La miel y la Biblia

En la Biblia hay citas profusas y muy concisas sobre la miel, su significado espiritual, y sus usos.

    08 DE ABRIL DE 2025 · 08:00

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    With Mahdy, Unsplash

    Según suele definirse la miel “es un líquido dulce y nutritivo que las abejas producen a partir del néctar de las flores. Es un alimento natural que se utiliza en la alimentación y en la cosmética. Es un fluido muy dulce y viscoso producido por abejas del género Apis. Está compuesta principalmente por azúcar, así como por una mezcla de aminoácidos, vitaminas, minerales, hierro, zinc y antioxidantes”.

    Se sabe que la miel es uno de los endulzantes más antiguos que conoce la humanidad, y se ha utilizado desde los primeros asentamientos humanos.

    “Hay registros de la existencia de este alimento hace más de 6.000 años, cuando no solamente se empleaba como comestible sino para sanar heridas, hacer más longeva a la población e, incluso como símbolo de la espiritualidad profunda”.

    Y se ha identificado en Anatolia (actual Turquía) una vasija conteniendo miel con una antigüedad de más de 3.000 años.

    Como no podía ser de otra manera en la Biblia hay citas profusas y muy concisas sobre la miel y sus usos, como alimento y sus aplicaciones medicinales.

    Tal es así que la ilustración de la portada de la famosa Biblia del Oso muestra a un oso tratando de alcanzar un panal de miel.

    Según el Nuevo Testamento, en los Evangelios de Marcos y Mateo, Juan el Bautista se alimentaba de langostas y miel silvestre. Al respecto –una digresión- se sabe que la langosta peregrina era muy fácil de conseguir en el desierto y muy nutritiva, y más combinada con la miel, un alimento perfecto que muestra la generosidad de la provisión de Dios.

    En el libro de los Proverbios 24:13-20 podemos leer: “Hijo mío, come miel, porque es buena; la miel del panal es dulce a tu paladar. Así de dulce sea la sabiduría a tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza que no será destruida”.

    El salmista por su parte, en el Salmo 19:10, en el mismo sentido canta a Dios “Cuán dulces son a mi paladar tus palabras, más dulces que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira; Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”. Uno de los versículos más hermosos de toda la Biblia.

    Por otra parte la famosa frase relativa a la Tierra Prometida donde “fluye leche y miel”, es una expresión bíblica que se refiere a una tierra abundante en comida y alimentos.

    En Proverbios 16 se asevera que “panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos”,

    Jonatán por su parte en 1 Samuel 14:29 dijo: “Mi padre ha traído dificultades a esta tierra, Ved ahora como brillan mis ojos porque probé un poco de esta miel”.

    En el hermoso libro poético del Cantar de los Cantares se invita al goce de los sentidos: “He entrado en mi huerto, hermana mía, esposa mía, he recogido mi mirra con mi bálsamo. He comido mi panal y mi miel; he bebido mi vino y mi leche. Comed, amigos; bebed y embriagaos, oh amados”.

    En el libre de Deuteronomio podemos leer que “lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra, y comió el producto del campo; le hizo gustar miel de la peña, y aceite del pedernal”.

    Los cristianos, como glosa el Salmo 19:10, debemos ver que las palabras de Dios son “deseables más que el oro más puro, y más dulces que la miel, incluso de la miel que gotea del panal”.

    “Tu palabra es más dulce que la miel, Oh, Jehová Señor Nuestro. Si el cielo pudiera hablar dará testimonio de tu belleza. Solo tu mirada puede resplandecer más que el sol y tu voz más dulce que la miel”.

    El gran poeta Antonio Machado cantó de esta forma:

    Anoche cuando dormía / soñé, ¡Bendita ilusión!, / que una fontana fluía / dentro de mi corazón. / Di, ¿Por qué acequia escondida / agua, vienes hasta mí, / manantial de nueva vida / de donde nunca bebí. / Anoche cuando dormía / soñé, ¡Bendita ilusión! / que una colmena tenía / dentro de mi corazón. / Y las doradas abejas / iban fabricando en él, / con las amarguras viejas / blanca cera y dulce miel. / Anoche cuando dormía / soñé, ¡Bendita ilusión! / que un ardiente sol lucía / dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba / calores de rojo hogar / y era sol porque alumbraba / y porque hacía llorar. / Anoche cuando dormía / soñé, ¡Bendita ilusión! / que era Dios lo que tenía / dentro de mi corazón.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - La miel y la Biblia

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