¿Aprueba Dios a los ‘influencer’ cristianos?
Los influencer que agradan al Señor son los que cumplen lo enseñado por Jesús en el Sermón del Monte
16 DE FEBRERO DE 2025 · 08:00

En nuestro artículo anterior tratamos acerca de los influencer modernos contrastándolos con los influencer de la fe resaltados en la Biblia, los siervos de Dios que a lo largo de la historia han influenciado al mundo para bien, llegando a ser calificados en la Carta a los Hebreos, capítulo 11, como verdaderos héroes de la fe, siendo exaltado como el mayor influenciador de todos los tiempos nuestro Señor Jesucristo.
A partir de Cristo, con el nacimiento de Su Iglesia, sus discípulos a lo largo de estos dos mil años han seguido su influenciador ejemplo hasta nuestros días, donde muchos de ellos usan las redes sociales como plataforma para impartir la Palabra de Dios; mientras que otros «cristianos» las usan de manera incorrecta y hasta pecaminosa convirtiéndose en influenciadores de las tinieblas.
Por eso cabe preguntarse: ¿aprueba Dios a los influencer? Es lo que trataremos de responder en los siguientes párrafos.
Vemos en la actualidad diferentes tipos de influencer (en español: influyente, influidor o influenciador); están los no cristianos que se dividen entre quienes crean contenidos interesantes, educativos y formativos; y quienes generan contenidos vacíos, absurdos, emisores de falsedades y chismes, los obscenos y carentes del más elemental sentido, los cuales son los que hacen perder el valioso tiempo a la gente.
El otro grupo de influencer, el de los cristianos, lo observamos puertas adentro de la iglesia. Hay hombres y mujeres con diferentes intereses, pensamientos y motivaciones. Vemos desde los que hacen sátira evangélica irrespetuosa y abusiva; los que desparraman en vez de recoger, pues viven editando videos y audios de ministros del Señor para escarnecerlos, rebatirlos y avergonzarlos; están los que se creen maestros ‘ascendidos’ y doctores en divinidades que rebaten doctrinas y enseñanzas de hombres de Dios y el único mérito que ostentan es tener una cuenta en las redes sociales, jamás han pastoreado, escrito nada ni asumido responsabilidades en la obra de Dios y critican y atacan a quienes sí tienen una respetada trayectoria.
Pero también están los hombres y mujeres de Dios cuyo único fin es enseñar, edificar y glorificar el nombre del Señor, quienes además de ser fructíferos ministros imparten la sabiduría que el Espíritu Santo les ha dado a través de las redes sociales para bendición de otros, no buscan un ‘like’ atacando, escarneciendo ni desmeritando la opinión de otros colegas. Estos sí son aprobados por Dios, porque la intención de sus corazones es la de compartir, por gracia, la bendición que han recibido por gracia. A esos vale la pena seguir y compartir lo que ‘postean’ con otros.
Los influencer de hoy buscan seguidores a costa de su talento y astucia para crear contenidos, aunque no sean del agrado de Dios, lo cual les da ingresos por cada ‘like’ y seguidor que logren; mientras que los verdaderos influencer, aquellos que lo hacen en secreto y para la gloria de Dios, reciben la recompensa imperecedera, porque su desempeño lo hacen para Dios, en secreto, y el Señor los recompensará en público y su galardón lo recibirán en la eternidad.
Los influencer que agradan al Señor son los que cumplen lo enseñado por Jesús en el Sermón del Monte, respecto a la limosna, la oración y el ayuno.
«Cuidado con hacer sus obras de justicia sólo para que la gente los vea. Si lo hacen así, su Padre que está en los cielos no les dará ninguna recompensa. Cuando tú des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los alabe. De cierto les digo que con eso ya se han ganado su recompensa. Pero cuando tú des limosna, asegúrate de que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha; así tu limosna será en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Cuando ores, no seas como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que la gente los vea; de cierto les digo que con eso ya se han ganado su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y con la puerta cerrada ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.1
Cuando ustedes ayunen, no se muestren afligidos, como los hipócritas, porque ellos demudan su rostro para mostrar a la gente que están ayunando; de cierto les digo que ya se han ganado su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para no mostrar a los demás que estás ayunando, sino a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público».2
Quien pretenda influenciar a su audiencia para ser alabado, reconocido, aplaudido y ganar ‘like’/dinero, Jesús asegura que «ya recibió su recompensa», ya no tiene nada más que esperar de Dios. Pero quien sea un influencer humilde, sencillo y que busque en lo secreto agradar y honrar a Dios, esa persona recibirá no sólo la aprobación divina, sino que recibirá Su reconocimiento públicamente y galardones en la eternidad.
Si alguien busca los aplausos, el reconocimiento y las riquezas del mundo no recibirá la recompensa divina, porque ya los hombres le dieron en la tierra lo que su corazón anhelaba y buscaba; «de cierto les digo que ya se han ganado su recompensa», indica el Señor.
Aunque los influencer sean gente pública, lo que hagan y la intención de sus corazones debe ser hecho en secreto, para Dios, de manera que sea Él quien los recompense, porque si lo hacen para ser vistos como los influencer de hoy, ese ‘like’ y la remuneración de las empresas que administran las redes sociales serán recompensas terrenales y perecederas, sin ninguna trascendencia eterna.
Por el contrario, los influencer de Dios usan sus talentos y capacidades para la gloria de Dios, para bendecir al prójimo con sus limosnas, oraciones y ayunos en lo secreto, no por las redes sociales para que así se hagan acreedores de los galardones que el Señor dará en la eternidad; los «tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corroen, y donde los ladrones no minan ni hurtan».3
Dios abomina a los mercaderes de la fe, aquellos que «por avaricia harán mercadería de ustedes con palabras fingidas»;4 quienes comercian y le ponen precio a los dones, ministerios y talentos que el Señor les dio; en nuestro caso a los amadores de los ‘like’, cuya motivación es acumular seguidores y recibir dinero y reconocimiento. Así como a los amigos del mundo, quienes les ofrecen a sus seguidores contenido destructivo, mal influyendo las mentes y corazón de quienes les hacen ricos a cuesta de los ‘me gusta’, pero que a Dios no le gusta.
«No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corroen, y donde los ladrones minan y hurtan. Por el contrario, acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corroen, y donde los ladrones no minan ni hurtan. Pues donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón».5
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[1] Mateo 6:1-6
[2] Mateo 6:16-18
[3] Mateo 6:20
[4] 2ª Pedro 2:3a
[5] Mateo 6:19-21
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - ¿Aprueba Dios a los ‘influencer’ cristianos?