Antisemitismo = Antidios
El antisemitismo no es más que la manifestación más abierta y clara de maldición contra los judíos, y, por lo tanto, recibirán la retribución de Dios por esa actitud.
06 DE FEBRERO DE 2022 · 08:00

El antisemitismo, término acuñado para hacer referencia a la persecución y hostilidad hacia los judíos no solo en Israel, sino en cualquier parte del mundo, con manifestaciones de odio religioso, cultural y racial. Muchos lo hacen en plena ignorancia o porque son influidos por terceras personas con perversos intereses. El antisemitismo llega en oportunidades hasta desear «desaparecer del mapa» a la nación de Israel, aun a sabiendas de que en esa nación no solo viven los judíos, sino también árabes y gente de otras nacionalidades.
Desde hace más de 4.000 años Dios llamó a Abraham desde Caldea diciéndole: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra» (Génesis 12:1-3). De Abraham nacería «una gran nación» que sería bendita y que nadie podría maldecir sin recibir la maldición divina como retribución.
Esa nación que desciende de Abraham es Israel, a pesar de que los árabes y los musulmanes lo renieguen (aunque el tema de los hijos de Abraham: Isaac e Ismael corre paralelo a este, nos ocuparemos de él en otra oportunidad). Dios, el Dios verdadero de la Biblia, siempre se ha mostrado como «el Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Israel)», lo cual significa que su genuino pueblo escogido es el hebreo, descendiente de Sem, uno de los tres hijos de Noé.
Todo el Antiguo Testamento de la Biblia, nos muestra que ir contra los judíos/semitas es ir contra Dios mismo que los escogió y les prometió bendecirles y usarles como canal de bendición para «todas las familias de la tierra», incluidas las árabes, Irán, Palestina, Turquía y todos los pueblos del planeta. Nadie que agreda o maldiga a Israel dejará de recibir el juicio divino por ello; Dios lo dijo: «Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré».
El antisemitismo no es más que la manifestación más abierta y clara de maldición contra los judíos, y, por lo tanto, recibirán la retribución de Dios por esa actitud. Ser un antisemita es igual a ser un antidios, y «¡horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!» (Hebreos 10:31). Por eso también el pueblo cristiano es perseguido en el mundo, porque en Cristo son pertenencia divina también, así como lo es el pueblo judío.
A los creyentes de Éfeso, el apóstol Pablo les escribió: «Y acuérdense de que en aquel tiempo estaban sin Cristo, apartados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, estando sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús ustedes, que en otro tiempo estaban lejos han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, quien de ambos [judíos y no judíos] nos hizo uno... También reconcilió con Dios a ambos [judíos y no judíos] en un solo cuerpo por medio de la cruz, dando muerte en ella a la enemistad» (Efesios 2:12-16).
Satanás, el enemigo de Dios y su pueblo, llena de odio y usa a los antisemitas y anticristianos para tratar de destruir tanto a los judíos como a los creyentes en Jesús; y cada día que nos acercamos a los tiempos del fin la persecución se intensifica y las instituciones mundiales llamadas a actuar para detener el antisemitismo y el ataque contra los cristianos o guardan silencio cómplice o se vuelven contra ellos.
Todo está claramente escrito en las profecías bíblicas y así sucederá. Vamos camino al cumplimiento total de las Sagradas Escrituras, las cuales terminan en el libro de Apocalipsis donde entra en escena el anticristo para engañar a los judíos y luego se volverá contra ellos despiadadamente para tratar de acabar con Israel, y es cuando entrará en escena Jesucristo, el Mesías de Israel, quien vendrá por segunda vez a la tierra y peleará contra Satanás, sus emisarios (el anticristo y el falso profeta) y los gobernantes y sus naciones antagónicas a Dios.
Lamentablemente las mayores manifestaciones antisemitas están por suceder, miles de judíos sufrirán y morirán, al igual que lo que sucede con los cristianos, porque ambos son pueblo de Dios y blanco del odio de Satanás y sus cómplices que gobiernan el mundo. Pero sus días están contados sobre la tierra, «porque no se dormirá el que guarda Israel», el Eterno Dios hará justicia, aplastará al maligno y honrará tanto a Israel como a la Iglesia de Cristo, quien finalmente será aceptado universalmente como EL MESÍAS DE ISRAEL.
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