Dos mujeres provida son posibles candidatas a la Corte Suprema de EEUU

La muerte de Ginsburg abre la posibilidad de reforzar la mayoría conservadora en el Tribunal Supremo, que sería de 6-3 si se confirma a la nueva jueza.

Agencias · 20 DE SEPTIEMBRE DE 2020 · 17:00

Tribunal Supremo de EEUU, Bill Mason / Unsplash,Tribunal Supremo de EEUU
Tribunal Supremo de EEUU, Bill Mason / Unsplash

Donald Trump anunció su intención de nominar a una mujer para reemplazar el hueco dejado en la Corte Suprema de EE.UU. por la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg el viernes pasado. La nominación del candidato corresponde al presidente y su confirmación, al Senado.

La muerte de Ginsburg, magistrada proabortista y liberal, el viernes a los 87 años, ha provocado una sacudida en la política del país y en la reelección de Trump, que se disputa a principios de noviembre.

El adiós de Ginsburg abre la posibilidad a Trump y a sus aliados republicanos en el Senado de reforzar la mayoría conservadora en la Corte Suprema, que hasta ahora ha sido de 5 a 4 (aunque uno de los magistrados nombrado por republicanos, John Roberts, se ha alineado en ocasiones con la minoría progresista) y que pasaría a ser de 6-3 si se confirma a la nueva jueza.

La renovación de la Corte Suprema ha desatado una batalla política entre republicanos y demócratas, por ocurrir a pocas semanas de las elecciones, en las que se pone en juego la Casa Blanca y la renovación del Congreso, además de cargos estatales. La elección de los jueces de la Corte Suprema, que en los años venideros será decisivo en asuntos como aborto, derechos LGBT, acceso a armas o financiación electoral, es una de las grandes prioridades del electorado.

Los demócratas han acusado a los republicanos de la "más alta hipocresía" por bloquear en 2016 durante ocho meses a un juez nominado por el expresidente Barack Obama por estar próximas las elecciones presidenciales (que finalmente ganó Trump). Entonces, como ahora, el Senado estaba bajo mayoría republicana. Ahora, sin embargo, los republicanos han cambiado de opinión y están dispuestos a permitir que se vote al nominado por Trump aunque de nuevo las presidenciales estén a la vuelta de la esquina.

Dos juezas son las que se consideran que tienen mayores probabilidades de ser nominadas por Trump: Amy Coney Barrett y Bárbara Lagoa.

 

Amy Coney Barrett

Barrett, de 48 años, es jueza de la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito de Estados Unidos, con sede en Chicago, es católica carismática, conservadora y provida. Trabajó para el difunto juez Antonin Scalia después de graduarse de la escuela de leyes. Anteriormente, había enseñado Derecho en la Universidad de Notre Dame durante 15 años.

Los demócratas se opusieron a su nominación, cuestionando si la académica podría ser un árbitro imparcial debido a sus creencias religiosas.

Durante su audiencia de confirmación ante la corte de apelaciones, Barrett dijo que en ese rol ella “seguiría sin falta” todos los precedentes de la Corte Suprema: “Nunca impondría mis propias convicciones personales a la ley”, agregó.

 

Barbara Lagoa

La jueza cubanoamericana de 52 años es originaria de Miami. Lagoa fue nominada en 2006 por el entonces gobernador Jeb Bush a la Corte de Apelaciones del Tercer Distrito de Florida, donde desempeñó durante más de una década antes de ser propuesta brevemente a la Corte Suprema del estado.

El año pasado, Trump la nominó a la Corte de Apelaciones del Onceavo Circuito, con sede en Atlanta, y fue fácilmente confirmada.

Lagoa es integrante de la conservadora Sociedad Federalista y cuenta con el respaldo del gobernador de Florida, Ron DeSantis. Son conocidas sus creencias conservadoras, especialmente en materia de aborto.

 

Otras dos posibles candidatas

Aunque con menos fuerza, también se mencionan como posibles candidatas Kate Todd, una abogada de Virginia de 45 años; y Allison Jones Rushing, de 38 años. Ambas también provida y constitucionalistas.

A esta última se le recuerda, por ejemplo, por haber trabajado para Alliance Defending Freedom, grupo cristiano que defendió al pastelero de bodas que se negó por conciencia a vender sus productos a una boda homosexual; así como a las empresas que acusaron que la ley los obligaba a ir en contra de sus creencias religiosas al tener que dar anticonceptivos a sus empleados.

Rushing fue también parte de la defensa del Marriage Act, que definía el matrimonio como el realizado entre un hombre y una mujer.

Por su parte Kate Todd es ex abogada asociada de la Casa Blanca, y actualmente enseña derecho de tribunales federales en la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington y es miembro público de la Conferencia Administrativa de los Estados Unidos.
También es colaboradora de la Federalist Society (Sociedad Federalista), un grupo conservador que aboga por la Constitución como base de la justicia. Se graduó magna cum laude de la Facultad de Derecho de Harvard.

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