El milagro de la encarnación

El Verbo o Hijo de Dios preexistía desde la eternidad antes de encarnarse como hombre, como Jesús.

07 DE DICIEMBRE DE 2025 · 08:00

La anunciación del ángel Gabriel a María,anunciación  María, ángel Gabriel
La anunciación del ángel Gabriel a María

Dios con nosotros (1)

La palabra encarnación se define fundamentalmente en el diccionario como “tomar forma corporal” y, por extensión: personificar, representar de forma concreta alguna idea o doctrina abstracta.

Pero ningún diccionario pasa por alto el sentido particular que adquiere en el cristianismo como el: “Acto misterioso de haber tomado carne humana el Verbo Divino en el seno de la Virgen María” o también: “Dicho del Verbo Divino: Según la doctrina cristiana, hacerse hombre”. 

Y es que no hay otro sentido que estas palabras puedan adquirir que las ilustre mejor y de manera más profunda y completa que la encarnación tal y como se entiende en la doctrina cristiana y se celebra en navidad.

La doctrina de la encarnación implica también una valoración favorable de este mundo material y palpable que podemos percibir a través de nuestros sentidos, con todo y sus problemas.

Y en este mismo orden de ideas la encarnación es un hecho que confirma la declaración bíblica de que Dios creó un mundo físico y material “bueno en gran manera” y que la materia de la que este mundo y nosotros mismos estamos constituidos no es ni inferior, ni fue ni ha sido nunca un accidente, sino algo cuidadosamente planeado y ejecutado, al punto que la esperanza cristiana no es la inmortalidad del alma, sino la resurrección del cuerpo.

Ahora bien, la encarnación implica también que Quien se encarna exista con anterioridad a la encarnación, pues de lo contrario no se diría de Él que se encarna, sino simplemente que nace, como nacemos y hemos nacido todos y cada uno de los demás seres humanos en este mundo a lo largo de la historia.

>>>>> Sigue el Canal de Evangélico Digital en WhatsApp, actualizado al minuto con los artículos y noticias publicados

Nosotros nacemos simplemente porque antes de nuestra concepción no existíamos. Venimos a existir cuando somos concebidos por nuestros padres humanos. Antes no existíamos más que como una idea en la mente de Dios, o en la de nuestros padres, o en las de ambos.

Por eso, en relación con Cristo aquí es donde tenemos que empezar a andar con cuidado, pues si bien Jesucristo nace, el Verbo o Hijo de Dios se encarna. Es decir que el Verbo o Hijo de Dios preexiste o existe antes de encarnarse como hombre.

Es por esta razón que se habla en teología de la preexistencia eterna de Cristo, el Verbo o Unigénito Hijo de Dios. Jesucristo es, ciertamente, el Hijo de Dios, pero de una manera tan especial y única, que sólo Él ha sido engendrado eternamente por el Padre, y no creado como nosotros.

Él no es Hijo de Dios, como nosotros, por adopción, sino por naturaleza. Es por eso que el credo Niceno afirma de Cristo que Él es “engendrado del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, Verdadero Dios de Verdadero Dios, Engendrado no creado, de la misma naturaleza que el Padre”.

Es por todo lo anterior que debemos afirmar que Jesucristo nació, pero el Verbo no nació, sino que se encarnó como hombre.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - El milagro de la encarnación