El apóstol Pablo y los deportes

Pablo nos demuestra que era un hombre ilustrado y gran observador de las costumbres de su tiempo, que usaba con notable justeza según sus interlocutores.

05 DE OCTUBRE DE 2021 · 08:00

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Open Clipart Vectors, Pixabay

Como es sabido el apóstol Pablo desarrolló generalmente su trabajo evangélico en ciudades de Grecia y del Asia Menor según podemos inferir de la lectura de libro de los Hechos de los apóstoles y de sus epístolas.

En esos textos hay frecuentes alusiones a los diferentes deportes que se solían practicar tanto en Grecia, Roma y las numerosas ciudades del Imperio. Muchas de esas disciplinas deportivas aún se practican en la actualidad, como por ejemplo las maratones y la lucha, incorporadas a las olimpíadas.

“En esos lugares –explica el excelente libro “Los porqué de la Biblia” las competiciones atléticas eran una tradición, y esto explica por qué la carrera de atletismo era una de sus analogías favoritas. Cuando Pablo apremiaba a los primeros cristianos de Corinto a correr como atletas que se disputaban un premio, los corintios pensaban en los ancestrales juegos que se celebraban en su ciudad y en los que el ganador recibía la corona de laurel que simbolizaba la gloria de su hazaña”.

Por eso les decía que “Todo atleta se abstiene de todo, y éstos para obtener una corona corruptible, pero nosotros para una incorruptible”.

En otras partes el apóstol se refería a su vida como una continua lucha hacia el ideal cristiano escribiendo que “olvidando lo que queda atrás, me lanzo de lleno a la consecución de lo que está adelante y corro hacia la meta, hacia el premio al que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús”. Y a renglón seguido los exhorta a sentir de esa manera”.

El libro citado más arriba explica que “Pablo vio en el enérgico régimen de los atletas griegos un modelo de disciplina, esfuerzo y concentración que podía inspirar a sus conversos. Comparaba el cometido de su vida con la preparación de un púgil para los juegos”.

Por eso escribió que luchaba “no como quién azota el aire”, como pelearía un púgil mal entrenado, sino como si él hubiera sido preparado por un entrenador muy estricto y hábil: “Disciplino mi cuerpo y lo esclavizo, no sea que, después de predicar a los demás, quede yo descalificado”.

También “en los sangrientos espectáculos de los gladiadores romanos, el Apóstol Pablo vio una analogía con el sufrimiento y las humillaciones de los primeros cristianos y por eso describió a los apósteles como hombres “condenados a muerte: sí, hemos sido puestos para servir de espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres”.

Estos conceptos de Pablo sobre el deporte nos demuestran que era un hombre ilustrado y un gran observador de las costumbres de su tiempo y que los usaba con notable justeza según sus interlocutores.

Y así con sus conocimientos de filosofía, de leyes, de los preceptos de la religión judía y de la vida misma de aquellos tiempos.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - El apóstol Pablo y los deportes