El testimonio profético cumplido en Cristo
Dejando los tipos y prefiguraciones, nos centramos en las numerosas profecías mesiánicas cumplidas en Jesús.
06 DE OCTUBRE DE 2024 · 08:00

Profecías mesiánicas (1)
El tema de la profecía y su cumplimiento es un argumento contundente a favor de la veracidad e inspiración sobrenatural de la Biblia en general y del evangelio en particular. Es, por tanto, un tema obligado de la defensa de la fe; pero puede no obstante llegar a ser demasiado vasto por la manera en que la profecía impregna y se halla presente a todo lo largo y ancho de la Biblia.
Por ello al abordar el tema de la profecía y su cumplimiento debemos ser selectivos y delimitar con precisión su tratamiento y alcance, como se hizo en su momento en la conferencia sobre la profecía predictiva ya cumplida del Antiguo Testamento en la que, además de esta delimitación indicada en el título, únicamente nos ocupamos de las profecías más significativas y puntuales concernientes a los grandes imperios de la antigüedad con los que Israel tuvo relación. Tratamiento que, de cualquier modo, brindaba una asombrosa y solvente confirmación y respaldo a la afirmación de que la Biblia es de procedencia sobrenatural y fue inspirada por Dios, pues no se explica de otro modo el cumplimiento tan preciso de las profecías anunciadas y contenidas en ella acerca de estos grandes imperios.
Y si bien en este caso también hemos hecho una delimitación en el título, debemos estrechar más el alcance de esta delimitación, pues las profecías cumplidas en Cristo pueden llegar a ser un tema demasiado vasto para abordarlo, ya que Cristo es de manera abierta o velada el tema principal de la Biblia. Lo que no tiene que ver con Él de manera directa, sí tiene que ver con Él de manera indirecta y todos los asuntos de la revelación giran de manera concéntrica alrededor de Él, así como los planetas del sistema solar giran, justamente, alrededor del sol.
No en vano el Señor Jesucristo exhortó a los judíos de su tiempo diciéndoles: “Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!” (Juan 5:39 RVC).
Así, pues, al examinar el testimonio profético que las Escrituras dan de Cristo, debemos identificar y clasificar estos testimonios para, acto seguido, escoger una de estas categorías únicamente y seleccionar en ella las profecías más relevantes para establecer el hecho de que la encarnación de Cristo como hombre y su ministerio terrenal es un ejemplo muy ilustrativo y representativo de “diseño inteligente”, es decir, de la presencia detrás de Cristo como personaje histórico, de una inteligencia superior, sabia y poderosa en grado superlativo dirigiéndolo todo, ante Quien no cabe más que rendirnos y postrarnos en adoración.
La cristología, rama de la teología encargada del estudio de Cristo, identifica y designa con el nombre de “profecías mesiánicas” los testimonios proféticos que las Escrituras ofrecen relativos a Cristo. Pero junto a las profecías mesiánicas encontramos los “tipos” o “tipologías” y las prefiguraciones de Cristo que no son propiamente profecías, pero que son de todos modos referentes importantes en el Antiguo Testamento que apuntan a Cristo.
Comencemos por decir, entonces, que los tipos o tipologías son personajes históricos, objetos o acontecimientos destacados del Antiguo Testamento que “tipifican”, es decir que simbolizan o apuntan a algún aspecto de la vida de Cristo que en Él tienen su más cabal cumplimiento. Casi todos los personajes piadosos más admirados del Antiguo Testamento tipifican en mayor o menor grado y guardadas las debidas proporciones aspectos importantes del ministerio de Cristo, destacándose entre ellos Moisés y David para mencionar solo a dos entre muchos.
Entre los objetos que tipifican a Cristo podemos señalar la serpiente de bronce o la roca de la que brotó milagrosamente agua en el desierto.
Y entre los acontecimientos que tipifican a Cristo sobresale la pascua y el consecuente cordero pascual.
A su vez, las prefiguraciones de Cristo tienen lugar en la figura del Ángel del Señor y las inquietantes descripciones que se hacen de Él que sugieren fuertemente que no es un ángel común, sino Dios mismo, o más exactamente el Hijo de Dios manifestándose a los hombres mucho tiempo antes de encarnarse como hombre de carne y hueso en la persona de Jesucristo.
El misterioso personaje de Melquisedec se desempeña como “tipo” y como “prefiguración” de Cristo, aunque son un número minoritario los teólogos que le asignan esta última función, pues la mayoría lo ubica tan sólo entre los numerosos “tipos” que encontramos de Cristo en el Antiguo Testamento.
Así pues, descartaremos en esta serie la mención y tratamiento de los tipos y las prefiguraciones, y nos centraremos en las muy numerosas profecías mesiánicas que se cumplen en Cristo.
La próxima semana: El ‘protoevangelio’ ¿la primera profecía sobre Jesús?
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - El testimonio profético cumplido en Cristo