El ‘cerebro homosexual’ que defiende el Dr. Puello

¿Dónde se encuentra el pretendido “cerebro homosexual” del Dr. José Joaquín Puello? Hasta la fecha, sólo en su imaginación.

27 DE NOVIEMBRE DE 2025 · 08:00

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ArtVizual, Pixabay

En estos días la mayoría de los diarios hegemónicos y sus aliados LGTB han propagado fervorosamente las desatinadas declaraciones del Dr. José Joaquín Puello Herrera, que hizo el 14 de noviembre de 2025 en el programa “Esta Noche Mariasela” [1]. Se trata de un neurocirujano de República Dominicana con más de 60 años de ejercicio profesional (a quién llaman “el maestro de la medicina dominicana”).

¿Qué es lo que declaró el Dr. Puello? Pues, nada menos que defendió el caduco dogma de que “la homosexualidad está en el cerebro” y que “el cerebro es el que decide si tú eres hombre o eres mujer, no los genitales ni las hormonas”.

Es decir, declaraciones monodeterministas con las que ni los propios activistas LGTB están de acuerdo. Sus declaraciones no han recibido, por eso, ni el apoyo de las propias y rabiosas organizaciones LGTB dominicanas como “Diversidad Sexual RD” o el “Observatorio de Derechos Humanos de las Personas Trans”. Tampoco la Sociedad Dominicana de Psiquiatría se ha pronunciado sobre el tema.

De hecho, la inmensa mayoría de los expertos en neurociencia, psicología y sexología han criticado en diferentes momentos afirmaciones similares en el contexto científico global y se inclinan a considerar los sentimientos de identidad como multifactoriales, nunca limitados a un "centro cerebral" específico como la circunvolución cingulada que menciona Puello. ¿Cuál es, entonces, el verdadero alcance de sus declaraciones?

 

Una falacia de autoridad

Lo primero que hay que establecer es si el Dr. Puello tiene autoridad técnica para hacer declaraciones de esa magnitud. A primera vista podría parecer que sí, ya que se trata de un respetado neurocirujano, sin embargo, su extensa producción científica se centra principalmente en neurocirugía, traumatología craneal, neuroanatomía y temas médicos relacionados con su especialidad.

¿Y cuántos estudios o publicaciones científicas ha hecho Puello específicamente sobre “homosexualidad” o “atracción sexual” en el cerebro? Según búsquedas exhaustivas en todos los repositorios científicos: ninguna. Se trataría, entonces, de una “falacia de autoridad”, es decir, de usar la autoridad que se tiene en una materia diferente para validar argumentos de un campo que realmente no se conoce.

¿En qué se basó, entonces, Puello para hacer sus afirmaciones? En el minuto 25:45 de la entrevista hace su única referencia científica: “un estudio de la doctora Singh (él mismo deletreó el apellido), de la Universidad de California, hecho el año 2024”. Es en base a esta única referencia que el doctor dominicano afirmó que “el cerebro homosexual” es una realidad consolidada en la neurociencia actual. Esto ya de por sí es muy sospechoso y cuestionable pero, por obligación periodística, nos avocamos a buscar el citado estudio para validar si justificaba la importancia que Puello le otorga.

¿Cuál fue el resultado? Que no existe una "Dra. Singh" afiliada directamente a la Universidad de California (UCLA) que haya publicado sobre la circunvolución cingulada en el contexto de la “identidad de género” o la “orientación sexual”. La referencia, por tanto, es errónea.

Lo más cercano a los datos que presentó Puello es la Dra. Devita Singh, una psicóloga clínica canadiense (no de la UCLA, sino asociada a la Universidad de Toronto y el Centre for Addiction and Mental Health, de Toronto) que tiene estudios en el campo de la “disforia de género infantil”, pero que no están relacionados con neuroimagen cerebral (como la circunvolución cingulada) sino con psicología del desarrollo, comportamientos infantiles y seguimiento a largo plazo. [2]

Otra posibilidad, aunque más lejana, es que se haya referido a la Dra. Dhanraj Singh, asociada a la UCLA, que ha participado en estudios neuronales, pero el problema es que sus estudios van por otro camino y el único estudio que hizo, relacionado con el tema, no fue dirigido a la identidad de la persona sino a la identificación que el cerebro hace de los rostros de los demás.[3]

Fuera de estos casos, hay un estudio de 2021 donde no se menciona a una “Dra. Singh” pero se asocia la diferencia sexual a la circunvolución cingulada. Se titula “Tratamiento hormonal cruzado y percepción del propio cuerpo: perfiles conductuales y de conectividad cerebral”. Allí se explica que el cingulado influye en la identidad, aunque apenas entre un 20% y 30%, por tanto no la determina.[4] También deja claro que el cingulado no actúa independientemente sino que funciona como un centro de control que procesa diversos tipos de información. En ese sentido, sus decisiones no son la causa sino la consecuencia de lo que recibe.

Otro estudio de 2024 (el año que señala Puello), asociado a la UCLA y UC San Diego, titulado “Sexo, diversidad de género y estructura cerebral en la adolescencia temprana”, concluye que el sexo explica apenas el 5-10% de varianza en estructura cerebral y que “la diversidad de género no explica varianza significativa en ninguna región cingulada”.[5] Esto no sólo contradice el determinismo de Puello sino que anula la idea de un "factor único" de la identidad.

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Otros estudios relacionados

Haciendo una búsqueda más amplia pudimos encontrar dos estudios que probablemente han influido en las opiniones del Dr. Puello sobre el pretendido “cerebro homosexual”. El primero, que fue publicado en 2022, pertenece a los investigadores Hikaru Takeuchi y Yasuyuki Taki, y lleva por título “El sexo cerebral en mujeres transgénero se desplaza hacia la identidad de género”.

Su conclusión es que en “mujeres transgénero” el patrón cerebral (incluyendo grosor cortical en circunvolución cingulada anterior y posterior) se parece más al de “mujeres cisgénero” que al de “hombres cisgénero”.[6] Sin embargo, el estudio ha sido criticado por basarse en una muestra muy pequeña y no representativa (apenas 61 sujetos), por los posibles efectos del tratamiento hormonal (ya que la mayoría de los participantes “trans” estaban bajo terapia hormonal cruzada), y por el deficiente método de análisis basado en una simplificación forzada. Constituye, por tanto, una evidencia débil por los problemas que presenta de causalidad (¿hormonas → cerebro o cerebro innato → disforia?) y su replicabilidad baja en neuroimagen “trans”.

El segundo es una serie de estudios, realizados entre 2017 y 2022 por Jamie Feusner, Sarah Burke (asociados a la UCLA) y otros colaboradores, que encontró alteraciones en la conectividad de la corteza cingulada anterior pregenual (CCAp) alineadas con la “identidad de género” sentida.[7]

Pero se trata también de un estudio que ha recibido serias críticas. Sus muestras son muy pequeñas, no se consideran los probables efectos del tratamiento hormonal y pubertad (muchos participantes ya estaban hormonados o con bloqueadores), hay dificultad para distinguir si las diferencias en la circunvolución cingulada anterior son causa o consecuencia de la disforia de “género” o del tratamiento, hay solapamiento masivo entre grupos (que crea rangos enormes de variación), y tienen una deficiente metodología general que no permite una buena tasa de replicación.

En resumen, ambos estudios así como la línea de investigación entera sobre "cerebro trans = cerebro del género sentido" han sido criticados ampliamente por limitaciones metodológicas que impiden llegar a conclusiones firmes. De hecho, sus propios autores son conscientes de algunas de estas limitaciones y las mencionan como razones para requerir estudios más grandes, longitudinales y de pre-tratamiento.

 

Un bochorno anunciado

Frente a estos estudios de baja calidad y, en algunos casos, con sesgos inherentes, verdaderos expertos en el tema se han expresado con toda claridad y contundencia sobre la incoherencia de reducir la identidad humana a un mero factor cerebral. El Dr. Lawrence S. Mayer, por ejemplo, psiquiatra y epidemiólogo de la Universidad Johns Hopkins, argumentó que no hay evidencia empírica robusta para afirmar que la homosexualidad sea una "variante normal" puramente biológica o cerebral, enfatizando que las diferencias cerebrales observadas son correlacionales, no causales, y que factores ambientales (crianza, estrés prenatal) interactúan con la biología. Un estudio suyo de 2016 concluye que:

Al estudiar el cerebro de personas homosexuales y heterosexuales se han detectado algunas diferencias, pero no se ha logrado demostrar que esas diferencias sean innatas o surjan de factores ambientales que hayan ejercido una influencia en los rasgos psicológicos o neurobiológicos. [...] Las interpretaciones populares de los hallazgos científicos presuponen a menudo una causalidad determinista, cuando en realidad dichos hallazgos no justifican esa presunción".[8]

Qazi Rahman, el aclamado psicólogo evolutivo del King's College London, ha advertido contra "teorías pseudocientíficas" que reducen la homosexualidad a estructuras cerebrales fijas, como el hipotálamo o cingulado, y expresa el desconcierto que prima actualmente sobre los estudios realizados…

Los científicos responsables de ellos están casi igual de confundidos, ya que, en efecto, los hechos son complejos y estamos lejos de llegar a conclusiones definitivas. Sin embargo, lo que sí parece claro es que existen diferencias neurológicas entre los hombres y las mujeres heterosexuales, y que las diferencias en la orientación sexual también están relacionadas con la estructura y las funciones del cerebro. Sin duda, parecen estar involucradas partes profundas e instintivas del cerebro, como el hipotálamo y el sistema límbico, pero también lo están los centros «superiores» y la forma en que se diferencian los lados izquierdo y derecho del cerebro”.[9]

En setiembre de 2025 un equipo especializado publicó en “Frontiers in Behavioral Neuroscience” (Fronteras en la neurociencia conductual), una revista especializada en los mecanismos neuronales que subyacen a los resultados del comportamiento, una critica a la "sobre-simplificación" de estudios de neuroimagen (como los que Puello menciona), señalando que…

Las investigaciones actuales sugieren que la homosexualidad no puede atribuirse a una única causa, sino que surge de una constelación de influencias, entre las que se incluyen, entre otras, las predisposiciones genéticas, los entornos hormonales en el útero, las diferencias en la estructura cerebral y los contextos psicosociales.”[10]

Por último, la propia Asociación de Psicología Americana, APA, de clara tendencia progresista, afirma en su guía actualizada de 2025 sobre “orientación sexual”, que:

"Si bien numerosas investigaciones han examinado las posibles influencias genéticas, hormonales, del desarrollo, sociales y culturales en la orientación sexual, no se han encontrado hallazgos que permitan a los científicos concluir que la orientación sexual esté determinada por algún factor en particular".[11]

¿Dónde se encuentra, entonces, el pretendido “cerebro homosexual” del Dr. Puello? Hasta la fecha, sólo en su imaginación, dado que no existe un "biomarcador cerebral" que haya sido validado objetivamente como fuente de la identidad. Sus afirmaciones son, por tanto, generalizaciones irresponsables basadas en estudios muy limitados que exageran la certeza de los conocimientos actuales.

 

Notas

[1] Ver la entrevista aquí: https://youtu.be/3yoz1nToHfM?si=uSsw8XyhjojUWlUs&t=1486

[2] Un estudio de ella sobre niños con trastorno de “identidad de género” puede verse aquí: https://www.frontiersin.org/journals/psychiatry/articles/10.3389/fpsyt.2021.632784/full

[3] En 2006, por ejemplo, participó de un estudio sobre reconocimiento de rostros. Lo pueden ver aquí: https://www.sciencedaily.com/releases/2006/12/061212091823.htm

[4] Ver aquí: https://www.nature.com/articles/s41598-020-80687-2

[5] Ver aquí: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/hbm.26671

[6] Ver aquí: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC8955456/

[7] Ver aquí: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7197078/

[8] “Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la Psicología y las Ciencias Sociales”, aquí: https://www.thenewatlantis.com/publications/primera-parte-orientacion-sexual-sexuality-and-gender   

[9] Glenn Wilson, Qazi Rahman. Nacido gay. La psicobiología de la orientación sexual (inglés). Peter Owen Publishers, 2008

[10] “Influencias biológicas, genéticas, neurológicas y ambientales en la homosexualidad: una revisión narrativa”, aquí: https://www.frontiersin.org/journals/behavioral-neuroscience/articles/10.3389/fnbeh.2025.1574713/full

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde el Sur - El ‘cerebro homosexual’ que defiende el Dr. Puello