Nueve líderes de organizaciones evangélicas de Estados Unidos exhortaron al gobierno de Donald Trump para que deje en libertad a migrantes detenidos “que no representen una amenaza para la seguridad pública” durante la pandemia de coronavirus, en particular los ancianos o las personas de riesgo de contraer COVID-19.

En una carta enviada el lunes al secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, los evangélicos pidieron a grupos religiosos y locales en general que busquen para los migrantes “lugares seguros donde hallar refugio” mientras dure la cuarentena. Tales medidas ayudarían a mantener el distanciamiento en los lugares de detención, lo que beneficiaría también al personal.

“Nuestra preocupación se basa en nuestra creencia cristiana de que cada vida humana está hecha a la imagen de Dios y por lo tanto es preciosa, y como usted, queremos hacer todo lo posible para minimizar la pérdida de vidas como resultado de esta pandemia”, escribieron los evangélicos.

Dijeron que la carta “alentaría a muchas iglesias y ministerios dentro de nuestras redes a proporcionar toda la ayuda que puedan” para refugiar a los migrantes liberados.

Los firmantes incluyen a Russell Moore, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur; Walter Kim, presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos, y Samuel Rodríguez, presidente del Consejo Nacional de Liderazgo Hispano Cristiano. Todos son integrantes de la Mesa Evangélica de Inmigración, líderes cristianos que promueven una reforma exhaustiva de las leyes de inmigración.

EEUU libera a casi 700 inmigrantes

Luego de la carta enviada por los líderes evangélicos el Gobierno estadounidense liberó este martes a casi 700 personas de centros de detención para inmigrantes a lo largo y ancho del país en medio de inquietudes sobre la propagación del nuevo coronavirus.

Ken Cuccinelli, subdirector interino del Departamento de Seguridad Nacional, dijo que las 693 personas que fueron declaradas como elegibles para ser puestas en libertad son gente que es considerada como médicamente vulnerable al nuevo coronavirus y que no representa un riesgo a la seguridad ni de fuga si Estados Unidos busca volver a ponerlas bajo custodia.

Cuccinelli comentó a los reporteros el martes que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) revisó a los detenidos por factores de riesgo como edad, embarazo o problemas de salud subyacentes.