Antimedicina y antidoctores
Se hace cada vez más evidente es que la medicina del siglo XXI se está convirtiendo en una antimedicina.
26 DE AGOSTO DE 2025 · 08:00
Desde los antiguos tiempos de Hipócrates, allá por el siglo V a.C., y hasta hace muy poco, el objetivo de la profesión médica se entendía como una batalla perenne contra la enfermedad para buscar “la recuperación de los pacientes y evitarles toda maldad y daño”.
Es decir, la medicina fue siempre sinónimo de lucha incansable por la vida de los pacientes. Por esa razón, los médicos eran admirados y reverenciados por todos. Pero hoy las cosas han cambiado diametralmente.
Los valores y la ética médica se ha relativizado tanto que, en nuestros días, asesinar al paciente de forma premeditada y activa, o ayudarlo a matarse, puede considerarse hasta un “servicio médico” aceptable y legal.
Esto ha hecho que los galenos acumulen un poder inconmensurable sobre la vida y la muerte, y pasen de ser amados a ser temidos por muchos. Los casos emblemáticos que han salido a la luz sólo lo confirman.
Uno de ellos sucedió en junio de 1985, cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de las Naciones Unidas, declaró inocente al Dr. Pieter Admiraal, a pesar de haberse declarado culpable de asesinar por eutanasia a un paciente de 27 años.
Desde entonces los casos se multiplicaron, hasta llegar a otros mucho más recientes como el de junio de 2017 cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) decidió que los doctores del hospital Great Ormond Street, de Londres, debían retener al bebé Charlie Gard a fin de que sea asesinado “dignamente”.
Sus padres querían sacarlo del país para que llevara un tratamiento experimental contra su rara enfermedad. A Charlie le siguió Alfie Evans e Isaiah Haastrup (2018), Midrar Ali (2019), Pippa Knight y Alta Fixsler (2021), Archie Battersbee e Indi Gregory (2022). Todos ellos niños entre 4 meses y 12 años. Las “Asociaciones de Pacientes contra hospitales y doctores” no han tardado en aparecer.
Pero, antes que el Reino Unido, es Países Bajos quien ha liderado esta corriente deshumanizadora. Ya en 1989 un estudio afirmaba que “el 81% de los médicos generales holandeses habían practicado la eutanasia activa en algún momento de su carrera profesional” y que la sociedad holandesa los apoyaba ampliamente. Países Bajos es el lugar más proclive a dejar que los médicos asesinen a sus pacientes, aun en contra de sus deseos. Y en esto están incluidos los niños, para quienes han creado el llamado “protocolo de Groningen”. Pero otros países como Bélgica, Luxemburgo y Canadá le siguen de cerca en su deriva criminal. En todos ellos, la medicina "taigetiana" (de Taigeto, el monte donde los espartanos arrojaban a los niños “defectuosos”) y la criptanasia (asesinato encubierto), empiezan a hacerse comunes con el apoyo activista de los tribunales.
Definitivamente, algo anda mal. Es tiempo de que los verdaderos médicos empiecen a preguntarse ¿no es el asesinato activo, o la ayuda para matarse, la negación completa del sentido de la medicina? ¿Será por esto que los médicos están perdiendo su reputación y hasta despiertan temor en los pacientes y la sociedad? ¿Dónde quedó el solemne voto de apostar siempre por la vida?
Lo que se hace cada vez más evidente es que la medicina del siglo XXI ha pasado a convertirse en una antimedicina, una donde ya no prima la lucha contra el dolor o la enfermedad, sino el mero utilitarismo social. Y los médicos, en lugar de reafirmarse en la ética elevada que siempre los ha definido, han pasado a convertirse en antidoctores.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde el Sur - Antimedicina y antidoctores