El sacrificio de alabanza
Nuestra alabanza a Dios tiende a ser fluctuante, en especial en tiempos difíciles.
31 DE JULIO DE 2025 · 08:00
Había sacrificios rituales y literales de carácter cruento que el Antiguo Testamento ordenaba. Pero hay sacrificios de la voluntad, el llamado “sacrificio de alabanza”, que mantiene toda su vigencia en el Nuevo Testamento.
La alabanza a Dios consiste en la exaltación verbal que le dirigimos y llevamos a cabo, enalteciendo y ensalzando Su Nombre a causa de lo que Él hace. Hay que diferenciarlo de la que se realiza por lo que Él es, que sería más bien adoración.
Y la realidad es que la alabanza no es siempre fácil, ni surge de manera espontánea y natural.
El motivo es que nunca lograremos percibir a cabalidad lo que Dios está haciendo en la historia humana en general, ni tampoco en nuestras historias personales y las de quienes amamos en particular.
Nuestra experiencia humana es que, usualmente, sólo logramos ver atisbos de todo ello y nada más, que es lo que Dios y nuestro limitado conocimiento y capacidad de percepción y discernimiento espiritual nos permiten.
Por eso, al no poder ver el cuadro completo -que Dios sí ve- con todas sus variables al detalle, nuestra alabanza a Dios tiende a ser fluctuante y a variar en la intensidad y facilidad con la que brota de nuestros labios.
Esto ocurre en especial en tiempos difíciles. Nos cuesta trabajo percibir lo que Él está haciendo en nuestras vidas, al punto que pareciera que por momentos no está obrando de ningún modo para nuestro bien y bienestar de manera evidente.
Pero con mayor razón cuando estamos pasando por pruebas debemos afirmar nuestra fe en lo que Él está obrando.
Por eso el autor sagrado recomienda:
“Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre” (Hebreos 13:15)
Hay circunstancias en las cuales alabar a Dios implica un sacrificio de la voluntad, pero es un sacrificio siempre recomendable.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - El sacrificio de alabanza