Trump ¿aliado del anticristo?

Trump con su “acuerdo del siglo” con Jerusalén como capital “indivisible” de Israel y un Estado palestino compartiéndola, además de ser antibíblico allana el camino al anticristo.

16 DE FEBRERO DE 2020 · 08:00

,encuentro de Trump y Netanyahu

Recientemente el mundo fue testigo de la presentación del tan anunciado plan de paz entre Israel y los palestinos, por iniciativa del presidente Donald Trump, al que dieron denominaron «acuerdo del siglo». Del mismo rescatamos algunas frases que traemos a colación para analizarlo a la luz de las Escrituras.

El «acuerdo del siglo» contempla que Jerusalén sea la capital “indivisible” de Israel, deja los asentamientos bajo control israelí y crea un Estado palestino. “Bajo esta visión, Jerusalén seguirá siendo la capital indivisible de Israel”; el Estado palestino tendrá su capital en Jerusalén Este, por lo que el plan contempla que el territorio palestino “sea de más del doble que ahora”. “Ni israelíes ni palestinos tendrán que abandonar sus casas”, aseguró Trump.

Además, el acuerdo reconoce la autoridad israelí sobre los asentamientos, considerados ilegales por el Derecho Internacional. “Pedimos a los palestinos que acepten el desafío de la coexistencia pacífica”, es “una oportunidad histórica para que los palestinos logren un Estado”, señaló Trump.

La guinda en el pastel es que Trump ha puntualizado que el Gobierno israelí “trabajará de cerca con el rey Abdalá II de Jordania para que se garantice que se mantiene el ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas”. Explanada donde estuvo el primer y segundo templo del Señor y que, según la Biblia, será erigido pronto el tercer templo, durante el gobierno del anticristo, que posteriormente será profanado por este siniestro personaje.

Desde que Dios le entregó a Abraham y sus descendientes toda la tierra de Canaán, muchos han sido los pueblos enemigos de esta decisión divina, entre ellos el palestino (los filisteos de antaño), en quien perviven sus mezquinas intenciones.

Dios nunca ha estado en contra de que otras naciones convivan con su pueblo Israel, pero en calidad de extranjeros, siempre que respeten la ley que Él entregó a la nación hebrea a través de Moisés. Pero Palestinos y otras naciones quieren «borrar del mapa a Israel»; obvio que el Señor no lo permitirá.

La realidad histórica muestra que casi la totalidad de las naciones que vivían y viven en Canaán han sido hostiles hacia Israel y al Señor, a eso se debe tantas guerras, invasiones, cautiverios y hasta un holocausto; y la perla de la corona es la capital de Israel, única e indivisible: Jerusalén, la Ciudad de David y del Señor; el asiento del venidero reinado milenial del Mesías Jesús. Satanás, el perverso ser espiritual derrotado en la cruz del Calvario lo sabe y por eso tanto antagonismo contra el pueblo judío.

No entendemos entonces, que siendo Trump un hombre que busca hacer la voluntad de Dios y estando asesorado, como lo está, por tantos líderes cristianos versados en la Palabra de Dios y en las profecías bíblicas, insista en ser él quien presente el «acuerdo del siglo» que contempla a Jerusalén como capital “indivisible” de Israel y un Estado palestino compartiendo Jerusalén, como medio para alcanzar la paz entre Israel y Palestina. Eso, además de ser antibíblico y desagradable a Dios, le está allanando el camino al anticristo. Sabemos que esto será inminente, pero ¿por qué quiere ser Trump quien cometa tamaño desagravio al Señor?

El profeta Joel, casi 820 años antes de Cristo, escribió: «En el tiempo que viene, cuando yo restaure la prosperidad de Judá y Jerusalén, juntaré los ejércitos del mundo en el valle de Josafat. Allí los juzgaré y castigaré por haber hecho daño a mi pueblo, por haberlo esparcido entre las naciones y haber repartido mi tierra... ¡Tiro y Sidón, no traten de meterse en este asunto! ¿Están tratando de vengarse de mí, ustedes ciudades de Filistea [Palestina]? ¡Cuidado, pues yo me desquitaré rápidamente y devolveré el mal que quieren hacer sobre sus propias cabezas!... Han vendido al pueblo de Judá y Jerusalén a los griegos, quienes se los llevaron cautivos lejos de su propia tierra. Pero yo los traeré de vuelta de todos estos lugares a donde los han vendido, y ajustaré cuentas con ustedes, por todo lo que han hecho» (Joel 3:1-7 -NBV- énfasis añadido).

Muy pronto Dios restaurará a Israel y tomará el control total de Jerusalén, Su Ciudad, como el trono del Mesías Jesús, a través de «la madre de todas las batallas» (el Armagedón) y juzgará todo el desagravio contra su divina voluntad y por lo hecho contra Israel a lo largo de la historia, en especial contra aquellos que han saqueado a su pueblo y han repartido su tierra.

Esto debería saberlo Trump, pues uno de los puntos de su «acuerdo del siglo» implica repartir las tierras del Estado hebreo.

Mención especial de Joel es la dirigida a los filisteos, pues son los enemigos más antiguos y quienes más daño le han hecho al pueblo de Israel hasta hoy, con quienes, precisamente, quiere negociar bajo concesiones antibíblicas el presidente Trump. No hay nada más necio que servirle en bandeja de oro al anticristo un «acuerdo de paz» que a todas luces será con el que este malvado ser se hará del poder para luego, tres años y medio después, sentarse en el trono de Jesucristo en Jerusalén, blasfemar contra Dios, perseguir a muerte al pueblo de Israel, someter al mundo entero y desatar, finalmente, la batalla del Armagedón.

Debe saber también el presidente de EE.UU. y sus asesores, lo que el apóstol Pablo advirtió ante la supuesta «paz» que devenga en este «acuerdo»: “Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar” (1ª Tesalonicenses 5:3. NVI).

Sabemos que este acuerdo de paz llegará en cualquier momento, pues estamos en las postrimerías del tiempo de pecado y a punto de la venida de Cristo, pero ¿por qué el empeño de Donald Trump por presentarlo? ¿No sabe que esto lo convertiría en aliado del anticristo y, por ende, en enemigo abierto del Señor? A no ser que Jared Kushner, su yerno de origen judío, esté detrás de ello y sea cierto lo que muchos escatólogos han hablado: que su yerno sería el anticristo. ¡Amanecerá y veremos..!

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Trump ¿aliado del anticristo?