El gobierno de Maduro y el de Cristo
Nicolás Maduro aseguró que “cuando está gobernando Maduro gobierna Cristo. Donde voy yo, llegan las bendiciones de nuestro Señor Jesucristo”.
08 DE DICIEMBRE DE 2019 · 08:00

Ya no nos toman por sorpresa las frases religiosas que algunos políticos y gobernantes dicen en ciertos momentos de arranques de «espirituosidad» (que me perdone la RAE por usar este término), bien para ganar simpatías o para hacerse ver buena gente; por el caso que sea, son los frutos y desempeño de una persona los que hablan bien o mal de ella.
Pues bien, en el marco de una jornada donde presentó un balance del ‘Carnet de la Patria’, el pasado 3 de diciembre en cadena nacional de radio y televisión, Nicolás Maduro aseguró que «cuando está gobernando Maduro está gobernando Cristo; está gobernando el pueblo de Cristo, está gobernando el humanismo más profundo que dejó Chávez. Donde voy yo, llegan las bendiciones de nuestro Señor Jesucristo». Habíamos escuchado frases absurdas y cargadas de ignorancia, pero esto supera todo lo anteriormente dicho.
Sin darle mayor importancia al interlocutor, deseamos más bien dedicarnos a explicar qué significa realmente que Cristo gobierne una o todas las naciones. Para ello es primordial aclarar que Cristo gobierna de dos maneras: la primera es a través de personas que sean de Él y en ellos more el Espíritu Santo. La segunda, es Cristo mismo gobernando no solo una, sino todas las naciones.
El gobierno de Cristo a través de sus hijos genuinos, aquellos que han pasado por la experiencia del nuevo nacimiento espiritual y para quienes Jesús no es solo un referente religioso, sino su todo: su Rey, Señor, Salvador y el Maestro a imitar. Cuando un hombre o mujer de Cristo gobierna, lo hace usando la Palabra de Dios contenida en la Biblia como referente y norma de conducta; su gobierno no es humanista ni ideológico, es uno donde la equidad, justicia, paz, prosperidad y sanidad es el norte de esa nación.
Otra característica importante cuando Cristo gobierna una nación a través de los suyos, es que estos tienen como mayor aliada espiritual a la Iglesia del Señor, el cuerpo de Cristo en la tierra del que el o la gobernante forma parte por toda la eternidad y no solo durante su desempeño gubernamental.
Uno de los ejemplos actuales es EE.UU, Ucrania, Brasil y Bolivia, donde sus mandatarios han puesto la Biblia y el temor de Dios por encima de sus ejecutorias, esas naciones van camino a ser gobernadas por Cristo, pues aún falta que sus sociedades y el resto de sus poderes tengan un encuentro con el Señor; entonces sí se podrá decir: «Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor...» (Salmo 33:12a).
En este primer caso, aunque Cristo gobierne lo hará a través de hombres y sistemas imperfectos; por lo tanto, esa gestión no podrá ser catalogada como «un gobierno de Cristo» plenamente.
El segundo caso, es Cristo sentado en su trono mesiánico «rigiendo con vara de hierro y justicia a todas las naciones», del que varios profetas del Antiguo Testamento han hecho referencia, así como los apóstoles y el Apocalipsis en el Nuevo Testamento. Para ello, antes debe cumplirse todo lo escrito en la Biblia: incrementarse a niveles superlativos las catástrofes naturales, guerras, hambre, enfermedades; establecerse el Anticristo durante 7 años para la dominación satánica y destructiva de la humanidad, y al final de esos años Jesucristo regresará de manera visible para enfrentarlo, derrotarlo, atar al diablo con sus huestes de maldad, juzgar a Israel y las naciones y, finalmente, se sentará a reinar en plena paz, salud, prosperidad un mundo perfecto con un sistema de gobierno absolutamente teocrático y basado en las Sagradas Escrituras; entonces, y solo entonces, el mundo verá en verdadero «gobierno de Cristo».
¿Gobierna entonces Cristo en Venezuela?, obviamente NO. Cristo no gobierna bajo opresión física e ideológica. Cristo no persigue a su Iglesia, sino que gobierna con y por medio de ella (no las expropia, cierra sus emisoras ni somete a sus pastores).
Cristo no gobierna con injusticia y de manera sectaria, no tiene bandas armadas para someter a la población. Cristo no habla necedades humanistas, Él dio su vida por amor a nosotros. «Cristo siendo rico se hizo pobre para enriquecernos», no llegó pobre y se enriqueció con actos de corrupción. El Señor «hace salir el sol sobre justos e injustos», no solo sobre un grupo afecto.
Asegura Maduro: «donde voy yo, llegan las bendiciones de nuestro Señor Jesucristo». Precisamente por esas «bendiciones» es que los venezolanos estamos viviendo la peor crisis de la historia de nuestra nación; lo que expresa es totalmente contradictorio. A saber, «la bendición del Señor es un tesoro; nunca viene acompañada de tristeza» (Proverbios 10:22). A buen entendedor, pocas palabras.
Cualquier lector de la Biblia puede darse cuenta de si realmente Cristo gobierna en Venezuela y las naciones, o lo hacen los hombres bajo ideologías humanas carentes de ese mismo Jesucristo que tanto nombran, pero que su corazón y ejecutorias están muy lejos de Él.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - El gobierno de Maduro y el de Cristo