Las apariciones de Cristo resucitado

Las llamadas alucinaciones colectivas serían un milagro mucho mayor que el milagro de la resurrección.

    13 DE ABRIL DE 2025 · 08:00

    ,Jesús resucitado

    La resurrección de Cristo (3)

    En el primer artículo de esta serie avanzamos que los hechos más relevantes y que exigen mayor consideración involucrados en la resurrección son tres: La tumba vacía, las apariciones de Cristo resucitado y la predicación apostólica de la resurrección.

    Tras haber analizado la tumba vacía la pasada semana, vamos a entrar en el segundo hecho establecido de manera independiente del que deben dar cuenta todas las hipótesis alternas a la resurrección,

    Se trata de las numerosas apariciones de Cristo, luego de morir, a múltiples grupos diferentes de discípulos.

    Las anteriores hipótesis que procuran desmentir el hecho de la tumba vacía tienen que dar cuenta, entonces, del por qué, si la tumba estaba aún ocupada por el cadáver de Cristo como lo presumen las hipótesis de la tumba desconocida o de la tumba equivocada, o si, hallándose muerto en otra tumba, como lo presume la hipótesis del cuerpo desplazado, tantas personas lo vieron luego aparecerse vivo de manera tan convincente que los llevó a creer en su resurrección.

    Y es aquí cuando, las anteriores hipótesis necesitan de una más: la hipótesis de las alucinaciones, para tratar de ganar alguna credibilidad mayor de la escasa que pudieran haber conseguido previamente.

    Esta es otra hipótesis altamente ad hoc, por cierto, como todas las hipótesis alternas a la resurrección en mayor o menor grado. Y el simple hecho de tener que postularla, confirma la afirmación sobre la que llama nuestra atención William Lane Craig: “Podemos llamar a estas apariciones alucinaciones si queremos, pero no podemos negar que ocurrieron”.

    Y es por causa de que todos tengan que aceptar que ocurrieron, que estamos obligados a considerar la naturaleza de estas apariciones.

    De entrada, hay que descartar las visiones, pues la manera de describir estos episodios en los evangelios y el Nuevo Testamento en general están lejos de hacer referencia a visiones, experiencias de carácter muy subjetivo e individual que no llevan nunca a quienes las experimentan a concluir que el personaje de la visión está físicamente vivo, sino todo lo contrario.

    Dicho de otro modo, las visiones son experiencias de carácter claramente espiritual en las que no se atribuye la existencia física a la persona que las protagoniza, sino que con frecuencia lo que hacen es confirmar, justamente, que esa persona ya no se encuentra presente con nosotros en el plano físico y biológico de realidad en el que nos desenvolvemos.

    Descartadas las visiones, sólo quedan como posible explicación las alucinaciones colectivas o la aparición real y física de Cristo vivo.

    Por sugerente que pueda parecer, la hipótesis de las alucinaciones no resiste un examen mínimo conforme a lo que hoy sabemos sobre las dinámicas de las alucinaciones desde el punto de vista psicológico y psiquiátrico, que se diferencian de las visiones en el sentido de que quien experimenta una alucinación sí cree estar viendo literal y físicamente a la persona o al objeto en cuestión, como sucede con patologías como la paranoia y la esquizofrenia.

    Pero en estos casos la alucinación es una experiencia personal e individual y no algo colectivo como lo pretenden los defensores de esta hipótesis y lo requerirían las apariciones de Cristo a grupos y personas tan diversas en momentos y circunstancias muy diferentes entre sí.

    Una vez más, como concluye William Lane Craig: “Quienes explican las apariciones de la resurrección psicológicamente se ven obligados a construir una imagen compuesta al reunir diferentes casos no relacionados de experiencias alucinatorias, lo que solo sirve para subrayar el hecho de que no hay nada como las apariciones de la resurrección en los libros de casos psicológicos”. 

    O como lo diría Josh McDowell con algo de sarcasmo: “Las llamadas alucinaciones [colectivas, en este caso, y afectando a más de quinientas personas a la vez] serían un milagro mucho mayor que el milagro de la resurrección. Esto es lo que hace que la idea de que las apariciones de Cristo sean una alucinación sea tan ridícula”.

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    Serie sobre “La resurrección de Cristo”

    1.- Ante la resurrección de Cristo

    2.- La tumba vacía

    3.- Las apariciones de Cristo resucitado

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - Las apariciones de Cristo resucitado

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