Biblia, hierbas y especias

Usadas para sazonar alimentos o uso medicinal. Algunas para ungüentos, otras para incienso.

    26 DE NOVIEMBRE DE 2021 · 08:00

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    En el interesante libro “Historia de toda la Biblia", en un fragmento dedicado las hierbas y las especies, esas maravillas de la creación de Dios, se cuenta que “en el jardín de las hierbas, o a la orilla del camino, crecían plantas que eran utilizadas para sazonar los alimentos o para usos medicinales. Algunas eran usadas para hacer ungüentos, otras para hacer incienso.”

    “Había el anís, que también llamamos eneldo, que se usa para hacer escabeches. Había la caña, o caña aromática, de la familia del lirio. O pudo haber sido como nuestra caña de azúcar”.

    “Las semilla de cilantro (tan usadas actualmente en la cocina americana) vivieron de una planta que crecía en todos lados, Las semillas se usaban para sazonar los escabeches, el caldo y en las medicinas”.

    “El comino, tan utilizado actualmente, de un sabor no muy agradable, se usaba para sazonar alimentos”.

    “El hisopo haber sido nuestra mejorana. Era usado como un antiséptico. Lo usaban para curar a los leprosos. La menta y la ruda se usaban en los alimentos y en la medicina. El azafrán (tan oneroso) servía para sazonar los alimentos, y también era una tintura amarilla”.

    En el libro de Éxodo se encuentra una receta para hacer incienso: Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso, y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador. Bien mezclado, puro y santo. Y molerás parte de él en polvo fino”. Éxodo 30:34-36.

    Se supone que el estacte mencionado  debe haber sido una resina del árbol llamado estorque. El gálbano, por su parte, era una resina de color café extraída de una planta.

    Una antigua receta para hacer aceite, tan común en la Palestina de aquellos tiempos  dice: “Toma especias finas: de mirra excelente, quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el ciclo de santuario, y de aceite de olivas un hin”. Éxodo 30:23.24. Digamos que un ciclo equivale a 14,4 gramos de plata y un hin equivale a 6,2 litros (o sea una buena cantidad).

    Por su parte la mirra era hecha de la resina de un arbusto que crecía en la parte desértica de la Arabia, y de las rosas de entre las rocas que crecían en Palestina. La casia era semejante a la cáscara de la canela que tan felizmente usamos hoy en día.

    Con respecto al incienso Josefo hace mención de quinientos incensarios en los funerales del rey Herodes el Grande.

    Había también sustancias aromáticas de origen animal.

    Según el Diccionario de la Biblia de Jerusalén de W. R. F. Borwning “en la ciudad de Tiro se compraban y vendían perfumes y aceites aromáticos. Ezequiel 27:22., en parte, sin duda, como artículos de lujo, pero también se usaban para embalsamar y ungir los cadáveres. Mc 16:1.

    Hay muchas otras citas al respecto, pero confirma que Dios todo lo hizo bien a lo puso al servicio del hombre. La búsqueda de las especias cambió la historia de la humanidad desde las expediciones de Marco Polo en adelante y en especial de los viajes de Colón y demás navegantes.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - Biblia, hierbas y especias

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