La semilla que Dios puso en tu mano

No menosprecies lo pequeño que el Señor puso en tus manos.

Muchos creyentes siguen empecinados en valorar las cosas por su tamaño y no por su potencial. Así llegan a despreciar, no valorar o menospreciar aquello que Dios les ha dado.

David no tenía humanamente la estatura para enfrentar a Goliat.  Pero el Señor sabía que esa altura era suficiente para enfrentarlo y derrotarlo. Y así fue.

Los discípulos no creían que 5 panes y 2 peces eran suficiente para alimentar una multitud.   Pero el Señor les mostró que sí.

No es el tamaño, es el potencial de Dios que hay en todo lo que El ha puesto en nuestras manos. Todo lo que Él nos ha dado, aunque parezca pequeño e insuficiente, es lo que necesitamos para que Dios haga una gran obra.

La victoria de David sobre Goliat no fue a causa de la armadura que le dio Saúl, sino de esa aparente insignificante honda y rústicas piedras que Dios puso en sus manos.

Mientras los discípulos desesperaban a causa de la aparente escasez de alimento, Jesús lo elevó hacia el cielo, dio gracias y alcanzó para alimentar la multitud.

Lo poco se hace mucho

Lo escaso se hace suficiente

Lo pequeño se hace grande

En las manos de Dios.

No menosprecies lo que Dios te dio, no menosprecies tus capacidades, tu familia, tu esposo (a), no menosprecies tu economía, no menosprecies tu iglesia ni tu pastor; porque aunque te parezca insuficiente, a través de ellos Dios hará una gran obra

Recuerda que un frondoso bosque comienza en una pequeña, seca e insignificante semilla que puede transformarse en un árbol y producir miles y miles de semillas y así originar muchas plantas hasta producir un bosque.