Dios habla hoy
Poemas en verso, libros históricos, de sabiduría, de crónicas, de relatos, elegías, epístolas o cartas, y hasta de revelación.
26 DE JULIO DE 2022 · 08:00

La Biblia para nosotros los cristianos es el Libro de los Libros y con justeza el pueblo de Israel es conocido como el pueblo del Libro. Es la Palabra de Dios revelada a los hombres de generación en generación.
La versión más utilizada por los evangélicos es la famosa Reina-Valera, a la que dan nombre los apellidos de dos reformadores españoles.
Fue traducida por Casiodoro de Reina y revisada posteriormente por Cipriano de Valera. Data según se deduce del Siglo de Oro Español y por eso contiene vocablos de aquel tiempo a veces incomprensibles, pero para remediarlo están las versiones en Lenguaje Actual.
Yo, como escritor y estudioso de la misma, prefiero las llamadas “biblias de estudio”; esas que traen muchas notas al pie y que ayudan a la comprensión de algunos textos algo ambiguos.
También me gustan los mapas bíblicos, por ejemplo, los que ilustran la Palestina en la época de Jesús y los viajes misioneros de Pablo Apóstol. Algunas traen también un croquis del Templo de Salomón y de la ciudad de Jerusalén.
Tengo varias biblias y a todas leo y releo con agrado. Conservo varios “Nuevo Testamento”. Uno en versión popular con hermosos dibujos y otro con fotos ilustrativas a los textos.
No puedo dejar de mencionar los hermosos Nuevos Testamentos en versión de bolsillo y con tapas azules de los Gedeones Internacionales. Verdaderas joyas.
Hace más de sesenta años cuando con mi padre comencé a congregarme en una Iglesia Evangélica en la ciudad de Bahía Blanca se sabía cantar un himno que nunca olvidé que decía: “Santa Biblia para mí/ eres un tesoro aquí".
La Biblia es muchos libros. Dios inspiró a los hombres para dejar testimonio de su amor por la humanidad y cuenta “la más grande historia jamás contada”.
Contiene todos los géneros literarios conocidos: hay libros históricos, poemas en verso, de sabiduría, de crónicas, de relatos, elegías, epístolas o cartas, y hasta de revelación, un género ahora caído en desuso.
Para los amantes de la literatura como en mi caso, la Biblia es un tesoro inmarcesible de imágenes literarias de gran belleza y atractivo: Tiene leyendas, parábolas, metáforas, acrósticos, refranes, cantos, comparaciones y ejemplos.
Desde esos años siempre recordados con nostalgia y cariño cuando mis padres me llevaban a la Escuela Dominical, se fueron fijando para siempre en mi mente muchos versículos relacionados con la Palabra de Dios. Verbigracia: “Lámpara es a mi pies tu Palabra y lumbrera en mi camino” o aquella otra de gran vigencia: “El cielo y la tierra pasarán, pero mi Palabra no pasará”.
La Biblia es el pan de vida de cada día para los creyentes. Nos alegra, nos alienta, nos ilumina, nos hace mejores personas y fundamentalmente nos señala el camino de la salvación.
Desde el principio de la creación todo fue hecho por la Palabra de Dios. Por eso San Juan comienza a contar la vida de Jesús afirmando que “En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios y el Verbo era con Dios”.
Jesús era el Verbo encarnado. Por sus Palabras fuimos redimidos. Y para cerrar esta breve nota nada mejor que hacerlo como el título de un Nuevo Testamento: “Dios habla hoy”.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - Dios habla hoy