades hicieron que Barna comparara a los evangélicos con otro grupo de cristianos llamados "SAGE Cons" (conservadores espiritualmente activos y comprometidos con el gobierno).
A diferencia de los evangélicos, los datos demuestran que los "SAGE Cons" tienen muchas más probabilidades de promover constantemente su fe, no solo a través de la evangelización, sino en todos los aspectos de la vida.
“Más del 90% de los conservadores de SAGE votaron en cada una de las dos últimas elecciones”, afirmó Barna, mientras que los evangélicos ni siquiera se acercaron a esa cifra.
Además, enfatizó que era mucho más probable que los conservadores de SAGE fueran los que “hicieran cosas como boicotear productos o servicios que apoyan una ideología progresista.
La mayoría de los evangélicos no están dispuestos a hacer eso”. Estas son solo “algunas de las formas en las que, [cuando] observamos… la realidad del evangelicalismo en Estados Unidos hoy”, podemos ver que es “muy diferente del alarmismo que se está generando en el ámbito periodístico en relación con los evangélicos, pero también quizás bastante alejado de lo que muchos de nuestros pastores y líderes de la iglesia creen que está sucediendo” con este grupo específico.
Barna añadió que los datos también revelaron que “la mayoría de los evangélicos ni siquiera asisten a lo que generalmente se considera una iglesia evangélica”. Pero quizás lo más notable de estos hallazgos, destacó Hice, es que si “los evangélicos profesantes… no tienen una cosmovisión bíblica y no están siendo sal y luz en sus comunidades… [entonces] no están evangelizando”. Planteó la pregunta: “¿Determinó [el] estudio de alguna manera qué tipo de impacto está teniendo esa [falta de compromiso espiritual] en nuestra cultura y sociedad actuales?”.
Desafortunadamente, respondió Barna, se ha permitido que “los medios de comunicación se conviertan en evangelistas de Estados Unidos, en lugar de discípulos de Jesús”, que están llamados a “salir y hacer todo lo posible para compartir el amor y la gracia salvadora de Jesús con los pecadores perdidos”. Pero en realidad, “lo que está sucediendo es que ahora hay un vacío evangelizador en la sociedad estadounidense”, donde tanto los evangélicos como el resto de la sociedad están “siguiendo las indicaciones de los medios de comunicación”, que también son una de las principales fuerzas que buscan silenciar al cristianismo. Esto, afirmó Hice, es un pensamiento “indescriptiblemente aterrador”.
¿Hay soluciones?
El director del Centro de Investigación Cultural de la Universidad de Arizona, George Barna concluyó: “Si los seguidores de Jesús no están dispuestos a salir y hablar de Él, ¿quién lo va a hacer?”. Evidentemente, añadió, “los periodistas no van a ser los que profesen el evangelio en Estados Unidos”. Todo esto apunta al hecho de que “tenemos algunos problemas importantes… que abordar”. En cuanto a los primeros pasos, Barna instó: “El mejor lugar para empezar es dentro de nuestras familias”.
Son los padres, subrayó, quienes tienen la responsabilidad de “hacer todo lo que puedan… para criar a sus hijos para que sean campeones espirituales, para que escuchen el evangelio, lo conozcan, lo acepten, lo vivan, lo compartan. Ese es nuestro trabajo como padres y abuelos. Las iglesias pueden apoyarnos en eso, pero tiene que empezar en el hogar”. Más allá del hogar, Barna expresó que es necesario que los cristianos usen sus voces en el espacio público, que, como se reconoció anteriormente, es donde la diferencia entre los conservadores de SAGE y los evangélicos se vuelve más obvia.
Barna continuó señalando que una de las distinciones más significativas es que los conservadores de SAGE están comprometidos con la creencia de que “deben llevar su fe a todas las dimensiones de nuestra cultura, y por eso votan en tasas mucho más altas que otras personas. Hablan sobre temas con otras personas. Estudian los temas mucho más profundamente”.
También explicó cómo tienden a “leer la Biblia de manera consistente” y aplicarla mejor a “los temas de hoy, a los eventos actuales, a lo que los líderes políticos están diciendo y haciendo”.
Insistió: “Hay una distinción cada vez mayor entre” los conservadores de SAGE y los evangélicos. “Y, francamente, mucho de esto se debe a que, teológicamente, los evangélicos no están comprando todo lo que la Biblia tiene para vender. No están dispuestos a representar el Reino de Cristo con poder, autoridad, confianza y coherencia como solían hacerlo”.
Teniendo esto en cuenta, Hice preguntó: “¿Cuál es la mayor necesidad de la comunidad cristiana en Estados Unidos hoy?” Según Barna, necesitamos “sentarnos y dar una mirada profunda, intensa y realista a nuestra propia fe”.
En la Biblia, concluyó, hay algunas maneras en las que “Jesús identificó lo que se necesita para ser un discípulo suyo”. Al aplicar eso a las comunidades cristianas, solicitó Barna, los creyentes preocupados por ser valientes en su fe pueden entender cómo deben esforzarse por centrar sus vidas en “obedecer los principios bíblicos… amar a otros discípulos… producir fruto espiritual” y “amar a Dios mucho más que cualquier otra cosa en” sus vidas.
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