El alcornoque en la Biblia y en la poesía
La Biblia nombra a muchos árboles desde el olivo en adelante y varias veces al alcornoque.
20 DE AGOSTO DE 2024 · 08:00

“Árbol siempre verde, de la familia de las fagáceas, de ocho a diez metros de altura, copa muy extensa, madera durísima, corteza formada por una gruesa capa de corcho, hojas aovadas, enteras o dentadas, flores poco visibles y bellotas por frutos”.
Se dice que “el corcho es la corteza del alcornoque (Quercus suber), un tejido vegetal que en botánica se denomina felema y que recubre el tronco del árbol. Cada año, crece la peridermis creciendo de adentro hacia afuera del alcornoque (algo así cuando te quemas en la playa y te despellejas creciendo la piel de ti hacia fuera y no de la punta de los dedos hacia el resto del cuerpo). Cuando descorchamos un alcornoque vemos su tonalidad anaranjada original, exponiendo así su materia principal: la suberina, que con el tiempo torna a esos colores terrosos oscuros”.
La Biblia nombra a muchos árboles desde el olivo en adelante y varias veces al árbol de alcornoque. Debemos aclarar que por Quercus se designa igualmente al roble, la encina y el alcornoque. Las primeras citas se encuentran en el libro de Génesis bajo la denominación de “encinas”.
“Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina (alcornoque) que estaba junto a Siquem”. Génesis 35:8.
“Y escribió Josué estas palabras en el libro de Dios; y tomando una gran piedra la levantó allí debajo de la encina (alcornoque) que estaba junto al santuario de Jehová”. Josué 24:26.
Donde sí literalmente se cita al alcornoque es en el libro 2 de Samuel 18:9 según la versión Reina Varela: “Y Absalón se encontró con los siervos de David; y Absalón iba montado en su mulo y el mulo pasó debajo de un espeso y grande alcornoque, y se le asió la cabeza al alcornoque, y quedó suspendido entre el cielo y la tierra; pues el mulo en que iba pasó delante”.
Virtudes del alcornoque
Se sabe que los mejores corchos que conservan la calidad de vinos, espumantes y licores son los extraídos de la corteza del alcornoque.
Cada árbol da a lo largo de su vida unas 14 o 15 sacas en sus más de ciento cincuenta años de vida. Pero la extracción del corcho es un proceso largo. Se necesitan al menos 25 años para realizar la primera saca en un alcornoque.
El poeta Fernández Castro los glosó en este hermoso poema, “Al desnudo alcornoque”: “Descorchado alcornoque curtido en edades / que fornidos vigías la entrada del mar; / aun que soplen los vientos de mil tempestades, / retorcido, no dejas de al frente mirar. / Tu que sufres del hombre bestiales crueldades / arrancando tu piel para el viejo abejar / y desnudo soportas, con cien soledades, / en el frío invernal tu figura sangrar. Yo quisiera también, con la luz por bandera, / desollada por vida mi espalda nervuda / lentamente crecer en estéril ladera / y los dientes romper con la carne huesuda, del que intente cortar la arraigada madera, / alegórico signo de mi alma desnuda”.
Por su parte José Luis Posa Lozano expresó poéticamente: “Quise ser roble, pero nací alcornoque, / piel arrugada, sin frutos y sin flor, / achaparrado, sin nueces ni piñones, / ¡un árbol borde me sentía yo!. Pero un buen día mi tronco acariciaron / y mis arrugas borraron sin dolor, / me desnudaron y como un árbol nuevo / volví a la vida y empecé a ser yo. Con mi corteza protegen las añadas / del mejor vino, del cava y del champán, / gracias a mí, el vidrio se hace cuna, / la gente brinda y se desea paz. Hasta la más humilde criatura / es un canto, un regalo, un don de Dios / todos somos un beso a la vida / si le sabemos abrir el corazón”.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - El alcornoque en la Biblia y en la poesía