Cuaresma y Carnaval: dos tipos de máscara
Muchos se quitan las máscaras por la noche y al día siguiente asumen la religiosa.
01 DE MARZO DE 2020 · 08:00

Apenas termina el martes de Carnaval inicia la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. El Carnaval es el desenfreno de la carne oculto tras máscaras y disfraces antes de iniciar el tiempo de «recogimiento cuaresmal» que culmina con la rememoración de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
La Cuaresma, según coinciden la mayoría de los historiadores inició poco tiempo después de que el emperador Constantino acogiera el cristianismo como «la religión oficial del imperio romano», en el siglo IV. Fue una de las primeras prácticas religiosas suprabíblicas que el neocristianismo romano comenzó a realizar.
No significa que la pasión, muerte y resurrección no deba rememorarse, sino que la manera de hacerlo está claramente establecida por el propio Señor y sus apóstoles en la Biblia. La Cuaresma romana constituye un tiempo de penitencia y renovación para la iglesia que se casó con el imperio romano, la cual entra en un tiempo de ayuno y de la abstinencia de ingesta de carne durante 40 días, que terminan en la Pascua.
Inicia con el Miércoles de Ceniza, cuando los fieles de la religión descendiente del sincretismo de Constantino (católica, ortodoxa, copta, anglicana y algunos protestantes históricos que se quedaron en la Reforma del siglo XVI), cuando los sacerdotes y ministros ponen una cruz de ceniza en la frente de la feligresía, significando «la destrucción de los errores del año anterior al ser estos quemados. Ante lo cual dice ante el feligrés: “Arrepiéntete y cree en el evangelio” o “acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver”.
Se quitan las máscaras la noche anterior y al día siguiente asumen la de la religión. Sin ánimos de ofender, pero ¿cómo es posible que un cristiano que se supone que lo es, pues por medio de la fe reconoce a Jesucristo como su Señor y Salvador a través de la predicación del evangelio, lo cual implica un arrepentimiento y cambio de vida, deba decírsele que se arrepienta y crea en el evangelio? Los que fuimos católicos sabemos que eso lo hacen porque reciben la religión por tradición familiar a través del acto del bautismo de infantes, nunca por un acto de fe luego de recibir el mensaje del evangelio salvador de Cristo, aceptarlo, confesarlo y nacer de nuevo espiritualmente.
La abstención de ingesta de carne, de eventos carnales (como el Carnaval), el viacrucis, etc.; son prácticas que están enmarcadas en la Cuaresma religiosa, no en la Biblia. Las Sagradas Escrituras no hablan de ninguna preparación particular, porque el cristiano genuino vive en consagración permanente al Señor todos los días del año y no solo durante 40 días, y menos dejar de comer carne.
Dios no acepta sacrificios impuestos por hombres en nombre de una religión; el mayor y único sacrificio lo efectuó Jesús en la cruz del Calvario para que ahora nosotros vivamos en Él, por gracia, todos los días de nuestra vida y no solo en Cuaresma.
Es triste ver a más de 1.300 millones de personas seguidoras de un cristianismo nominal y alejado de las Escrituras creer y practicar rituales para tratar de acercarse o agradar al Señor durante un tiempo del año, posterior al desenfreno carnestolendo, cuando fue el mismo Jesús quien vino a la tierra para acercarse a nosotros y reconciliarnos con el Padre por medio de sí mismo, de manera que siempre vivamos en Él y para Él.
Pablo lo describió así: «él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo! Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo a través de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación. Esto quiere decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, sin tomarles en cuenta sus pecados, y que a nosotros nos encargó el mensaje de la reconciliación» (2ª Corintios 5:15-19).
No vivamos una farsa religiosa, tradiciones externas, cuando el corazón está lejos del Señor y de la debida consagración a Él. Hay quienes disfrutan permanentemente el Carnaval usando primero una máscara y al día siguiente se la cambian por la otra, la religiosa.
No sabemos cuándo en realidad se ponen la máscara, si antes o después de la Cuaresma. La vida en Cristo es ininterrumpida una vez le conocemos y estamos reconciliados con el Padre. No ofendamos más a Dios, ¡quitémonos de una vez por todas cualquier máscara y seamos íntegros y genuinos!, porque «Dios no puede ser burlado...» (Gálatas 6:7).
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Cuaresma y Carnaval: dos tipos de máscara