Instrumentos de seducción del error

Somos llamados a ser santos, radicales, a no tolerar ni negociar con lo falso o con un ‘evangelio light’.

21 DE ABRIL DE 2024 · 08:00

Thomas Bormans, Unsplash,pavo real
Thomas Bormans, Unsplash

En nuestra entrega anterior hablamos acerca de cómo el enemigo tuerce y manipula la Palabra de Dios para producir enseñanzas erradas, lo hizo con Eva, con Jesucristo en el desierto y lo ha hecho con todos los discípulos del Señor a lo largo de la historia de la Iglesia.

En la presente entrega vamos a adentrarnos en la tupida maraña de la seducción y el engaño del error mostrando los instrumentos de seducción satánicos, donde, lamentablemente, muchos conocedores de las Escrituras las han torcido para su propia perdición y la de sus seguidores («sus seguidores», no los seguidores de Cristo).

Retomamos el pasaje principal de nuestro anterior artículo (2ª Corintios 11:4), donde el apóstol Pablo le reprocha a la iglesia que fundó en Corinto señalándole que «si alguien viene predicando a otro Jesús al cual no hemos predicado, o si reciben un espíritu diferente que no habían recibido o un evangelio diferente que no habían aceptado, ¡qué bien lo toleran!».

Todos los instrumentos del error son protagonizados por gente religiosa disfrazada de piedad que usan la seducción ‘espiritual’ torciendo la Biblia inspirados por espíritus demoníacos, los cuales alientan los más bajos instintos de control presentes en estos hombres manipuladores que actúan como instrumentos de las tinieblas para perdición suya y del prójimo.

He aquí algunos de estos instrumentos:

• Hay quienes llegan predicando con un espíritu de error y un evangelio falsificado, soliviantando a quienes viven en obediencia a Dios y en santidad. Estos pervierten la verdad, crean una secta o religión, rebajando a Cristo de su condición divina (Dios Hijo) y arrastran tras ellos a quienes les siguen; como bien lo expresa el apóstol Juan:

«Hijitos, ya es la última hora; y como oyeron que el anticristo había de venir, así también ahora han surgido muchos anticristos. Por esto sabemos que es la última hora. Salieron de entre nosotros pero no eran de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros habrían permanecido con nosotros. Pero salieron para que fuera evidente que no todos eran de nosotros» (1ª Juan 2:18-19).

En este grupo errado están los ‘Jesús solo’, los Testigos de Jehová, los católicos romanos, entre otros.

• Los hay quienes reciben otro espíritu (contrario al Espíritu Santo), cuando se nos ordena «probar los espíritus».

«Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben si los espíritus son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto conozcan el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne procede de Dios» (1ª Juan 4:1-2).

Quienes tienen un espíritu de error se comportan de manera orgullosa, vanidosa, con soberbia y buscan otros que estén igual o peor que ellos para hallar apoyo o     autojustificación en su manipulada y personalista manera de interpretar la Biblia, totalmente ajena a lo que enseña el Espíritu Santo; por esta razón se nos advierte también:

«Les he escrito esto acerca de los que los engañan. Y en cuanto a ustedes, la unción que han recibido de él permanece en ustedes, y no tienen necesidad de que alguien les enseñe. Pero, como la misma unción les enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no falsa, así como les enseñó, permanezcan en él» (1ª Juan 2:26-27).

• Están también quienes enseñan otro evangelio, de los cuales escribe Pablo: «Estoy asombrado de que tan pronto se estén apartando del que los llamó por la gracia de Cristo, para ir tras un evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero aun si nosotros mismos o un ángel del cielo les anunciara un evangelio diferente del que les hemos anunciado, sea anatema. Como ya lo hemos dicho, ahora mismo vuelvo a decir: Si alguien les está anunciando un evangelio contrario al que recibieron, sea anatema [maldito]» (Gálatas 1:6-9).

Entre las religiones, grupos y sectas que han pervertido el evangelio con sus propias y erradas interpretaciones, destacan los que usan las siguientes publicaciones como base doctrinal y dogmática:

            - La Biblia de los Testigos de Jehová

            - El Libro del Mormón (Joseph Smith)

            - Las escrituras de los judaizantes

            - La Biblia del catolicismo romano (que contiene libros deuterocanónicos -agregados luego de cerrado el canon bíblico-, con comentarios dogmáticos e idolátricos).

 

Lo más grave que celaba Pablo en los corintios

Pablo estaba indignado de la tolerancia de los corintios a gente que introducía enseñanzas erradas, seducidos por espíritus de error que los llevaba a tolerar herejías, falsas doctrinas y conductas inmorales y pecaminosas, con la resultante de aceptar y no denunciar el error y sus manifestaciones, más bien convivían con ellas, en vez de rechazarlas de manera radical. Hoy sucede mucho más.

«Ustedes soportan de buena gana todo lo que cualquiera les dice, aun si les predican a un Jesús diferente del que nosotros predicamos o a un espíritu diferente del que ustedes recibieron o un evangelio diferente del que creyeron» (2ª Corintios 11:4).

Estamos llamados a ser santos, radicales, a no tolerar ni negociar con lo falso o con lo que denominan ‘evangelio light’.

Juan comparte el celo de Pablo y así lo deja bien claro en su primera carta (2:18-27), de la cual extraemos esta porción:

«¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. 24Que permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio. Si lo que han oído desde el principio permanece en ustedes, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna...».

Atendamos lo que Jesús nos enseña al exhortar a los religiosos de su tiempo y de nuestro tiempo:

«Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí! Pero ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida. Yo no recibo gloria de parte de los hombres. Pero yo los conozco a ustedes, y sé que el amor de Dios no habita en ustedes. Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me reciben; pero si otro viniera en su propio nombre, a ese sí lo recibirían... Si ustedes le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí. Pero si no creen a sus escritos, ¿cómo van a creer a mis palabras?» (Juan 5:39-47).

La Palabra (el ‘logos’, que es Cristo) que muchos tuercen seducidos por espíritus de error es la misma que les va a juzgar en el juicio final: «El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue, y es la palabra que he hablado; ella lo juzgará en el día final» (Juan 12:48).

Vivimos en tiempos sumamente peligrosos donde a cada rato se están levantando hombres con doctrinas extraídas de la Biblia, pero torcidas e interpretadas de manera personalista como si fueran la verdad (especialmente en las redes sociales).

Es menester que estudiemos cuidadosamente lo que enseñan y lo cotejemos con la totalidad de las Escrituras y con la ayuda sobrenatural del Espíritu Santo para no ser arrastrados por los diversos vientos de doctrina falsa predicada por estratagemas de hombres que usan el error para seducir, engañar y arrastrar a los incautos a la perdición.

Es el momento de emular a la gente de Berea, quienes al recibir la Palabra de Dios a través de Pablo y Silas «tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad» (Hechos 17:11-12). Seamos los bereanos del siglo XXI.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Instrumentos de seducción del error