Todo consumado

Ahora que las sombras

cubren el Calvario

te entrego Señor

todo mi cansancio.

Cuelga mi dolor

sobre tu costado

y alivia la copa

de gustos aciagos.

Llévate conmigo

el madero que cargo

y esta desventura

que habita mi páramo.

Trueca mi tristeza

de eterno quebranto

para aventar recio

mi pecho angustiado.

Recoge el cubo

el regusto amargo.

¡Qué pena que tengo

sabor a cascajos!

Clava mis inciertos

con el cruel lanzazo

y enjuga las lágrimas

que adentro derramo.

Como el buen ladrón

lleno de pecados

también te corono

pastor de los mansos.

Las fuerzas son pocas

el camino es largo.

me habite tu paz

me cubra tu manto.

A la luz del alba

todo consumado.

es otra la Vida.

¡Has resucitado!