Una foto de la represión religiosa en Cuba en 2019

El caso de los pastores Ramon Rigal y Ruth Expósito, encarcelados por negarse a adoctrinar a sus hijos en el sistema estatal educativo y por el bulling escolar contra su hija, es sola una de las violaciones a la libertad de conciencia en el reporte 2020 de Christian Solidarity Worldwide (CSW) sobre Cuba.

La ONG británica refirió también la "siembra" de informantes gubernamentales en iglesias cubanas por parte de la Seguridad del Estado, con el objetivo de "monitorear e intimidar a líderes religiosos, reportar el contenido de los sermones y otros eventos".

La distribución de material religioso en Cuba, asimismo, "se ha visto afectada para todas las denominaciones, dentro o fuera del Consejo de Iglesia de Cuba (CIC)", la falta de Biblias en las ciudades es más evidente, expresa el reporte anual.

"Ese recorte es resultado de un incremento de la demanda y severas restricciones gubernamentales para la importación de Biblias y otros materiales", asegura el documento, que recuerda que en el caso de las iglesias protestantes, deben realizar el proceso a través del CIC, que no representa a la mayoría de estas iglesias.

En febrero de 2019 fueron confiscadas en el Aeropuerto Internacional José Martí 300 Biblias de visitantes extranjeros que pretendían donarlas a instituciones religiosas, las autoridades militares señalaron "libros cristianos no se permiten aquí".

La regulación o prohibición de salida del país de varios líderes religiosos fue también un punto documentado por CSW. Así, recordó que en febrero fueron retenidos e interrogados cuatro líderes del Movimiento Apostólico y meses después los cinco principales presidentes de denominaciones evangélicas, todos en el Aeropuerto de la capital.

Estos últimos, han sido asediados y citados reiteradamente por la policía política, a causa de su oposición a la nueva constitución comunista y la creación de la Alianza Evangélica, organización independiente que se desmarca del oficialista CIC.

En septiembre de 2009 el gobierno admitió que capellanes protestantes y católicos podrían ofrecer servicios religiosos en prisiones cubanas. El informe de 17 páginas remarca que en algunos casos, los presos políticos han sido alertados de no participar en estos cultos, lo cual viola el derecho a profesar su fe.

Un derecho respetado en casi todo el hemisferio occidental, con la gran excepción de Cuba

Anna Lee, jefa de abogacía en CSW, explicó para La Hora de Cuba, que cree importante "un cambio de la ley que limita mucho al derecho a la libertad de reunión", aunque no cree que eso "ayude mucho a grupos como el Movimiento Apostólico, sobre todo porque la ley cubana todavía dice que todos los grupos religiosos tienen que ser registrados".

"Mientras el Partido Comunista, a través de la Oficina de Asuntos Religiosos siga bloqueando a grupos como el Movimento Apostólico, y ahora también a grupos como la nueva Alianza Evangelica, se los considerará ilegales".

Por otro lado, asegura vital "legalizar todos los grupos religiosos en la isla. Si es necesario que se registren este proceso debe ser transparente con requisitos muy claros y públicos en acuerdo con la ley internacional que protege la libertad religiosa y con la posibilidad de apelar una decisión negativa, algo que no existe bajo el sistema actual".

"Pero aún mejor sería que el gobierno cubano reconozca el derecho de todos los cubanos a reunirse de manera libre y pacífica y ser parte de asociaciones y grupos, incluyendo aquellos con motivos religiosos sin que se involucre el gobierno", puntualiza.

"Esos son asuntos muy personales, y creo que cada cubano es capaz de tomar su propia decisión sobre si quiere asistir a un evento religioso o no, y si quiere ser miembro o participante en un grupo religioso o no", dice Lee, una de las redactoras del Informe 2020.

"Ese es un derecho reconocido en la ley internacional, incluyendo en la Convención Inter-Americana de Derechos Humanos -continúa-, y respetado en casi todo el hemisferio occidental, con la gran excepción de Cuba, desafortunadamente".

Este artículo fue publicado originalmente en la revista "LA HORA DE CUBA". Tomado con permiso.