Cuando Torben Sondergaard y su familia huyeron de la persecución religiosa en Dinamarca en 2019, pensaron que encontrarían refugio en Estados Unidos. Nunca esperaron el trato que recibirían del gobierno estadounidense.

Dejando Dinamarca solo con sus maletas, Sondergaard continuó su ministerio, La Última Reforma, en América. El año pasado, funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) cancelaron la exención de visado de Sondergaard sin su conocimiento y lo detuvieron.  Primero le dijeron que era por contrabando de armas. Luego le cambiaron la acusación por quedarse más tiempo del permitido en su visado.

Tratado como un delincuente peligroso

El pastor cristiano fue encarcelado en el ala federal de la prisión del condado de Baker, en Macclenny, Florida, y pasó sus primeros 10 días en régimen de aislamiento. Nos contó que le obligaron a llevar un mono rojo, que se utiliza para identificar a los reclusos de alto riesgo y violentos, a pesar de que no tiene antecedentes penales.

 Tras 412 días en la cárcel, más de un año, Sondergaard fue expulsado a Dinamarca, país que abandonó inmediatamente para reunirse con su familia en otra nación no revelada.

Ahora, en su primera entrevista con los medios desde que fue deportado, Torben contó a CBN News lo conmocionado que se sintió al ser encarcelado en Estados Unidos.

"Creo que lo más impactante fue el shock", dijo Sondergaard. "No entendía cómo podía ocurrir esto en un país como Estados Unidos, donde hay tantos cristianos e iglesias y ministerios".

Sondergaard contó que, dentro del centro, se enfrentó a un nivel de hostilidad e intimidación por parte de los funcionarios del ICE diferente del trato que recibían otros detenidos.

La gente se me acercaba y me decía: '¿Qué te está pasando? ¿Qué está pasando aquí? No tratan así a nadie más'. Había intimidación. Tuve algunos encuentros con los agentes del ICE que fueron muy inusuales, y daba mucho miedo estar allí. Así que, en ese sentido, sí, mi caso fue diferente".

En una audiencia del subcomité de la Cámara de Representantes celebrada en julio, el presidente del Subcomité de Seguridad Fronteriza y Cumplimiento de la Ley, el congresista Clay Higgins (R-LA), acusó a la Administración Biden de perseguir a Sondergaard.

Higgins declaró ante el subcomité que Sondergaard "... es un inmigrante legal procedente de Dinamarca, llegó a nuestro país legalmente, solicitó asilo correctamente y no tiene cargos penales. Fue detenido por exceder la duración de su visado. Lleva más de un año encarcelado y en régimen de aislamiento. Ha sido perseguido por esta administración y señalado, creemos, porque es un ministro cristiano evangélico".

La cárcel le transformó y humilló

Torben afirma que, a pesar de la dureza del trato recibido, su estancia en la cárcel le transformó y le hizo más humilde, especialmente cuando algunos de los líderes cristianos con los que, según él, se había mostrado interiormente crítico fueron algunos de los que hablaron en su favor.

"Y cuando hablaron en mi favor, me sentí profundamente humilde. '¿Realmente hablaron por mí?' Y Dios lo utilizó para humillarnos a mi mujer y a mí y para mostrarnos quiénes son nuestros enemigos y quiénes no. Tenemos el mismo enemigo. Seguro que no somos enemigos los unos de los otros", afirma Sondergaard.

Torben dice que era uno de los pocos detenidos del centro que no hablaba español, pero eso no impidió que el avivamiento se extendiera por su unidad.

El avivamiento se extendió por la prisión

Sondergaard relató: "Una persona de mi primera celda vino a mi dormitorio y le pregunté: 'Oye, ¿eres cristiano?' Y me contestó: 'Sí, sí'. Me dijo: 'En realidad, en nuestro dormitorio estudiamos la Biblia todos los días. Hay un misionero en algún lugar de esta prisión que ha hecho algunas enseñanzas. Se ha traducido y va de dormitorio en dormitorio, y nosotros estudiamos la Biblia en nuestro dormitorio. Y es tan bueno'. Y él me dijo eso y yo dije, 'Yo soy ese misionero,' (y él dijo) '¿Usted es?' Y estaba tan emocionado de verme, así que realmente creció".

Sondergaard dijo: "Muchos fueron sanados, personas fueron llenas del Espíritu Santo, y muchos fueron liberados en nuestra celda. Fue realmente poderoso, y fue un momento muy especial".

Sondergaard cree que vendrá persecución para todos los creyentes

Sin embargo, Sondergaard cree que su experiencia es también una advertencia a la Iglesia de que la persecución se acerca.

"Creemos que (la persecución) es para los pocos (cristianos) extremistas que hay. Y pensamos que estamos a salvo si no hacemos como ellos. Y tal vez son sólo unos pocos ahora, pero son unos pocos ahora y luego en poco tiempo serán los muchos. Y en el futuro, serán todos los que confiesen a Jesús como Señor".

La solicitud de asilo de Torben sigue pendiente, pero por ahora, por fin se ha reunido con su mujer y su familia.