De profesión curtidor

Toda palabra de la Biblias tiene una enseñanza. Dios no desprecia a nadie ni por su oficio ni por su condición.

08 DE JULIO DE 2022 · 08:00

Toni, Unsplash,curtidores, curtir pieles
Toni, Unsplash

La Biblia, el Libro de los libros, como no podía ser de otra manera, es el mensaje de Dios a los hombres de generación en generación. Y para los cristianos es “lámpara a nuestros pies y lumbrera en el camino”. Sabemos también “que el cielo y la tierra pasarán más su palabra no pasará.

Es ella un tesoro de inmarcesibles maravillas, un rico venero de riquezas espirituales. Encontramos valores literarios, epístolas o cartas, parábolas, alegorías, libros históricos, proféticos y sapienciales.

También alude con profusión de detalles a los usos y costumbres de los pueblos de aquel entonces.

En el caso de esta breve crónica, entre los diversos oficios que menciona, le prestaremos atención a uno de los considerados impuros para el pueblo de Israel: el de “curtidor”. 

Se entiende por este vocablo en los tiempos bíblicos a la “persona que preparaba la piel de los animales con el fin de usarla como cueros para cubos y para pellejos de vino… y para las cubiertas de la tienda del encuentro”, según detalla el libro de Éxodo 36,14.

Como dijimos “algunos animales eran impuros para los judíos, y esto, unido a los olores desagradables del oficio, forzaba a los curtidores a vivir fuera de las ciudades principales. Simón el curtidor de la aldea de Joppe Hechos 9,43 vivía al lado del mar Hechos 10,6; Pedro venció sus inhibiciones para hospedarse en su casa.

Los curtidores usaban pieles de animales impuros conforme a la Ley y, por lo tanto, no gozaban por ello de mucha estima, aunque se reconocía la importancia de su oficio.

Sin embargo, en el desierto se usaron pieles de carnero curtidas Éxodo 25,5 para el tabernáculo.

Estas pieles como ya dijimos también eran necesarias para guardar vino, Mateo  9,17 y la piel y el pelo de las cabras se usaban para fabricar tiendas.

Tarso, donde Pablo nació, era el centro de esa industria, y Pablo se ganaba la vida con ese oficio, según el libro de los Hechos de los Apóstoles 8,3.

Hoy podemos decir que toda Palabra tiene para nosotros los cristianos una enseñanza. Dios no desprecia a nadie ni por su oficio ni por su condición. Y todos los trabajos y oficios son buenos y convienen cuando se los ejecutan con excelencia.

Debemos amar a nuestro prójimo como lo hizo el apóstol Pedro al hospedarse en la casa de un hombre cuyo oficio era considerado impuro, porque Dios no hace acepción de personas.

 

En Jope

Simón curtidor, no temas.

Estoy cansado del camino

y me hospedaré en tu casa

a pesar de tu oficio.

Prepárame lecho

y aliño

y entre las pieles curtidas

para tiendas

y odres de vino

encontraré sosiego y alivio.

 Tu trabajo es tan noble

como el mío

o el de los pescadores

o el de los recolectores

de trigo.

Como el Señor

una vez lo dijo

eres mi prójimo

y mi amigo.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - De profesión curtidor