El malvado silencio de los ‘hombres buenos’ en el ministerio

En dos sonados casos de inmoralidad sexual (uno en EE.UU. y otro en Inglaterra) hubo corresponsabilidad del ministro que falló por parte de sus líderes subalternos.

24 DE NOVIEMBRE DE 2024 · 08:00

Güner Deliağa Şahiner, Unsplash,tres monos, ver oír callar
Güner Deliağa Şahiner, Unsplash

Cualquier persona, en cualquier país del mundo, que sea testigo o conozca de algún caso de violación a las leyes y no lo reporte a las autoridades pasa a convertirse en cómplice del infractor, no importando la gravedad o el tipo de caso. Si eso sucede ante la justicia del mundo, se maximiza en el ámbito cristiano, porque se supone que los creyentes deben someterse a las leyes y autoridades terrenales (Romanos 13:1-5) como a la Palabra de Dios.

Cuando trasladamos esto al ámbito eclesiástico y se trata de algún ministro o líder cristiano la situación se agrava más ante la grey y de ello dan mala cuenta los medios de comunicación y las redes sociales. Las fallas morales y éticas de los ministros causan grandes escándalos, y los líderes y ministros subalternos que callan ante los graves pecados se vuelven cómplices o corresponsables del hecho vergonzoso que nunca denunciaron.

Hoy haremos referencia sólo a dos sonados casos de inmoralidad sexual, uno sucedió en los Estados Unidos y el otro en Inglaterra, y en ambos hubo corresponsabilidad del ministro que falló por parte de sus líderes subalternos.

 

La Iglesia Gateway (USA)

El caso de EE.UU., se trata de la Iglesia Gateway en Texas que ha debido destituir a varios ancianos como resultado de una investigación de cuatro meses sobre las acusaciones de que el fundador de la iglesia, el pastor Robert Morris, agredió sexualmente a una menor de edad durante años desde que esta tenía 12 años en la década de 1980.

Durante un servicio el sábado 02 de noviembre por la tarde en Southlake, el anciano de Gateway, Tra Willbanks, proporcionó una visión general de la investigación interna dirigida por el bufete de abogados Haynes & Boone relacionada con Morris, iniciada después de su renuncia en junio luego de las acusaciones de Cindy Clemishire, de 54 años, de quien él abusó sexualmente durante más de cuatro años a partir del 25 de diciembre de 1982.

Según el anciano Willbanks, todos menos tres de los ancianos de Gateway tenían algún conocimiento sobre el encuentro de Morris con Clemishire y «no investigaron más», y algunos supuestamente sabían antes de que las acusaciones se hicieran públicas que Clemishire era una niña cuando ocurrió el abuso.

«Ahora sabemos que había ancianos y empleados en Gateway que sabían antes del 14 de junio de 2024 que Cindy tenía 12 años en el momento del abuso», dijo Willbanks. «Ambos grupos están fundamentalmente equivocados y simplemente no pueden ser tolerados y no serán tolerados en la Iglesia Gateway» por su corresponsabilidad al callar la verdad, que de haberlo sacado a la luz internamente, seguramente el escándalo se pudo haber evitado.

 

Justin Welby (Reino Unido)

El otro caso es del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder de la Iglesia de Inglaterra y de la Comunión Anglicana mundial, quien renunció en medio de la indignación por un escándalo de encubrimiento de graves abusos a menores por parte de John Smyth.

John Smyth, un abogado que dirigió campamentos cristianos de verano en las décadas de 1970 y 1980, cometió abusos físicos, psicológicos y sexuales contra menores de edad que fue encubierto durante décadas y de lo cual conocía el hoy ex arzobispo Welby.

«The Makin Review ha expuesto la conspiración de silencio mantenida durante mucho tiempo sobre los atroces abusos de John Smyth», declaró Welby. «Cuando me informaron en 2013 y me dijeron que la policía había sido notificada, creí erróneamente que seguiría una resolución apropiada... Está muy claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y traumatizante período entre 2013 y 2024».

 

Callar es convertirse en cómplice y corresponsable del hecho pecaminoso, y por esta razón la justicia terrenal y divina toman cartas en el asunto y penalizan no sólo al violador, sino a quienes con su silencio se convirtieron en corresponsables.

La Palabra de Dios es bien clara al respecto, cuando ordena:

«No des informes falsos, ni te hagas cómplice del malvado para ser testigo en favor de una injusticia. No sigas a la mayoría en su maldad. Cuando hagas declaraciones en un caso legal, no te dejes llevar por la mayoría, inclinándote por lo que no es justo» (Éxodo 23:1-3).

«Si te llaman a testificar sobre algo que hayas visto o que sepas, es pecado negarse a testificar, y serás castigado por tu pecado» (Levítico 5:1).

La mayoría de las leyes terrenales tienen su base en la Ley dada por Dios a Moisés y a Israel, por ello ambas coinciden en la gravedad de pecar y de ser cómplice por callar ante hechos de suma gravedad, más cuando proceden de ministros del Señor y de líderes subalternos que terminan volviéndose corresponsables en el fallido ejercicio del ministerio.

Un punto aparte para cerrar. Evidentemente que la ética eclesiástica europea y norteamericana parece ser más seria que la latinoamericana en materia de corresponsabilidad ante hechos vergonzosos e inmorales; lamentablemente en nuestros países el silencio reina y la corresponsabilidad pocas veces se denuncia, y si lo hacen casi nunca se toman los correctivos necesarios, por lo que los afectados no reciben justicia, porque los sistemas judiciales en Latinoamérica están muy influidos por la politiquería, de la cual no escapa la iglesia institucional.

En Venezuela conocemos de muchos casos de ministros que han cometido graves fallas y sus líderes son corresponsables por su silencio cómplice, pero eso no ha pasado de los pasillos eclesiásticos, lo cual en vez de ayudar empeora el testimonio de la Iglesia.

¡Tenemos fe de que algún día cambiaremos, se hará justicia y se santificarán los altares!

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - El malvado silencio de los ‘hombres buenos’ en el ministerio