Aclarando típicos tópicos sobre los políticos evangélicos argentinos
Respondiendo a cuatro “¿por qué?” de la cuestión evangélica en la política argentina.
09 DE DICIEMBRE DE 2025 · 08:00
Escribo el presente artículo como respuesta a cuatro de las preguntas más frecuentes que leo -o que me hacen- en relación con la presencia de políticos de fe evangélica en la vida pública de mi país, Argentina.
Un fenómeno que no solo ha crecido, sino que ha llegado a convertirse en materia informativa y de opinión en los diversos medios, no siempre (más bien pocas veces) de forma objetiva.
1.- ¿Por qué los diputados evangélicos que ingresaron al Congreso son todos de La Libertad Avanza (LLA)?
Los evangélicos no estamos alineados con una corriente política en particular. Hay evangélicos que militan en otras propuestas nacionales, provinciales y vecinales.
Recordemos que en las últimas elecciones, LLA arrasó en gran parte del país, por lo cual ganaron una banca aquellos que estaban en sus listas y militaban en esa corriente; pero eso no quiere decir que no hay evangélicos en otros espacios políticos ni que los evangélicos están alineados con LLA.
Por otro lado probablemente ese espacio partidario, por ser nuevo, tenían más oportunidades para sumarse y estaban más dispuestos a incorporar gente joven y nueva en la política
2.- Se habla de que los evangélicos van detrás del poder político ¿cuán cierta es esa afirmación?
Los evangélicos no tenemos vocación de poder sino de servicio al prójimo y a la comunidad. JESÚS mismo dijo: “No he venido a ser servido, sino a servir”.
La vida cristiana es una vida de servicio en cualquier área donde uno se desempeña; la política es una de esas áreas donde los cristianos podemos hacer nuestro aporte a la sociedad.
Jesús rechazó esa forma de hacer política que es “enseñoreándose”, apropiándose en forma personal de la función pública y para su propio beneficio. Le dijo a sus seguidores: “Entre ustedes no debe ser así, sino que el que quiera ser grande, debe servir”
3.- De todos modos el acercamiento del Gobierno a los evangélicos en estos últimos tiempos y los actos multitudinarios en los estadios y el acceso de tantos legisladores, ¿no muestran un “avance o empoderamiento”?
Tengo que admitir que da esa impresión, pero también es justo aclarar que esos actos en los estadios se están organizando desde hace tres años, donde no se tenía ninguna certeza de la realidad de hoy.
Los diputados electos no provienen de una estrategia específica o un acuerdo, sino de experiencias personales distintas y aún de provincias desconectadas políticamente. Y el encuentro con el presidente Milei se da en el contexto del Día Nacional de la Iglesia Evangélica, como muchas comunidades religiosas son recibidas.
También debemos aceptar que algunos periodistas analizan o interpretan todo eso desde una visión “conspirativa”; pero lejos estamos de algo así.
Nadie debe ver como extraordinario que un grupo de personas que tienen en común una misma fe, estén interesados en ocuparse de lo público. De hecho esto ya existe, con ciudadanos católicos, judíos, protestantes, agnósticos, ateos, musulmanes y es lógico que también haya evangélicos.
4.- Entonces ¿a qué se puede atribuir esa significativa participación evangélica en la política?
Hay un desgaste y un hartazgo de la sociedad sobre la clase política, en la cual nos incluimos. Sus mañas, sus manipulaciones, su aprovechamiento y su corrupción. Eso ha hecho que muchos particulares tomen la iniciativa de involucrarse políticamente, ya sea directa o indirectamente.
Entendemos que “El lugar que no ocupamos, lo ocupan otro”, y quizás ese ha sido nuestro error anterior, desentendernos de lo que era también nuestra responsabilidad. También creemos que las cosas cambian cuando aportamos desde adentro, desde donde se deciden las cosas y no criticando desde afuera
Todo eso ha movido a muchos jóvenes cristianos a intentar expresarse políticamente desde otra posición ética, y ocupar el rol que como ciudadanos tenemos.
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