Orgullo Gay, homofilia y homofobia
En torno al Día del Orgullo Gay hacemos una reflexión breve políticamente incorrecta sobre la homofobia en forma de preguntas.
Protestante Digital · 28 DE JUNIO DE 2019 · 11:00

Todo buen cristiano rechaza la violencia hacia cualquier persona por motivos ideológicos, de raza o condición. Por ello, decimos no a la homofobia en el sentido de cualquier agresión, insulto o ataque personal a alguien por su orientación sexual.
Pero también decimos no a que esto signifique caer en un pensamiento único en el que se admita la visión monolítica favorable a la práctica homosexual como un hecho ideal, positivo y a promocionar en el contexto social, sin que se pueda disentir con respeto de esta idea.
Sin embargo, en todo el mundo (y especialmente en el volcán que emerge con más fuerza que nunca en torno a la celebración del denominado “Orgullo gay”) se condena como "homófobo" a cualquier disidente de este pensamiento políticamente correcto que impone la "sociedad LGTBI ideal"; y por lo tanto se incita a perseguirle en nombre de la tolerancia.
Por ello, lanzamos algunas preguntas al caso.
- Si soy vegano, y creo que es mejor no comer animales ¿soy carnófobo?
- Si defiendo la fidelidad en el matrimonio tradicional, y por lo tanto no nos parece bien el adulterio, ni la promiscuidad sexual ¿soy heterófobo?
Si la respuesta a estas dos simples preguntas es “no”; ¿por qué si entiendo como cristiano que la Biblia contempla el matrimonio como sólo entre un hombre y una mujer, y no entre dos personas del mismo sexo, soy homófobo?
- ¿No será que lo que se está realizando es castigar al que no es homófilo?
- ¿No será que estamos cayendo en el pensamiento correcto único y la disidencia se persigue como intransigencia y con intransigencia?
- ¿No será que estamos confundiendo relativismo sexual con fundamentalismo moral relativista?
- ¿No será que, en el fondo, lo que existe es sencillamente cristianofobia?
Y la conclusión más triste, ¿no creen que lo que está realmente ocurriendo es un ataque a quienes defienden, creen y cimentan la más importante de las estructuras de nuestra sociedad, la familia que se menciona como creación de Dios en Génesis, antes de toda sociedad y creencia?
Y si la respuesta a esta última pregunta es sí, significaría que quienes están moviendo los hilos de este movimiento, en el fondo están empujando al precipicio a la misma sociedad en la que vieron la luz y que les permitió ser y existir.
La imposición de la homofilia y la promoción de la cristianofobia sería el fin de lo que conocemos. Terrible ¿verdad?
Y quienes participan de esta imposición ideológica, de forma activa o pasiva, con su participación o con su silencio, estarían contribuyendo a ello.
¿Dónde estás tú? (Génesis 3:9)
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