Recuerdos de mis versículos preferidos de la Biblia

Según su etimología el vocablo “versículo” viene del latín “versículus”, y significa “cada una de las divisiones breves y numeradas de los capítulos de ciertos libros, especialmente la Biblia y el Corán. Sus componentes léxicos son: versus (línea, surco, verso) y culus (pequeño).

Stephen Langton fue quién introdujo la división de la Biblia en capítulos, tal como la conocemos hoy. La subdivisión en versículos fue introducida en el Siglo XVI, mediante el trabajo de Sanctes Pagnino y de Robert Estienne.

Según los estudiosos “el recurso de dividir el texto bíblico en capítulos y versículos numerados permite, desde entonces, encontrar inmediatamente un pasaje, sea cual sea la puesta en página adoptada por la edición. Es una herramienta fundamental para los investigadores y para poder emplear todos una misma referencia”.

Si bien no se deben emplear los versículos fuera de su respectivo contexto, hay muchos de ellos que nos han marcado profundamente en nuestra vida espiritual, especialmente aquellos aprendidos en las escuelitas dominicales. Son un tesoro inmarcesible y cada cristiano tiene sus versículos preferidos.

Por mi parte recuerdo muchos de los libros sapienciales, por ejemplo, ese que cita el libros de Proverbios 22:3-4 que dice: “El avisado ve el mal y se esconde más los simples pasan y reciben el daño”, que en varias oportunidad me sirvió de pronto auxilio.

Cuántas veces me ha confortado el citado en Isaías 40:31 “Pero los que confían n el Señor renovarán sus fuerzas, volarán como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no cansarán”.

Para mi oficio de poeta, uno de los más bellos de toda la Biblia se encuentra en el Cantar de los Cantares 2:1-2 donde se prefigura a nuestro Señor al afirmar “Yo soy el lirio de los valles y la rosa de Sarón”.

Y una regla de oro para nuestro comportamiento social: “Siempre humildes y amables, pacientes y tolerantes unos con otros en amor”. Efesios 4:2

Uno de los versículos que siempre recuerdo con mucha nostalgia pertenece al profeta menor Malaquías 4:2, dado que en la iglesia donde nos congregábamos con mis padres, en un hermoso cuadro detrás del púlpito, se veía el sol naciendo detrás de una roca sobre el mar y la cita: “Más a vosotros los que teméis mi nombre, os nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación”.

Había en aquellos años unos hermosos cuadritos con flores o paisajes cuyo versículo decía “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa”, de Hechos 16:31

Y tal vez el más conocido de todos: “Porque de manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

Uno de mis versículos preferidos se encuentra en el libro 1 de los Reyes 19:11-12 relativo al profeta Elías: “Mientras estaba en el monte ante el Señor, sintió un grande y poderoso viento… pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado”. A veces me parece en momentos de bonanza sentir junto a mí ese silbo apacible y delicado, que no es otro más que la presencia del Señor.

Y para cerrar esta breve nota el Salmo más conocido: “Aunque anduviere en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. Y así nos ha pasado muchas veces: el Él estamos seguros y confiados.