Una madre de California ha denunciado el sistema de escuelas públicas de su estado y lo acusa de lavarles el cerebro a los niños sobre la ideología de género. Ella quiere arrojar algo de luz sobre el efecto devastador que puede tener en sus vidas.

Durante un panel de discusión reciente organizado por Heritage Foundation, Abigail Martinez compartió, por primera vez, la trágica historia de su hija de 16 años, cuya lucha con la identidad de género la llevó a quitarse la vida. 

El inicio de una tragedia

Superada por la emoción, Martínez describió a su hija como una "niña femenina" durante su primera infancia a la que le encantaba vestirse como una princesa.  Durante el séptimo y octavo grado, comenzó a mostrar signos de depresión. 

Martínez dijo que se acercó a los funcionarios escolares en busca de ayuda y les pidió que "la vigilaran". Ella dijo que su hija fue acosada en la escuela y que los niños la llamaban fea. Una vez que llegó a la escuela secundaria, la joven decidió que quería ser un niño.

“Cuando empezó la preparatoria se le abrieron las puertas a lo que ella estaba hablando, como transgénero, ir a reuniones, ir a todo el apoyo que ellos creen que tienen para estos niños… que no es así”, recordó Martínez.

"El consejero escolar estuvo involucrado, DCFS (Departamento de Servicios para Niños y Familias) estuvo involucrado, LGBT también estuvo allí, tratando de 'ayudar' a mi hija en la transición de ser transgénero", señaló Martínez. “Me acusaron de que no quería abrir los ojos porque ella sentía desde que era una niña pequeña que era un niño, lo cual no era cierto."

Alejada de los padres

Martínez dijo que se reunió con el director y el consejero de la escuela, pero en realidad empeoraron las cosas. Después de un intento fallido de suicidio, su hija fue colocada en un hogar de acogida y luego comenzó a llamarse Andrew.

“La psicología escolar y LGBT le dijeron a DCFS que mi hija estaría mejor fuera de la casa”, dijo la angustiada madre. "Se llevaron a mi hija cuando tenía 16 años. Hice lo mejor que pude para recuperarla... yendo a la corte todos los meses".

Ella continuó: "Cuando fui a la corte, le pedí al juez que dejara que mi hija se sometiera a una evaluación psicológica". Pero como la trabajadora social de su hija dijo que necesitaba ser reconocida como transgénero, el juez rechazó la solicitud de Martínez.

Un grupo LGBT alentó su decisión de hacer la transición a una identidad masculina y le dijo que el estado de California pagaría por sus cirugías.

"Este era el mejor momento para hacerlo", le dijeron a su hija, "porque si no lo haces ahora, nada te va a hacer feliz. Estás infeliz con tu cuerpo, odias a tu cuerpo, así que ve por ello'".

Martínez dijo que instó a los tribunales a centrarse en la crisis de salud mental en lugar del problema de identidad de género y "ayudarla de adentro hacia afuera. Lo que más me dolió fue que me dijeron que no le hablara de Dios". Una trabajadora social le advirtió a Martínez que hablar de Dios "lo iba a hacer sentir incómodo/a (a Andrew) porque corre peligro de suicidarse".

En septiembre de 2019, su hija se suicidó arrodillándose frente a un tren que se aproximaba. Abigail concluyó su historia diciendo que esperaba que ningún otro padre tuviera que soportar la angustia que ella experimentó.  "Quiero que todos sepan la verdad porque no tenía que suceder", dijo Martínez. "No quiero que esto le suceda a ninguna otra familia o que pase por todo este dolor. Hay mucho dolor".

La disforia de género

Los mismos defensores de las personas transgénero reconocen que la mayoría de los niños preadolescentes que luchan con su identidad de género la superarán en la edad adulta.

Eso pone en duda la necesidad de afirmación social, y mucho menos de intervenciones médicas. Los bloqueadores de la pubertad y las hormonas del sexo cruzado también conllevan riesgos físicos para los niños. Incluyen infertilidad, accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y debilitamiento de los huesos. Y las mutilaciones de la cirugía trans deja huellas físicas y psicológicas indelebles.

El estado de Texas ha decidido que los procedimientos de cambio de sexo para niños son equivalentes a "abuso infantil ". Como resultado, el hospital pediátrico más grande de EE. UU. ahora ha cancelado los tratamientos transgénero que bloquean la pubertad para los niños.