Jeanine Añez rechaza la idolatría de Evo Morales y reivindica la Biblia y su fe

En su libro-denuncia ‘Jeanine, de puño y letra’, escrito en la cárcel por la exmandataria boliviana.

Redacción ED

02 DE AGOSTO DE 2023 · 08:00

Portada del libro ‘Jeanine, de puño y letra’,Jeanine de puño y letra, Jeanine Añez
Portada del libro ‘Jeanine, de puño y letra’

“No se hagan ídolos, ni levanten en su tierra imágenes talladas ni columnas sagradas, ni piedras esculpidas para rendirles culto. Yo soy el Señor su Dios”, cita Añez del Levítico en su libro ‘Jeanine, de puño y letra’, para cuestionar el edificio de la Casa Grande del Pueblo que en 2019 se negó a ocupar y que, sin embargo, pudo recorrer.

Jeanine Añez reivindica en su libro este pasaje de la Biblia para expresar su rechazo al diseño idolátrico de la Casa Grande del Pueblo y los espacios dedicados a las divinidades y ritos autóctonos, justificando así su elección del Palacio Quemado como sede de su gestión presidencial.

Áñez ha escrito su libro desde la cárcel, donde guarda sentencia de 10 años, acusada falsamente -explica en el libro- de resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, e incumplimiento de deberes. “Escribí mi libro desde la cárcel donde mis verdugos me retienen como trofeo de persecución política" relata la autora, que realiza un análisis detallado de todo lo ocurrido desde su llegada al poder en Bolivia a la persecución de que ha sido objeto y que sigue sufriendo.

Añez llegó al poder por encontrarse en la “línea de sucesión”. Al terminar los actos en la Asamblea Legislativa que la designaron para la presidencia, enseguida se instaló en el Palacio Quemado, donde un militar la ungió con los símbolos presidenciales.

En su libro recuerda cómo al llegar al poder en 2019, revindicó “la vuelta” de la Biblia al Palacio de Gobierno, en alusión al ímpetu del entonces gobierno de Evo Morales de retirar el libro sagrado cristiano de las ceremonias oficiales. Cuenta que su colega María Elba Pinckert le alcanzó el enorme libro en el camino entre la Asamblea Legislativa, donde se había proclamado minutos antes, y el Palacio Quemado.

“Así lo hice, Biblia en mano y encomendándome a Dios, entramos a ese lugar histórico y emblemático para Bolivia”, recuerda. Dicha Biblia aparece en las varias fotografías de cuando Áñez, sus hijos y sus colegas diputados y senadores salieron al balcón del edificio gubernamental.

Jeanine Añez rechaza la idolatría de Evo Morales y reivindica la Biblia y su fe

“Fui muy criticada por los socialistas del siglo XXI, no respetando que soy creyente, y me considero una hija de Dios”, escribe la exmandataria en su libro.

El prólogo del libro fue escrito por el expresidente colombiano Andrés Pastrana, quien considera a Áñez “una mártir de la democracia” y asegura que “su vida en prisión es una abominable premonición de lo que podría ocurrir con nuestra libertad”.

“Jeanine, de puño y letra” ya está disponible y puede ser adquirido a través de la cuenta de Facebook “Jeanine Añez Libro”.

 

La idolatría de Evo Morales

Jeanine Añez cuenta que cuando comenzó su mandato en el Palacio de Gobierno, en medio de la agitación extrema que se vivía, un día pudo visitar tanto el Palacio histórico como el nuevo edificio. Encontró “una serie de altares con estatuas u objetos extraños para rituales. Era evidente que el régimen de (Evo) Morales adoraba a extrañas estatuas que no son intrínsecas de los bolivianos”, afirma.

Había sido el 9 de agosto de 2018 cuando el entonces presidente Morales inauguró el edificio de 29 pisos, construido unos metros abajo del Palacio Quemado, sobre las calles Ayacucho y Potosí. “Hoy día dejamos el palacio colonial para venirnos a la Casa Grande del Estado Plurinacional”, dijo en su discurso. El edificio rescata centros ceremoniales de la cultura Tiwanaku (400-1100 dC), además de una serie de deidades, imágenes y filosofía de la cosmovisión indígena.

Morales se instaló en el edificio, como varios de los ministerios, hasta horas antes del 10 de noviembre de 2019, cuando renunció luego de semanas de movilizaciones en su contra que denunciaban un presunto fraude en las elecciones del 20 de octubre.

“Por supuesto, esas áreas fueron despejadas y se habilitaron para la función del servicio público”, revela Añez, que denuncia también el mal diseño arquitectónico del espacio. “Con el régimen masista, el Palacio había quedado en segundo plano con la construcción de un portentoso y lujoso edificio, de diseño no acorde con el centro histórico de La Paz, irónicamente denominado ‘Casa Grande del Pueblo’”, escribe la exsenadora.

Añez reivindica el Palacio Quemado, llamado así desde cuando en 1875 fue quemado por una turba de manifestantes. El edificio republicano data de 1846, y fue estrenado en 1853 durante el gobierno de Manuel Isidoro Belzu, “El Tata”. “Yo goberné desde el Palacio, tuvimos que readecuarlo, ya que estaba sin uso”, relata Áñez en el libro.

 

“¡Satánicos, a Dios nadie lo reemplaza!”

Al llegar Añez al poder el 12 de noviembre de 2019, muchos medios de información recordaron sus frases anteriores en redes sociales. “Qué año nuevo aymara ni lucero del alba!! satánicos, a Dios nadie lo reemplaza!! (sic)”, escribió en su cuenta de Twitter en la víspera del Año Nuevo Andino-Amazónico y del Chaco de 2013.

En otro antiguo tuit, del 8 de octubre de 2014, Añez aludió también a las creencias de sus contrarios políticos, en una disputa verbal con un interlocutor. “Falso Dr. Rivero!! Un cristiano no apoya a un partido político cuyos integrantes por esencia son ateos y adoran falsos dioses!”, escribió.

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